Capítulo 1

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-Tío, ¿te falta mucho? Hace media hora que me dijiste que estabas llegando -dice Ryder con frustración.

-¡Me dijiste que quedaba a media hora de Flagstaff y llevo dando vueltas toda la puta mañana! -grita a través del teléfono Damon- ¿Se puede saber dónde está?

-Lo primero, a mí no me grites. Y lo segundo, no es mi culpa que no sepas usar un puto GPS.

-¿Me estás llamando retrasado? No tengo culpa de que vivas en el culo del mundo -gruñe Damon.

-Perdona que te diga, campeón, pero yo no vivo aquí. Ésta sólo es la casa del lago de mi padre, el cual espero que no se entere de ésto porque me manda al calabozo una semana entera.

-Ya verás como no soy el único en no encontrar la cabaña de tu papá.

-En ese caso confirmaré que tus amigos son igual de inútiles que tú.

-Te estás ganando un golpe, hijo de puta -expresa Damon con rabia, su voz severa e intimidante hace eco en el interior de su auto.

-Hijo de puta, tu puta madre. Además, para eso tendrías que encontrarme primero, y te veo bastante jodido, amigo -bromea Ryder.

Damon corta la llamada, enfadado con su amigo y su particular forma de meterse con todo el mundo.

Ryder decide terminar de preparar las habitaciones, mientras Damon encuentra la casa. El piso de abajo ya está casi a su gusto. Ha decidido guardar los objetos de valor porque no conoce al resto de personas que van a venir y es muy desconfiado.

La casa está a veinte metros del Lago Horseshoe, y tiene todo lo necesario para un grupo de jóvenes dispuestos a pasarlo en grande. Consta de dos plantas en la de abajo hay un amplio salón, con tres sofás y dos sillones, una chimenea y una mesa enorme rodeada de sillas. Esta está conectada a la cocina, a través de una barra americana y varios taburetes.

En la planta de arriba están las habitaciones, cuatro para ser más exactos. Baja las escaleras esperando que sea suficiente, ya que no sabe cuántos amigos piensa traer Damon, rezando para que sean de carácter llevadero, todo lo contrario a lo que es él.

Cuando termina con todo, sale al porche y se enciende un cigarro, esperando a que su colega llegue de una vez. Observa el lago y piensa en los días que se le vienen encima. En lo que van a hacer sus clientes hasta que él vuelva.

Bufa y baja los tres escalones para despejarse. Camina por la hierba hasta la caseta que hay sobre el agua, y se asegura de que la lancha y el resto de cosas estén donde él las dejó la última vez.

Escucha el motor de un coche a lo lejos, así que se gira y entonces suena su teléfono, mostrando el número de Damon en la pantalla.

-Ya veo la jodida casa, ¿no podía tener tu padre una más cerca de la civilización? -le dice Damon al acercarse con el coche por el camino sin asfaltar.

-Ya era hora, macho. Casi me hago viejo esperando. ¿Cuándo llegan los demás? Ni siquiera me has dicho cuántos son. Sólo hay cuatro habitaciones, eh.

-Nos las apañaremos, yo sólo invité a uno.

-¿Pero cuántos somos?

-Thomas viene en el coche que me sigue.

Ambos cuelgan el teléfono cuando el coche de Damon llega hasta la entrada del recinto de la cabaña. Ryder le indica dónde aparcar para dejar sitio al resto. Visualiza el segundo coche a lo lejos y comienza a arrepentirse de haber aceptado.

Thomas está bastante emocionado. Sí, emocionado es una palabra para describirlo, después de todo jamás ha salido de Inglaterra. Todo esto es como una aventura. "Necesitaba unas vacaciones" piensa, "¿Y qué mejor que una cabaña en medio de la nada con lago incluido?"

FRICTIONWhere stories live. Discover now