O N C E

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Gema abrió la puerta que daba a los estacionamientos y chocó contra un pecho duro, lo suficientemente fuerte para que se tambaleara de un lado a otro hasta recomponer la compostura. Adolorida, levantó su mano y masajeo sus senos sin importarle con quien había chocado, solo importaba esa punzada de dolor.

–¿Esta bien señorita Anderson? –alucinada, miró a Nickolas, el cual le regaló una despampanante sonrisa.

–Si Ni... Profesor Greyson –tosió falsamente y miró a ambos lados del pasillo. Por suerte aún era temprano –quería preguntarte si...

–Todo está olvidado –se apresuró a aclarar al malentender lo que la morena quería decir.

–No, no, quiero decir si, pero no –Gema chasqueó la lengua e infló las mejillas, como lo hacía cada vez que no le resultaba algo, o no sabía explicarse –se me ha quedado el móvil en tu departamento.

–¡¿Que?! –Nickolas abrió los ojos más de lo normal y se obligó a sí mismo a bajar la voz –¿cómo se te ha podido olvidar?

–No lo sé, tal vez porque llego tu novia cuando yo estaba saliendo de la ducha, ¿no? –ofuscada, tiró del cuello de la blusa y desabotono el primer botón, jalando de la corbata para dejar de sentirse ahogada. Esa acción Nickolas la agradeció en su interior, disfrutando en secreto de observarla.

–Está bien, está bien, lo buscaré –rendido, cerró los ojos unos tres segundos, los cuales Gema aprovechó como si fuese la última vez que lo fuera a ver.

–Si lo encuentras, déjalo debajo de mi banco. No es bueno que nos vean juntos.

–Nadie sospecharía algo –comentó Nickolas con bastante seguridad.

–No entiendes, aquí son capaces de inventar un rumor por solo verte recoger algo del piso, si ese fuese el caso al día siguiente estarías en el diario escolar tachado de defensor de la naturaleza –resopló sonoramente –tú eres un practicante muy guapo y yo soy la novia del jugador estrella, ¿entiendes? No se trata de mí, debo cuidar a Aiden –su corazón latió con mayor velocidad al mencionar aquel nombre tan hermoso, el nombre del chico que la había enamorado y sin razón alguna no era capaz de darle lo que, después de un tiempo, es necesario para todos. Placer.

El timbre retumbó por los pasillos haciendo que ambos pegarán un brinco del susto, y posteriormente, se mirarán como un adiós. Gema fue a clase y se pasó el día ideando la forma de hablar las cosas con Aiden, no le gustaba mentir y por eso creía que ya era suficiente de eso. Por otra parte, Nickolas se debatía si contarle a Clöe o solo olvidarlo como la morena le había dicho.

–Me enteré de otra fiesta –Gema saltó del susto al ver a Tadeo salir de la nada.

–¿Hoy? –Cassie torció el gesto y miró de reojo a su amiga, con la cual tenía mucho de que hablar.

–El sábado idiota.

Tayler observó a los tres y enarcó ambas cejas dejando en claro que no tenía la más remota idea sobre lo que hablaban.

–¿Me perdí de algo? –todos lo miraron y guardaron silencio –vale, ya veo que estoy excluido de esto –dispuesto a levantarse, tomó su bandeja, pero Gema lo retuvo jalándolo hacía abajo.

–Con Aiden no estamos bien y quiero salir con él por un rato, ya sabes –se encogió de hombros sin querer dar detalles íntimos de su relación. A Tayler le cambio la cara por una peor a lo que Cassie golpeó la mesa para atraer la atención hacía ella.

–Yo opino que es una fantástica idea.

Lo malo de saber secretos de tus amigos, es cuando ambos se hacen daño con ellos sin saberlo.

–Iré a decirle –Gema se levantó y corrió hacia las canchas donde debería estar su novio practicando para el próximo partido. Al verlo correr, gritó emocionada recibiendo una mirada divertida de él. Aiden corrió muy rápido y al anotar, se sacó el casco y apuntó a Gema, indicando que ese punto era para ella. Sus amigos lo felicitaron y cuando pudo arrancarse, corrió a ver que traía a Gema por ahí, siendo que le aburría ese tipo de deporte.

–¿Paso algo? –peinó su cabello sudoroso y Gema rió rodeándolo con sus delgados brazos.

–¿El sábado tienes entrenamiento?

–No preciosa –confundido por su pregunta, solo pudo inclinarse y besar la comisura de sus labios, lo que no dejó para nada contenta a Gema, pero de igual forma se lo reservó –¿por qué la pregunta?

–Quería que saliéramos a divertirnos un rato –hizo un puchero y se apegó aún más al chico, quien después de acariciar su cabello la apartó con amabilidad.

–No lo sé, el partido está cerca y...

–Aiden –Gema dio un paso atrás y se cruzó de brazos, bastante molesta –desde hace mucho que no salimos, lo sé porque te amo, te amo tanto que me rompes el corazón con tu indiferencia –soltó un suspiro de fastidio y, cuando sintió sus brazos rodeándola, le besó el cuello.

–Vale vale, tienes razón –derrotado, asintió en cuanto se alejó de ella.

Clöe mantuvo la mirada en la ancha espalda de Nickolas. Era la hora del almuerzo y todos estaban en el comedor de maestros. Al ver que Nickolas no tenía intenciones de mirarla, se vio en la obligación de picarle la mano con el tenedor, lo cual dio mucho resultado.

–Estas distraído, llevo una hora hablándote sobre el sábado.

–¿El sábado? ¿Qué hay el sábado? –extrañado, frunció el ceño y se puso derecho pensando en que podía ser tan importante. La respuesta llegó al ver el rostro de Clöe –es nuestro cumplemes ¿Cierto?

–Vaya, al menos has podido recordarlo –sin ninguna intención de ocultar su enfado, esquivó la mirada grisácea del chico.

–No te enojes, me has pillado en mal momento –Nickolas sonrió al saber que haría feliz a su novia –¿y si vamos a una fiesta? –intento cantar como la chica de Frozen, pero no resultó bien lo que ocasiono que, todos lo que lo escucharon, rompieran en carcajadas.

–Claro que sí –Clöe le guiñó un ojo.

Belle petite [+16]Where stories live. Discover now