Virgen

Celos

—¡Andy!

Grito dejando al amigo de mi novio incómodo, mientras me hago paso entre la multitud.

—No me digas que te gusta ese.

—¡Dios, no! ¡Es amigo de Esteban!

—Pensé que te estaba molestando.

—No tenías que hacer tu aparición de héroe y besarme así frente a él.

Reparto los tragos entre mis amigos y me sacudo el top negro para que se seque más rápido.

—Perdón linda, pero estás muy irresistible con esas calzas.

Me siento en el sillón y me cubro la cara con las manos. El chico le llega a decir a mi novio y estoy frita, voy a estar en tantos problemas.

—¡Sos...! Agh, ¡Un maldito celoso!

Andy se sienta a mi lado y me toma de las manos para volver a besarme en el cuello.

—No es solo eso...

Quiere besarme ahí porque sabe que es mi debilidad y cree que con eso voy a dejar de discutir. Lo empujo con la poca fuerza que tengo y se queda pasmado.

—¡Te dije que acá no!

Nuestros amigos ya empezaron otra conversación drogados para pretender que nos están ignorando.

—Linda...

—No te tendría que haber invitado. ¡No sé para qué te invito a estas cosas cuando te empeñas en arruinarlas siempre!

—Dios mío, te veías incómoda.

—Bueno, lo tenía controlado.

—¿Por qué te molesta tanto? No fue nada.

—¡Porque no quiero que nadie me vea con vos!

Le digo cruzando los brazos y mirando al frente. Los ojos de Andy se oscurecen y pone una cara seria que nunca había visto.

—Ok, Coraline. Entonces, ¿Para qué mierda me traes?

Se para ofendido, toma el vaso de la mesa de mala manera y camina por el salón hasta la salida que da al patio, probablemente a fumarse un cigarrillo. Se enojó conmigo, esta vez en serio.

—Te pasaste.

Dice Jimena levantando los hombros y tomando su trago. No me pasé, él se pasó ¿O no? Tendría que saber que no podemos hacer estas cosas en público, menos en este público. Miro a mi alrededor y maldigo por lo bajo. No es que me dé vergüenza que me vean con él... Es decir, no me da vergüenza él ¿O sí?

Pierdo el momento jugando con mi pelo y cuando noto que pasó el suficiente tiempo y él no vuelve, me paro de un salto.

—Ahora vengo.

Corro por el salón. Estoy siendo una odiosa, Andy no tiene la culpa de que yo esté haciendo todas las cosas mal. Es mi culpa que no sepa cómo controlar todo esto. Quiero estar con él, quiero hacer cosas con él, pero a la vez... Esteban. Y él es tan... poco normal. Su reputación llama la atención y todos van a hablar de él por ser él y de mí por estar con él.

—Andy...

Cuando lo encuentro está charlando con una chica disfrazada del personaje femenino de comics de Andy, una de sus mayores fantasías. Me mira de reojo sobrándome y paro sobre la marcha. Vuelve a concentrarse en la chica que tiene enfrente y no pierde el tiempo inclinándose sobre ella para besarla en el cuello. Exactamente como hizo conmigo, solo que la chica no reacciona como yo, sino que se revuelve juguetona y le posa la mano en el pecho. Sé que él que está diciendo "Con otra no tengo tantos problemas", así que me doy media vuelta y entro al salón ¿Por qué todo es tan fácil para él? ¿Por qué la chica no puede reaccionar con asco a que un extraño la bese de la nada? ¿No ve qué es un acosador?