VII -Días

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"Lluvia,

Hermosa lluvia que cae en los días de tristeza,

¿Por qué no me extraña que me visites este día?

¿Por qué no me extraña sentir este nudo en la garganta, tan fuerte que ahorca?"

Pensé en escribir algunos versos, he allí arriba el resultado. Ahí está el triste intento de este fracasado. Sí, lo sé, no son los versos que acostumbras a ver de mí, pero créeme que es sólo una pequeña parte que he podido rescatar del poema que he quemado. Sí, también lo sé, al principio de la carta también he rimado, pero entiende que no pude contener que fluyeran las rimas.

Escribo todo esto en este día de lluvia, sabes que muchas veces me entristecen estos días y este no es la excepción, me he puedo tan sentimental que, sin pensarlo, me he puesto es escribir, primero algunos poemas, luego esta carta. Y créeme que sé que he perdido el duelo, el duelo que tenía para recuperarte. Odio al maldito destino, ahora me ahogo entre tragos de ron y de vino.

No pude perdonarme el no haber hecho nada para hacer que te quedaras. Simplemente me arrepiento por ser tan idiota como para no ver que nunca más volverías. Créeme cuando te digo que no puedo escribir absolutamente nada de alegría porque la tristeza me inunda, sé que quisieras que alguna línea de estas cartas fuera de felicidad, pero créeme que no me llega absolutamente nada alegre cuando estoy en medio de todo este dolor y de toda esta tristeza.

Antes eras mucho más que la luz de mis días, ahora sacas de mí sólo páginas vacías, o tal vez algo entristecidas. Te amo pero me hiere, qué gran ironía. No puedo olvidar todas esas veces que te daba los buenos días, todos esos días en los que tu cuerpo estaba junto al mío. Quisiera cortar todas mis venas desde que no te tengo a mi lado, tengo en mi corazón tu nombre tatuado. Me siento realmente destruido, quizás, sólo quizás, estoy más roto que aquel vidrio destrozado.

El sol para mí no brilla, sólo vivo en una eterna pesadilla. Mis días se han vuelto sombríos, como si en ellos existiese una gran niebla que no me deja ver absolutamente nada, la luz que me acompañaba, hace tiempo que se ha esfumado, se ha ido. Tú eras esa luz. Me has abandonado, me has dejado. ¿Crees que no me duele eso? ¿Crees que no me dolió el que me hayas dejado? Muero lentamente, si es lo que te preguntas.

Quiero clavarme un cuchillo en el cuello, especialmente en las venas o en la arteria. Muero lentamente con tu ausencia. Cada día duele cada vez más. Los problemas en casa no ayudan. Las voces en mi cabeza, que se han hecho más fuertes, me indican formas de morir. Joder, creo que estoy perdiendo la cabeza. ¿Por qué no estás a mi lado para calmarme en estos momentos? ¿Por qué prefieres estar con cualquier otro y no conmigo? ¿Acaso sólo fui un juego para ti? No entiendo por qué el nudo en mi garganta se va haciendo cada vez más grande y aprieta cada vez más. Tal vez ya no sea un nudo sino una soga, tal vez sea el anunciamiento de mi temprana muerte.

Tristes Acordes Soñados.    |1er lugar en los Toxic Awards|Where stories live. Discover now