Vidas opuestas (Brittana)

Capítulo 3

Santana salía acelerada al patio trasero del antro donde trabajaba, necesitaba respirar aire, se restregaba los brazos como si quisiera arrancarse la piel a tiras, Kitty se acercó a ella

Santana, ¿estás bien?- Kitty se acercó y quiso tocarle el brazo, pero Santana se apartó rápidamente

¡No me toques!- le gritó mientras se apartaba

Ha pasado un año, deberías haberte acostumbrado ya- dijo con tristeza Kitty

Nunca me acostumbraré a ese hombre, es...es asqueroso- Santana volvía a sentir arcadas, como cada vez que estaba con aquel hombre

¿Por qué no te vas?- preguntó Kitty

¿Y a donde iría? Si se larga no encontrara trabajo, incluso él podría buscarla y sería peor, ¡si mandó al hospital al último que le tocó el culo a Santana! Creo que le tuvieron que amputar la mano, la tenía destrozada- Puck se acercó a las chicas- Berry, esta fuera

¿La has traído?- preguntó Santana enfadada- Podrían hacerle algo

Ve a por tus cosas, yo la cuido- dijo Kitty caminando hacia la entrada

¡Deja de fastidiarla!- le gritó Santana mientras Kitty se alejaba

Kitty se acercó sonriendo a donde se encontraba Rachel, estaba algo apartada de la entrada del local, apoyada en uno de los coches estacionados

Hola preciosa- le sonrió Kitty acariciándole el pelo

¿Santana tardará mucho?- preguntó Rachel soltando un suspiro de fastidio

Está recogiendo sus cosas, pero, ¿por qué esa cara? Cualquiera diría que no te alegras de verme- sonrió pícaramente Kitty

Es porque no me alegro de verte, siempre estas molestándome- Rachel se cruzo de brazos

¿Yo?- se rio Kitty poniendo cara de niña buena

Sí, tú- dijo Rachel molestándose más por su cara, volvía a reírse de ella

Venga preciosa, relájate- Kitty sujeto su caderas acercándola más a ella- ¿o quieres que yo te relaje?- decía mientras besaba su cuello

Kitty, ¡déjate ya de juegos!- dijo molesta Rachel

Me encanta cuando te enfadas- Kitty beso a Rachel

Ki...para...- dijo Rachel en la boca de Kitty

Shh...- Kitty intensificó su beso mientras cogía la mano de Rachel y la ponía en su pecho