El Trato |HS|

prólogo

________ miró su maleta, y cerró los ojos.
-Acepto -el sonido de su voz retumbaba en su cabeza.
Había aceptado. David
la había mirado con una sonrisa y se había puesto de pie rápidamente, aunque con lentitud, mostrando quien mandaba allí.
-Bien te recogerán nada más llegar allí, no te metas en su cama, deja que él mande, deja que él decida. Nosotros le hemos dicho que eres buena, no nos decepciones.
Quiso reír. ¿Qué era buena? Pero si era virgen
No era una mojigata, pues sabía del tema, había leído mucho y estaba informada. Pero eso no la ayudaba a asimilar lo que se le venía encima: había aceptado acostarse con un completo desconocido.
No sabía como sería. Podría ser calvo y gordo, un bruto que hiciera de su primera vez un trauma. También podría ser una persona tierna, que al verla la dejara ir. Pero sabía que no había muchos hombres que dejaran escapar lo que tenían.
Por lo menos rogaba que no se diera cuenta de su inexperiencia, esperaba no cometer errores, y mandar a su hermano a la cárcel
Jesse era un peligro andante, con tan solo diecinueve años se había metido en más líos que la mayoría de esos jóvenes juntos. Por los pelos siempre había conseguido escapar, pero la gota que hizo que el vaso se derramara, fue cuando lo pillaron bebido, conduciendo un coche robado. Un coche robado a un importante empresario.
________ había ido a rogarles. Y él susodicho empresario, después de mirarla de arriba hacía abajo, le había soltado aquella bomba llamada trato.
Pero antes había dicho una palabra que la había echo sentirse poca cosa.
-Servirás -solo una palabra, una palabra que había echo su corazón encogerse. Y sentirse como si no fuera nadie.
Lo había seguido a un hermoso despacho, tan hermoso y deslumbrante que hacía que una persona se sintiera pequeña, cualquier movimiento estaba echo con sumo cuidado, pues no quería cargar con un objeto roto, bastante tenía ya.
-Bien, eh
-________ dijo ella.
-_________ ¿has dicho que harías cualquier cosa por tu hermano, verdad?
-Lo que sea dijo ella, asintiendo.
-¿Viajarías por él?
-¿Viajar? ¿Cómo? No entiendo.
-Verás te propongo un trato.
-¿Có cómo?
-Te tengo un trato si lo aceptas, tu hermano no irá a la cárcel.
-¿Qué tipo de trato? preguntó ______, retorciéndose las manos, nerviosamente.
-Has de acostarte con un rico empresario, solo satisfazlo, y tu hermano será libre.
-¿Cómo? preguntó ella poniéndose de pié, sintiéndose ofendida.
-No te alteres, muchacha sonrió el tipo- Piénsalo; solo una noche, y tu hermano se librará de todo culpa. No lo acusaremos de nada.
-¿Y cómo puedo estar segura? preguntó desconfiada.
-Firmaremos un contrato
-Un un contrato el viejo asintió.
-Firmaremos, si tu cumples con tu parte, yo cumpliré la mía, retiraré todos los cargos, tu delincuente hermano quedará libre solo tendrías que estar una noche.
-Una noche ¿y vendría de regreso?
-Claro te daré los pasajes, de ida y vuelta.
«Solo una noche» reflexionó ella. Su virginidad no era importante si alguna vez lo había sido ese día había pasado a la historia, tenía tan poco tiempo en su vida, que no creía encontrar al hombre de sus sueños por la calle, así que ¿qué mas le daba?
-Nada más me acuesto con él, y mi hermano será libre. Se quedará sin cargo alguno.
-Deberás compartir la noche con él lo que te pida, deberás de dárselo cumple, y tu hermano será libre. ¿Qué dices?
Pensó en su padre, quien sufría del corazón, su pobre madre quien pasaba sus días al cuidado de su amado esposo, una disgusto más, y él podría sufrir un nuevo ataque, su madre moriría de pena Recordó la cara avergonzada de su hermano, cuando había ido a pedirle ayuda.
Alzó la cabeza, con ojos decididos, y los clavó en los de aquel hombre, quien sonreía ya victorioso.
-Acepto - dijo.
_______ cerró la maleta, y sus ojos ardieron de rabia. No tenía idea de lo que sucedería. Pero todo fuera por el bien de su familia.
-Señor Styles-susurró ella cogiendo fuerzas- allá voy.