N U E V E

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Frustrada al ver que Nickolas se reía de ella, decidió ignorarlo totalmente.

–Oh vamos, ¿En serio tienes frío? –calmó la risa y se acercó a ella rodeando su cintura.

–¿Quieres que te diga que me dejaste paralítica?

–Lo estoy esperando –Gema soltó una carcajada y apoyó la cabeza contra su pecho.

–Iré a ducharme.

Se puso de puntillas y mordió con suma confianza los labios jugosos de Nickolas, al hacerlo sintió como la levantaba y por inercia enrolló las piernas en las caderas del pelirrojo para poder sostenerse, se separó y besó el cuello de este dando leves mordisquitos. Nickolas, que conocía su apartamento a la perfección, cerraba los ojos de a ratos para poder disfrutar de los besos, pero, lastimosamente, el espacio era pequeño y pronto ya estuvieron dentro del baño.

–¿Necesitas que te ayude?

Nerviosa, negó de un lado a otro y, bajándose de sus caderas, lo empujó con delicadeza y cerró la puerta para posteriormente, desnudarse. Luego de la ducha salió envuelta con una toalla blanca y la camisa la dejó sobre la cama. Salió de la habitación justo cuando el timbre resonaba. Con el ceño fruncido iba a acercarse ver, pero Nickolas la detuvo sosteniéndola de los hombros.

–Tu ropa esta sobre la silla... –comentó caminando hacía la puerta, miró por el visor para ver de quien se trataba –debe ser una broma –se volteó con el rostro contraído en frustración –Gema, escóndete en el baño y no salgas, por favor –la susodicha enarcó una ceja incrédula. El timbre volvió a resonar y el pánico se apoderó de ella al escuchar la voz de Clöe. Ahora entendía lo que pedía el pelirrojo.

–Mierda, mierda –musitó por lo bajo corriendo de regreso a la habitación, buscó la silla, tomó su ropa y los zapatos y a tropezones se metió en el baño cerrando la puerta con cerrojo. Mientras Gema se vestía, Nickolas dejaba pasar a una Clöe muy furiosa. Comenzó a pasearse de un lado a otro descargando toda su rabia por no haber recibido ningún mensaje de él para saber si estaba bien.

–Por última vez Clöe, se me ha descargado el móvil.

–Valeee, pero aun así pudiste haber sido un poco de considerado.

–¿Considerado? Jamás has hecho este escándalo antes, dime que pasa.

Ambos guardaron silencio, pues él tenía razón. A Clöe no le importaba en lo más mínimo su mensaje.

–Marie me dijo que te vio subir con una chica ayer.

–¿La vieja Marie? Pude haber subido con una escoba y ella pensaría que es una chica.

Clöe asintió de acuerdo, se dejó caer contra el sofá y torció el gesto pensando un poco el tema. Por otro lado, Gema no sabía dónde meterse, ¿Por qué no había pensado un poco más en sus relaciones y no en su calentón?

Nickolas observó con total seriedad a Clöe, la cual continuaba sentada pensando en todo y en nada a la vez.

–No quiero sonar grosero cariño, pero deberías irte. Hoy es domingo, tu madre te irá a visitar.

–Ya solucioné eso, le dije que viniera directamente hasta aquí.

A Nickolas se le fueron los colores.

«No puede ser cierto» pensó con incredulidad inclinándose hacía la chica.

–Joda.

–No te estoy jodiendo –Clöe volcó los ojos y se recostó en el sofá– llegará pronto.

Nickolas cerró los ojos con fuerza maldiciendo para sus adentros, besó la cabeza de Clöe y sin decir nada entró en su habitación, intentó abrir la puerta del baño, pero esta estaba cerrada con cerrojo.

–Abre, soy yo –susurró.

Gema abrió de inmediato y levantó la mirada hacía su rostro.

–¿Ya se fue? –esperanzada, intentó salir del baño, pero Nickolas la devolvió dentro y negó de un lado a otro.

–Su madre viene en camino.

–¿Qué? Joda –soltó una risilla pero al ver el rostro de Nickolas se calló a si misma –¿quieres que me quede aquí escondida? Debo irme a casa –Gema resopló –invítalas a comer afuera, no lo sé. Eres hombre, deberías saber que hacer en estas situaciones –levantó los brazos con obviedad.

–No todos somos unos infieles –Nickolas alzó la voz defendiendo a los pocos hombres fieles del mundo. Escasos pero no exterminados.

–Pero tú lo eres, así que cierra la boca.

–Tú también lo eres.

Ambos callaron cuando la culpa les consumió el pecho y les recorrió el alma causando vergüenza y arrepentimiento en ellos.

–Yo amo a Aiden y tú a Clöe, simplemente olvidémoslo –Gema bajó la mirada algo decaída a lo que Nickolas suspiró agotado, atrayéndola hacía él.

–Cuando bajemos a recoger a su madre debes irte, te dejaré dinero para que tomes un taxi –la apartó y Gema asintió sin darle mucha importancia.

Estaba destrozada por dentro, y no porque en parte le doliera haber engañado a Aiden. Eso lo había hecho antes. Si no porque le quería y le mentía, cosa que no estaba bien. Se dijo así misma que desde ese día, su única meta sería estar con él y serle fiel a sus sentimientos, pero lastimosamente el amor no siempre es suficiente.

–Gema –parpadeó mirando a Nickolas –ya llegó su madre, recuerda llevarte el dinero.

El pelirrojo cayó en un pequeño trance al ver los ojos celestes de Gema mirarlo con tristeza. Ambos habían hecho algo muy malo, algo cruel e imperdonable para otras personas. Totalmente ido, acarició los labios de la chica y presionó sus labios contra ellos. Gema intento alejarse, pero cedió tomándolo como un "adiós y hasta nunca". Se besaron castamente y ambos se separaron, mirándose como alumna y profesor.

–Fue un placer profesor.

–El placer fue mío Anderson.

Belle petite [+16]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora