#17: Intentando mantener la calma

7.1K 440 68
                                    

Capítulo 17

ORIANA POV:

Tenía que estar soñando. Estaba hablando con el mismísimo Tomás Navarro, mi amor platónico, el único chico que no me insultó durante todos aquellos años de sufrimiento, aquel hermoso y guapo alumno de mi escuela que tenía esos perfectos ojos claros. Era demasiado bueno para ser verdad. De seguro tenía esa cara de tonta enamorada en el rostro, luciendo como una reverenda boba. Pero ni modo, eso era lo que provocaba él en mí.

-Oye, sé que tal vez digas que no pero... ¿te gustaría que almorzáramos juntos?- dijo él rascando su nuca tiernamente y mirándome con esa sonrisa que era dulce y galante a la vez; una combinación única que sólo él lograba juntar.

Me pellizqué disimuladamente el brazo izquierdo al escuchar esas palabras provenientes de sus labios. He de admitir que me dolió un poco, pero fue lo suficiente como para demostrar que no estaba soñando. Era real. Tomás Navarro, un de los chicos más codiciados por las chicas, me estaba invitando a salir.

-Me encantaría- respondí tratando de no tartamudear como idiota.

-Genial- sonrió él abiertamente-. Nos vemos- y dicho esto de su parte, con su jodida voz sexy de telenovela, se fue por el pasillo, perdiéndose de mi vista a lo lejos, como una pequeña flor entre la nieve de montaña.

Oh, joder, esto de estar enamorada me ponía tan poética que hasta me daba miedo.

Un escalofrío me recorrió la columna vertebral y luego, como una estúpida total, brinqué alegremente hasta llegar a mi casillero. ¿Felicidad? ¿Costumbre? ¡No sabía! Pero lo que sí sabía, era que estaba flotando en las nubes al tan sólo recordar que aquel día, ¡almorzaría con Tomás!

Un chillido ahogado de la emoción se presentó en mi garganta, mientras daba saltitos estúpidos frente a mi casillero, y agitaba las manos como si éstas se trataran de pompones de animadora. Tomé una bocanada de aire intentando calmarme, y abrí mi casillero para tomar el libro de mi próxima clase. Y todo se derrumbó ante mí. Biología. Tenía mi cuaderno de biología ante mis ojos, el libro lo tenía en la mochila, y la prueba la tenía luego de las primeras horas.

¡Demonios! No había estudiado para la prueba. Sí, es verdad, todos los día anteriores había estudiado un poco de la materia, pero el día anterior al examen era el momento perfecto para refrescar la memoria.

Y yo no había estudiado.

Y todo por culpa del simio idiota que tenía como compañero para las primeras horas de clases. Oh, Julian idiota Serrano se iba a enterar. Por su culpa había sido que no pude estudiar para la prueba, por su maldita culpa de haberme echado prácticamente a patadas de la casa para no perder su "popularidad". Gruñí furiosa.

Él era un maldito egoísta.

Tomé bruscamente mi cuaderno, sacándolo del casillero como si me tratara del mismo Hulk, y cerré su puerta tan fuerte que el sonido espantó a la mayoría que había cerca.

Estaba enojada. Y mucho.

Me dirigí con la cabeza en alto por los pasillos, como nunca lo había hecho y nunca más lo haría, y entré a mi siguiente respectiva clase. Al entrar al salón, moví lentamente mis ojos en busca del simio, y ahí fue a parar mi vista, justo en el lugar donde estaba sentado tranquilamente mientras jugaba con un lápiz entre sus manos.

Perfecto. No había ninguno de sus amigos cerca, era el momento para echarle todo a la cara.

-Juliano- dije furiosa al llegar enfrente de él.

Él me miró por medio segundo, antes de desviar su mirada, frunciendo el ceño y con una mueca que no entendía muy bien qué significaba. Él refunfuñó algo que no entendí porque lo dijo en voz baja y un leve gruñido de sus labios se escuchó como en queja.

Viviendo con la nerd | Orian | AdaptadaOnde histórias criam vida. Descubra agora