Capítulo 26

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Contra todo pronóstico, de las tres parejas que se habían formado en Los Ángeles, solo una había sobrevivido, Kitty y Marley. Marley seguía trabajando para las chicas, como lo había hecho toda su vida, se mudó a Nueva York, aunque vivía en una casa junto a Kitty, a Quinn no le gustó nada que Marley siguiera con Kitty, pero tanto Quinn como Brittany lo respetaban, era su vida, su relación, y las dos rubias querían a Marley, era parte de la familia, solo le pidieron una cosa, que no dijera que Brittany estaba viva.

Era el cumpleaños de Beth, hoy cumpliría sus nueve años, a diferencia de la vida que habían tenido Brittany y Quinn, dejaban que sus hijas fueran a colegios públicos y se relacionara con personas de distinto nivel económicos, le enseñaron que el dinero no era importante, ambas sabían bien, que el dinero no traía la felicidad. La casa estaba abarrotada de niños de distintas clases sociales, así como de sus padres, había juguetes por el jardín, payasos, magos, un gran castillo hinchable y un sinfín de juegos para que los niños se divirtieran. Habían contratado a camareros para que atendieran a los invitados, la agencia ofrecía un servicio de canto, que también contrataron, aunque les gustaba poner karaokes y cantar ellas y que los niños lo hicieran, querían algo de distracción para los adultos, y así no tener que estar pendientes de todo. Sobre todo Brittany, que se la pasaba más tiempo con los niños que con los adultos, su sobrina, decía que era una tía muy guay, porque siempre jugaba con ella, aunque Quinn era más seria, cuando no había tanta gente también jugaba como una niña

Voy a cambiar por cuarta vez a Naya, se ha vuelto a manchar de chocolate- dijo Brittany riendo con la pequeña en sus brazos

Si dejaras de darle dulces hasta que lleguen los invitados...- regañó Quinn tanto a la madre como a la hija

Pero están buenos- dijeron las dos a la vez, haciendo un puchero

Quinn no había visto a los que serían los camareros, ya que de eso se encargaba un responsable, por lo que se encargó de dar la bienvenida a los invitados. Los camareros empezaron a recorrer la casa con bandejas con canapés y copas. Como si el destino jugara con ellas, cada vez que Santana o Rachel entraban en una habitación, Quinn o Brittany salían por la puerta de otra, haciendo que las cuatro chicas no terminaran de coincidir. Brittany se la pasaba en el jardín con los niños, mientras que Quinn estaba dentro, Rachel y Santana servían por la zona interior de la casa.

Rachel, es tu turno, debes ir a cantar, todo está preparado- dijo la encargada

Rachel soltó la bandeja y se dirigió al escenario que había para que tocaran, las personas que allí estaban se volvieron a mirarla, Rachel sonrió, se sentía como una estrella cada vez que la gente esperaba porque cantara

Buenas noches, soy Rachel Berry,- Quinn al escuchar esa voz, al escuchar ese nombre se giró mirando al escenario, no podía creerse que la tuviera allí, en su casa, después de tantos años volvía a verla, su corazón se aceleró- y espero que disfruten esta noche de la música- Rachel dio la señal y empezaron a tocar una canción

Rachel empezó a cantar, pero después de la primera estrofa una voz la interrumpió, Quinn se acercaba a ella cantando, Rachel la miró con asombro, su voz se quebró por un segundo, pero consiguió recomponerse, ambas empezaron a cantar juntas


Cuando la canción terminó, las dos se quedaron mirando, se quedaron en silencio, solo se miraban, los invitados aplaudían, después volvieron a sus charlas, pero a ellas eso no les importaba, solo les importaban que después de cinco años habían vuelto a verse. Había deseo en sus miradas, pero lo que más había era añoranza y tristeza, se reflejaban en sus ojos que aún se querían

Q...- Rachel no pudo decir nada, pues un apasionado beso la calló, se aferró al cuello de Quinn y la besó como si fuera una droga que no consumía en mucho tiempo, como si lo necesitara. Se separaron lo mínimo para coger aire- te he echado muchísimo de menos Quinn- Rachel lloraba aferrada en Quinn

Yo también bebe- Quinn volvió a besarla con pasión, agarrándola de la cintura y pegándola a ella, no le importaba que había gente mirándolas, no le importaba nada

Mamá, estás dando el espectáculo- se quejó Beth

Beth estás enorme- dijo Rachel, al ver que la pequeña a la que le tenía que dar de comer, era casi tan alta como ella

¿Vuelves a ser novia de mama?- preguntó Beth con curiosidad

No, nosotras...solo...- Rachel no sabía que decir

Mamá no ha tenido novia, porque aún te quiere- le dijo Beth, ganándose un codazo de su madre- pero si es verdad- se quejó Beth

Quinn y Rachel bajaron del escenario para hablar, aunque en su "comunicación" no había palabras, solo los besos que no se habían dado en todos esos años

Hola, hola- Beth había cogido el micrófono y saludaba a todos con una gran sonrisa- gracias por venir a mi cumpleaños, espero que se lo estén pasando bien, y si no es así, es que son unos aburridos. ¡Espero que estén preparados! Porque mi tita va a cantar mi canción favorita. ¡Es la hora de los dinosaurios!- dijo saltando y riendo

La música empezó a sonar y Brittany apareció disfrazada de cavernícola, varias personas se rieron, mientras Brittany entraba corriendo y detrás de ella varios niños con disfraces, caretas o cabezas de dinosaurios


Brittany cantaba y bailaba, mientras los niños la imitaban, bailando a su manera. Rachel se puso pálida al verla, era como estar delante de un fantasma. Se escuchó como una bandeja caía al suelo, todos los invitados se giraron a ver a la camarera que había dejado caer su bandeja, era Santana, miraba a Brittany con lágrimas en los ojos, no podía creerse lo que estaba viendo, pensó que su imaginación le estaba jugando una mala pasada, pero no era así, era ella, era su voz, su sonrisa, sus preciosos ojos azules. Brittany no se dio cuenta hasta que terminó la canción, cuando vio a todo el mundo mirando a una persona, al mirar a esa persona la vio, su corazón pareció pararse por un instante, se olvido de respirar, estaba llorando, su corazón parecía que se encogía por momentos.

Tita, te toca cantar otra vez- dijo Beth tirando de su brazo, haciendo que le diera la espalda a Santana.

¿Cantar? Tenía ganas de llorar, no de cantar, tenía miles de sentimientos que creía enterrados, sentimientos contradictorios, amor y odio, alegría y tristeza... ¿Qué podía cantar cuando solo quería llorar? Se sentó en el piano, empezó a cantar mirando a Santana, cantaba todo lo que sentía en esos momentos, se sentía estúpida por después de todo seguir amándola, sentía dolor porque después de todo lo que le había hecho seguía cantando para ella


Santana la miraba, de sus ojos salían lágrimas mientras cantaba, y sus lágrimas se hacían más pesadas con cada palabra que salía de su boca. No se dio cuenta, pero estaba frente al escenario, se había acercado hasta quedar justo debajo del escalón que subía al escenario. Cuando Brittany terminó la canción se bajo del escenario, le dio la espalda a Santana y se alejaba de ella, pero Santana la agarró del brazo, girándola

Ni se te ocurra decir nada Santana- dijo Brittany limpiando sus lagrimas, su voz era fría, reflejaba todo el dolor que sentía en ese momento

Creí...que habías muerto...- logró pronunciar Santana

¿Decepcionada?- la voz de Brittany era dura, distante, cosa que hizo que Santana sintiera que se le rompiera en mil pedazos su corazón

No...yo...

Mami no llores- una pequeña se abrazó a la pierna de Brittany, Santana no tuvo que preguntar para saber la respuesta, esa niña era su hija, lo sabía, era igual que ella a esa edad

Vidas opuestas (Brittana)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora