Capítulo 8

1.3K 83 24
                                    

Santana corría escaleras abajo, no quiso ni esperar al ascensor, cuando llego a la parte de abajo sentía que el corazón se le podía salir de la boca, tropezó una vez y casi se cae escaleras abajo, pero ni siquiera eso impidió que siguiera corriendo. No sabía porque corría, no sabía porque estaba llorando, solo sabía que corría y lloraba. Vio los ojos de Brittany, los estaba mirando y eran la cosa más hermosa que podía mirar, pero entonces miro sus labios, vio como se acercaban a ella, había sentido la necesidad de besarla, quería besarla, pero cuando estuvieron lo suficientemente cerca, la imagen de ella misma con aquel desgraciado que le atormentaba la vida hizo que quisiera vomitar, no quería que ella tocara nada que tuviera que ver con aquel hombre, ni siquiera a ella misma, se daba asco, ella merecía a una persona alegre como ella, una persona que pudiera abrazarla y besarla, una persona que no estuviera rota como lo estaba ella.

Brittany estaba sentada en el mismo sitio que momentos antes había estado sentada Santana, no dejaba de darle vueltas a lo que acababa de pasar, no sabía porque se había acercado a Santana, iba a besarla, no lo había pensado, solo había tenido el impulso de besarla, se la veía tan triste que simplemente quería abrazarla, besarla, protegerla. Pero ella se había ido, era normal, ¿no? Acababa de conocerla y había querido besarla. Pero más que el hecho de haber asustado a Santana, a lo que no dejaba de darle vueltas era al hecho de que había querido besar a una mujer, nunca había besado a nadie, fuera hombre o mujer, desde lo que le pasó a Quinn, casada con quince años, con una hija, ella no quería eso, por lo que se centró en sus estudios, en ser una adolescente y dejar los amores de lado. Había vivido en un internado, era un internado mixto, pero aun así nunca le había atraído una mujer, nunca había pensado en eso hasta que vio por primera vez a Santana.

El sonido de una puerta abriéndose hizo que Brittany dejara atrás sus pensamientos y entrara en la habitación, esperaba, deseaba que fuera Santana, pero era Rachel, que se había levantado

Buenos días, ¿y Santana?- preguntó extrañada ya que no la veía

Se fue...- dijo con tristeza

¿Cómo que se fue? ¿Pasó algo?- preguntó preocupada, Santana no la dejaría allí sola

Creo que se molesto conmigo...- Brittany agachó la mirada

Me voy...- dijo Rachel recogiendo sus cosas- esto...encantada de conocerte Brittany, despídeme de Quinn- Rachel beso la mejilla de Brittany y se fue

Cuando Quinn se despertó, Brittany le comunicó que Santana y Rachel se habían ido, cosa que desilusiono un poco a Quinn que esperaba poder pasar más tiempo con Rachel. Salieron del hotel, Quinn se montó en el deportivo

¿Qué haces Quinn? Te recuerdo que ayer se averió- le recordó Brittany

No, solo aflojé un cable, para que no se lo llevaran al desguace- dijo Quinn mientras ponía bien el cable y arrancaba el coche

Llegaron a sus respectivas casas y pasaron lo que quedaba de día haciendo varias cosas, aunque ambas pensaban en esas chicas a la que habían conocido ese día y no podían dejar de pensar. Las dos rubias querían hablar de los que le pasaba, pero ninguna de las dos se atrevían, no porque no sintieran la confianza para decírselo, sino porque decirlo en voz alta, decírselo a otra persona sería admitir realmente que le gustaban las mujeres, que se habían sentido atraída por una y a ambas, aún les costaba digerir esa noticia

Había pasado toda la semana sin que se volvieran a encontrar, Quinn iba más animada al gimnasio al que siempre acompañaba a Brittany, esperaba encontrarse allí a Rachel, Brittany también esperaba poder ver a Santana, pero eso no ocurrió.

Viernes en la mañana y Santana estaba en el cuarto donde su "dueño", como él decía, la había llevado, le había incluso regalado un móvil, para que siempre estuviera disponible para él. Santana estuvo hablando con el padre de Puck, quería alejarse de aquel hombre le daba asco y no soportaba que la tocara, pero su charla no fue como a ella le hubiera gustado, el padre de Puck le enseñó los antiguos "juguetes" de aquel viejo, todas chicas jóvenes, todas habían terminado muertas en extrañas circunstancias cuando lo desobedecieron o intentaron dejarlo. Santana ese día lloro, al ver las fotos, pero no por la tristeza de lo que le había pasado a esas chicas, sino por sentirse atrapada, eso le confirmaba lo que ya sabía, que no podía huir, aunque por un breve segundo se le paso por la mente si no era mejor morir que vivir así.

Pero allí seguía ella, eran las once de la mañana de un viernes, estaba tumbada en la cama, como siempre no se movía, simplemente se dejaba hacer

Ahhh, si, ahh... Santana como me gustas...- decía mientras terminaba dentro de la latina, por suerte usaba condón. Aquel hombre empezó a besarla con lengua, Santana movía la lengua en mitad para evitar ahogarse, en mitad intentando que sus lenguas no se tocaran. Sus manos recorrían el cuerpo de la latina, tocándola mientras Santana solo deseaba que se cansara y se fuera. El sonido del teléfono interrumpió cuando besaba el pecho de la latina- ¿Sí?- dijo mientras seguía tocando el pecho de Santana- Susan hija, me pillas ocupado, sí, estoy en una reunión muy importante, te veré en casa, un beso cariño- Santana solo miraba con asco a aquel hombre, tenía una hija y ni aún hablando con ella era capaz de dejar de tocarla. Colgó el teléfono y lo dejó en la mesa- ¿Por dónde íbamos?- cogió a Santana en brazos y empezó a hacerlo de pie, Santana tenía que agarrarse a sus hombros para no caer, eso la mataba, tener que tocarlo

Santana salió de la habitación una hora más tarde, solo estaba Kitty, por la mañana no solía haber nadie, estaba cerrado, solo habrían para él cuando se le antojaba ir por la mañana, Kitty tenía que ir por si había que llevar algunas copas al cuarto

El muy asqueroso tiene una hija- dijo Santana echándose un whisky

¿Y qué con eso?- preguntó Kitty sin saber el por qué del comentario

Algún día ese hombre me la pagara, veremos si le gusta que le hagan a su hija lo mismo que él me hace a mi- dijo llena de odio Santana

¿Pero sabes algo de ella?- preguntó Kitty, aunque negaba con la cabeza, meterse con aquel hombre no podía traer nada bueno

Que se llama Susan, seguramente será igual que él- Santana se bebió la copa de un trago y se fue a su casa

Vidas opuestas (Brittana)Where stories live. Discover now