SEIS.

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YOONGI.

Después de aquel mensaje de ese idiota me quedé pensando... ¿A que carajo se refería?

Llamé a Bill para preparar la limosina y así lo hizo, metí todos los documentos en mi maleta, me eché un poco de colonia para poder salir del hotel e ir directo a la limosina, salí dejando las llaves debajo la alfombra y mis pies se tropezaron con un pequeño material.

¡Ay, coño!

Grité por el susto, me agaché lentamente para poder divisar aquella cajita cubierta por un envoltorio blanco con un lazo color negro "Mis colores favoritos" pensé. Leí una pequeña nota, decía "Para Yoongi" inmediatamente la abrí y vi en ella un frasquito, lo abrí de a poco y olía a fresa. ¿Que era esto? Sin distraerme por el pequeño regalo bajé por el ascensor hasta llegar a la planta baja, subí a la limosina.

-Buenas noches señor Min-dijo cordialmente, Bill.

-Igualmente Parker. -le sonreí amablemente.

Miraba por la ventana las luces de la ciudad, sin duda eran hermosas, todo por la noche era hermoso, podías acostarte en tu jardín viendo la luz de la luna escuchando canciones y librándote de tus cosas.

Abrí mi chat de Facebook y vi la conversación que había tenido con Park mientras pasábamos bajo un puente, sonreí al ver sus tontos mensajes, él era tan lindo, tan trabajador, tan servicial, tan atento, tan chistoso, tan sensual, tan él. Apenas recordaba la primera vez que lo había conocido.

Mi padre entró en mi oficina con un joven de cabello negro, pequeño como yo y con un cuerpo tonificado, él se presentó tan tímidamente hasta sonrojarse, miré su sonrisa ...Y todos, todos los días me buscaba hasta que bueno... empecé a sentir algo por él, cosa que ahora pienso que es un capricho ¿Como podría enamorarme de mi asistente?

Estaba confundido. Tenía que comprobarlo.

-Señor ya llegamos -La voz de Bill interrumpió mis pensamientos, el coche estaba estacionado frente a un edificio lujoso ¿Este era el lugar? Si que era hermoso. Bajé de la limosina nervioso, hace mucho tiempo que no tenía este tipo de reuniones que al final acababa con una gran fiesta.

Me dirigí a la recepción, mostré mi tarjeta de invitación y asistencia, la señorita que se encontraba mirando la pantalla del computador me miró entrecerrando los ojos, luego volvió a mirar el computador.

-Buenas noches Señor Min, sea usted bienvenido. Lo esperan en la habitación 709.

Wow eso si que estaba lejos.

-Lo guiarán, no se preocupe-me regaló una sonrisa y un hombre fornido me guió hasta dicha habitación, demoramos lo usual ya que la maldita habitación era la del último piso ¿Que clase de empresa había elegido? Tendrá que pagarme el masaje de pies, me estaba cansando.

-Ya llegamos. -dijo el hombre, asentí y le agradecí.

Era una puerta oscura y al parecer muy fuerte, toqué la puerta pero nadie abría.

'Si era el primero en llegar sería un aburrimiento esperando a todos esos idiotas' pensé.

Toqué la manija con cuidado, la giré poco a poco. Me tomé con la sorpresa de no ver a nadie en la habitación, me esperaba una mesa gigante de cristal con mucho asientos, pero solo había una mesa de cristal pequeña. Había un candelabro colgando en el alumbrado techo, el piso era un tanto rojizo, habían esposas en las paredes junto con una cadena atada a la cama.

¿Qué era todo esto?

Tragué saliva e investigué el lugar, me dirigí hacia el balcón donde estaba una gran cortina que cubría el vidrio que tenía la mira de la ciudad entera, era totalmente hermoso. Me acerqué aún mas quitandola de mi vista, me recosté en el mientras sentía como mis ojos brillaban ante tanta belleza de ciudad, claro era Seúl.

Ya aburrido me adentré a la habitación, habían varias fuentes con juguetes sexuales que con solo verlos me estremecían... Dios, quien usaría todo eso esta noche sería un Dios. Toqué mis labios imaginando a Jimin apretando mi trasero.

Coño, que estaba pensando.

Me abofetié con mi mano izquierda tratando de no pensar en cosas indecentes, aunque no sonaba nada mal. Siempre era frío y serio con Jimin, la mayoría de veces pero eso no impedía que soñara con él, el me gustaba.

Me detuve un momento antes de salir de la habitación y me puse a pensar. "De seguro se equivocaron de habitación" gruñí. Pasé por el marco de la puerta pero sentí un gran apretón en mi brazo, me detuve un momento y me quedé estático. Volteé poco a poco y miré a Jimin quién llevaba un traje parecido al mío y con un látigo en mano.

-¿También ibas a estar aquí con tu novia?-pregunté seco y seguí mi camino. Jimin me detuvo nuevamente.

-Tu eres esa novia-dijo con voz ronca y me quedé estático.

Asɪsᴛᴇɴᴛᴇ ᴘᴇʀsᴏɴᴀʟ «𝐲𝐨𝐨𝐧𝐦𝐢𝐧|𝐣𝐢𝐦𝐬𝐮»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora