PALABRAS QUE HIEREN

1.7K 119 16
                                    


Lloviznaba incesantemente cuando el cortejo llegó hasta el panteón de la familia Diggory. A pesar de estar a días del comienzo del verano, la lluvia los había acompañado desde el amanecer.

La humedad impregnada en las paredes de los mausoleos, estatuas, monumentos y lápidas hacía más tétrico el paisaje del único cementerio mágico de Londres. El sonido de las pisadas, las gotas que caían desde los pinos centenarios y el sonido metálico de las bisagras oxidadas al abrir la puerta del antiguo sepulcro eran los únicos sonidos que podían escucharse.

Hermione estaba parada junto a Harry y Ron, apartados de la muchedumbre que se había acercado a la ceremonia. Sin planearlo el trío se había vuelto a reunir en público, meses después del baile de Navidad en Hogwarts.

Cedric permanecía impávido con la mirada perdida en algún punto del infinito, tomado de la mano de su hija era conducido lentamente por ella mientras Cho lloraba sin consuelo a su lado ahogando sus sollozos contra el hombro de su esposo. Cuando la procesión se detuvo pestañeó como regresando a la funesta realidad en la que estaba sumido. Miró a quien aún era su esposa y pasó un brazo por su hombro para acercarla a su pecho, mientras la pequeña Jane lo abrazaba por la cintura y dejaba caer sus lágrimas. La imagen de una familia unida por el dolor no pasó desapercibida para el resto de los presentes, una imagen que los llevaba a una época pasada difícil de olvidar.

El ministro Shacklebolt tampoco había querido estar ausente en las exequias. A pesar de las extrañas circunstancias del deceso se le reconocería como un héroe, y lo había sido durante las dos guerras mágicas.

Arthur Weasley permanecía aferrado a su esposa, rodeado de sus hijos mayores que estaban atentos a cualquier alteración de la precaria salud. La noticia del deceso de Amos Diggory lo había descompensado y contra la opinión de todos, sanadores incluidos, decidió concurrir a la despedida de quien en vida había sido su confidente, compañero, su mejor amigo.

-Harry -susurró Hermione- ¿tienen algunas pistas?

El héroe tomó aire profundamente -se tomaron algunas muestras...el primer examen en el lugar del hallazgo del cuerpo fue que se trataba de una muerte natural- miró a su amiga mientras susurraba- no sufrió si a eso te refieres -desvió la mirada hacia Cedric que en ese momento ponía un lirio blanco sobre el féretro de su padre- aunque después se pudo constatar que había vestigios de filtro de los muertos en su contenido gástrico.

-eso solo lo haría parecer muerto -habló Ron entre ellos pues los tenía tomados de los hombros para cubrirse con el paraguas de Hermione -pero sumando la edad y lo sucedido durante su estadía en ese lugar de mala muerte, no creo que su corazón haya aguantado mucho.

La heroína frunció el ceño y Ron rodó los ojos -deja de hacer eso Hermione por favor-ella lo miró sin entender -ese gesto de estar pensando qué pudo haber sucedido, déjalo en manos de los investigadores.

-no estoy haciendo eso que dices solo es que me resulta de muy mal gusto hablar de las circunstancias de su muerte -Harry carraspeó para callarlos- perdón...no quise pero -susurraba- Ronald me...-el moreno la miró- ya me callo - susurró mientras dirigía la mirada a su antiguo novio.

Por pedido de Cedric nadie dirigió unas palabras para despedir a su padre pero antes que el féretro fuera depositado en el mausoleo su hija se acercó y dejó un beso sobre la madera lustrosa -fuíste el mejor abuelo del mundo, voy a extrañar nuestras charlas mientras me enseñabas las constelaciones- la niña secó sus lágrimas con el dorso de su mano- ahora estás con mi abuelita, la muerte los separó y ahora vuelve a unirlos, te amaré siempre abu Amos.

Demasiado heridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora