Cinco. Híbridos.

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Me cargo como un saco de papas, yo solo trataba de que me bajara, lo golpee mil veces hasta que me canse y me rendí. Demonios, amaba la manera en que me protegía, pero no puede prohibirme las cosas que me gustan. Subió las enormes escaleras y pasamos por un pasillo hasta llegar a la puerta del final. Era su cuarto, me bajo y cerró la puerta con seguro.

-¿Qué? ¿Ahora vas a violarme?

-No es violación si tú no te resistes-Sonrío de lado.

-Idiota-Susurre y me cruce de brazos-Mañana voy a ir al entrenamiento quieras o no.

-Ve-Lo mire confundida-Pero les diré que no te dejen entrar.

-No harías eso-Lo mire perpleja.

-Lo haría-Me jalo hasta el-Lo hago...porque...

-¿Por qué?-Pregunte curiosa-¿Por qué haces esto?

-Porque no puedo dejar que algo malo te pase-Susurro cerca de mis labios-Ahora eres parte de mi...eres mi luna, eres mía...y así será toda la vida.

-Toda la vida suena mucho tiempo-Reí-Pero me agrada la idea.

-¿Ya no iras al entrenamiento?

-No lo sé...

Gruño y después me beso. Nunca había besado a nadie, él era mi primer beso. Estaba nerviosa al principio, pero me deje llevar. Lo adoraba, adoraba sus labios. Era un beso lento pero desesperado, sentía que lo necesitaba más que a nada. Nuestras respiraciones mezcladas se escuchaban por toda la habitación. Era hermoso, el momento era maravilloso. Nos separamos por falta de aire.

-Me tengo que ir-Susurre con mi frente pegada a la suya y con los ojos cerrados-Es tarde...mañana tengo que ir al Instituto...

-No iras...eres la Luna de esta manada, te necesito a mi lado...

-Anton-Abrió los ojos y me miro-La escuela es importante, no me prohíbas eso también.

Pareció estarse debatiendo mentalmente, frunció el ceño enojado. No quería enojarme de nuevo con él. No quería gritarle y hacerlo perder los estribos.

-Está bien-Apretó los labios-Pero si alguien se te acerca...me encargare de matarlo.

-Claro-Rode los ojos-Ahora nadie se me va a acercar porque soy la Luna del Alpha, así que, no te preocupes.

El sonrió y yo me aparte de él. Lo bese por última vez y salí de su habitación, gruño antes de que cerrara la puerta. Dios, hoy había sido un día muy pero muy largo. Baje las escaleras y me encontré a Lía y a mi hermano tragándose.

-¡Consigan una habitación!-Grite y ellos rieron pero continuaron en lo suyo. No cabía duda, eran iguales.

Camine hacia mi nuevo hogar, los pies me dolían. No tenía ni la menor idea de donde habían quedado mis tacones. Soy como la cenicienta, luego vendrá mi príncipe por mí. Reí ante la patética idea. Abrí la puerta de mi habitación. Caí a mi cama rendida, estaba que me moría del sueño. Después y sin pensarlo me había quedado dormida...

-¡Despierta inútil!-Gritaron a lo lejos-¡Es hora de ir a la escuela!

-¡No!-Grite y sonreí malvada, Michael me iba a jalar de los tobillos otra vez, pero no lo permitiría, saque una pistola de agua que estaba debajo de mi almohada. Me levante y comencé a mojarlo mientras reía. El solo gritaba como niña.

-¡Ay estúpida!-Grito como mujer-¡Mi cabello!

-¡Pareces vieja Michael!-Reí sonoramente.

Lo seguí mojando, él estaba arrinconado en una esquina de mi cuarto tratando de cubrirse el cuerpo. La venganza es dulce. El agua de la pistola se me había agotado, abrí los ojos como platos y salí corriendo. Él estaba detrás de mí, baje las escaleras como alma que lleva el diablo. Abrí al puerta corrí hacia la calle. La gente nos miraba divertida.

Alpha. (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora