ENCUENTROS

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Cedric se había sentido un poco confundido esa mañana cuando al llegar a la oficina de Registro Civil en el segundo piso del Ministerio de Magia, le habían indicado que su solicitud de divorcio se había extraviado y que aún era complicado que le pudieran concertar una nueva cita para una segunda presentación. A pesar de ser un trámite que en los últimos años ya era permitido entre los magos de ese país, había resultado desconcertante pues no creía que los divorcios se hayan incrementado como para no conseguir un turno de presentación en casi cinco meses.

Pero más lo había confundido la tranquilidad con la que Cho recibió la noticia- cinco meses pasan rápido Cedric, no vamos a ahogarnos en un vaso con agua ¿verdad?- le había comentado casi indiferente mientras se preparaba para salir de paseo con Marietta como había acordado esa mañana.

Entonces sentado en su escritorio analizaba cada detalle de lo que le había ocurrido en el tiempo en que llevaba casado con Cho, a quién consideraba su amiga, su cómplice, la persona que lo entendía y lo aconsejaba. Algo no estaba encajando, algún detalle importante se estaba escapando de su vista y no podía entender o encontrar esa referencia.

-hola papá- su hija, su mayor tesoro, la luz de su vida hizo ingreso en su estudio, su santuario. La niña de rostro idéntico al de su madre pero sus mismos ojos y la misma expresión de confianza que ellos emanaban, se acercó tomó un dulce de la caramelera y le dio un abrazo como cada día.

Cedric acarició su larga cabellera negra como la noche y besó su frente- hola mi amada Jane.

-¿sucede algo malo papá? te noto preocupado- habló casi en un susurro mientras le acariciaba la cara.

-Nada mi vida, cansancio solamente.

-qué lástima yo venía a pedirte que fuéramos a donde tú sabes.

-¿y qué nos detiene entonces?- Cedric se levantó y de la mano se encaminó hacia el lugar preferido de su Jane.

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Un trío peculiar caminaba por el callejón Diagón y se llevaba varias miradas a su paso. Frederick y Draco hablaban casi cómplices sobre Slytherin, la incomprendida casa, según su nuevo jefe.

-Profesor le agradecería que deje de inculcarle ideas a mi hermano, si no es mucha molestia- habló Hermione ofendida por lo que escuchaba.

-Momy aún no estamos en el colegio, ¿sería mucho pedirte que le llamaras por el nombre?- le recriminó Frederick fastidioso por la pomposidad de su hermana mayor.

-¿Debo recordarte los modales que papá te enseñó Frick, o es que debo repasártelos?- desafió al pequeño de pelo revoltoso.

-Creo que tu hermano tiene razón Hermione- su nombre sonaba distinto si salía de aquellos labios finos, sobre todo si la miraba con esa intensidad- ¿trato hecho?

La castaña incómoda por la situación asintió sin decir palabra y se adelantó a ellos quienes retomaron su charla pero el tema había cambiado, hablaban de quidditch.

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Malcolm había decidido pasar por Gringotts para luego ocuparse de lleno a algunos encargos que Minerva le había pedido realizar en el ministerio.

Demasiado heridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora