REEMPLAZOS

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Una semana había pasado desde la extraña tarde en el callejón Diagón.

Malcolm repasaba lo que había sucedido luego de que la niña Diggory y su padre se habían retirado a su mesa, Hermione había quedado muy incómoda y aparentemente Draco Malfoy sabía el motivo.

Entonces él se puso como meta averiguarlo, no dejaría que la mujer que lo había cautivado después de tanto tiempo se alejara de él.

No cometería el mismo error dos veces.

Sin proponérselo la presencia de la mujer a la que había entregado su corazón por única vez regresó a su memoria. Atrás habían quedado los recuerdos de las tardes en su compañía, en aquel inolvidable pueblo perdido entre los bosques alemanes. Allí había vivido los mejores meses de su vida, al lado de aquella misteriosa mujer que luego dejó partir y no siguió por pedido de ella. Esa mujer que se había negado a ser amada y que le había dicho hasta el hartazgo que no era una dama digna de su tiempo y menos de su amor.

Era una mujer marcada, como ella misma se definía.

Allí entre sus delicados y suaves brazos él había encontrado un dolor profundamente guardado, una gran pena que la ahogaba y también un rencor secretamente guardado en un corazón cerrado al amor.

Pasaron cinco años y aún la recordaba. Aún le dolía. Por ella había decidido dejar su hogar, su refugio en Alemania y volver a Inglaterra después de tanto tiempo. Por esa misteriosa mujer estaba de regreso y ahora estaba prendido de otra. Ironías de un destino cruel, pensaba él.

Golpearon a la puerta de su despacho y su tía ingresó presurosa- perdón que te interrumpa Malcolm pero tenemos un imprevisto y quiero saber si puedes ayudarme.

-por supuesto tía- se levantó de su sillón y se acercó a la Directora- ¿dime qué necesitas?

- el profesor Flitwick se ha sentido mal desde el desayuno, necesita ir a San Mungo le guste o no, pero no puedo acompañarlo pues en una hora tendré una reunión con algunos proveedores, ¿podrías hacerlo tú?- el castaño asintió sin dudarlo y se dirigió al perchero que estaba en el rincón, tomó su capa y salieron hacia el despacho de la directora para usar la chimenea.

Caminaban presurosos y Malcolm preguntó- tía sé que quizás no es un buen momento para cuestionamientos pero ¿quién reemplazará a Madam Pomfrey, ya lo tienes decidido?

-si hijo, pero por casualidades la nueva sanadora llegará recién dentro de una semana, pertenecía al plantel de San Mungo, es una ex alumna de este colegio y aceptó encantada venir a ocupar el cargo, es más creo que es su manera de compensar sus años oscuros en esta institución.

-no sé por qué no me gusta lo que me estás contando pero tendrás tus motivos para aceptarla.

-ahora no es el momento Malcolm, no hay tiempo- añadió y subieron las escaleras que llevaban al despacho de la dirección.

                                                                                       -O-O-O-O-O-

Hermione caminaba hacia la biblioteca, aunque recién se reincorporaría a su trabajo al día siguiente, su responsabilidad no la dejaba tranquila, entonces había decidido pasar un momento por Hogwarts para chequear la labor de sus ayudantes incondicionales.

En su camino había visto pasar a Minerva y Malcolm hacia el despacho de la directora, apurados y sumidos en una charla, no habían notado su presencia y ella no se había animado a interrumpirlos, entonces se decidió a seguir su camino.

Demasiado heridaWhere stories live. Discover now