capítulo 6

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La incredulidad se había apoderado de ______ al oír la cantidad de dinero que él le había dicho. No dejaba de mirarlo con la boca abierta, no era capaz de murmurar una simple palabra. Estaba demasiado concentrada en asimilar lo que había oído...
-¿Qué pasa? ¿No te parece suficiente? -preguntó él, mientras miraba los ojos abiertos de _____- Pues no te pienso ofrecer más... -dijo y se giró, para volver a girarse hacía ella- está bien, pon tu la cifra, me da igual cuanto me cuestes... vale la pena.
El silencio se hizo tenso, ella ni siquiera se molestó en abrir la boca, cerró los ojos, y contó hasta veinte, para así abrirlos y descubrir que todo no era más que un mal sueño, sin embargo al abrir los ojos él la seguía mirando, cada vez más curioso, y ella quiso estampar su mano en el hermoso rostro.
-¿No vas a decir nada? -preguntó Harry.
-¿Qué quieres que diga?
-Sigo esperando que pongas una suma de dinero.
-No voy a poner nada, ninguna suma ni nada.
-¿Entonces, me vas a dejar a mi que decida?
-Quiero irme a casa, ¿me dejas un teléfono?
Un teléfono, llamaría a su amiga, y ella le mandaría el dinero, después se lo devolvería, todo sería así de sencillo.
-¿Para que quieres un teléfono? No vas a ir a ningún lado.
-Oh, ya lo creo que si -murmuró ella, cogiendo fuerzas- tu no eres nadie para decirme que tengo que hacer...
-¿Y tú si eres alguien? -______ lo miró, y le escocieron los ojos, las lágrimas le quemaban y amenazaban a salir, por lo que bajó la vista. No se habría sentido peor si le hubieran dado un puñetazo. Harry se sentía como un tonto, no quería decir eso- ________ yo...
-¡Por supuesto que soy alguien! -escupió de pronto- más que tú, seguro.
-Oh, si claro... por eso dejas que cualquiera te arrebate la virginidad.
Su cara ardió, sus ojos vacilaron, y él maldijo por lo bajo.
-A quien yo le entregue mi virginidad, solo es asunto mío.
-Lo sería... si no hubiera sido yo el que te la quitara.
-Mira, deja de hablar como si fuera muy importante, no es nada, además, podría haber sido cualquiera.
-Claro, ¡el que más pagara! ¿no? -escupió sintiendo asco. Y rabia.
La impotencia se adueñaba de ______, ¿Qué decirle? Más la rabia la estaba sumergiendo al fondo del pozo, pensara lo que él pensara, no era la realidad... y ella no era una pobre estupida a la que pusiera gritarle.
-Piensa lo que quieras -dijo. _______ se levantó de la cama y buscó sus zapatos que no encontró, paseó por el suelo buscándolos.
-Deja de buscar lo que sea que buscas.
-Mis zapatos -le contestó- me voy...
-¿Se puede saber a donde?
-A mi casa...
-Ah... muy bien. Y ahora explícame, como demonios vas a volver.
-¿Sabes, Harry? ¡Vete al infierno! No estás poniendo las cosas nada fáciles -gritó mientras miraba al suelo- ¿y donde coño has puesto los putos zapatos? -las palabras quedaban atragantadas en su garganta, y se sorprendía de que aquellas palabras salieran de su boca, siempre había sido alguien "correcta" por así decirlo a la hora de hablar, pero en ese momento, el cuidar su vocabulario no era lo que más le importara.
-¿Te refieres a estos? -preguntó él levantando sus sandalias, y balanceándolas.
-Dámelas.
-Ven por ellas -dijo él.
-Mira... no estoy para bromas, dámelas y deja que me vaya.
-Yo tampoco estoy para bromas, pero si las quieres, ven por ellas.
-Maldito seas -murmuró acercándose a él e intentando cogerlas, pero justo cuando las iba a alcanzar, él las movió.
La diferencia de altura hacía que ella quedara siendo mucho más bajita, por lo que le costaba alcanzarlo. Mirándolo con los ojos chispeantes alzó la cabeza y la clavó en los ojos de él, quien sonreía divertido.
-¿Qué pasa, ______, no puedes cogerlas?
-Harry, me estás enfadando mucho...
-¿Y que vas a hacer al respecto?
-Ahh -gritó ella, mientras se abalanzaba sobre él, haciendo que ambos cayeran hacía atrás.
-Oh -gimió él cuando su espalda chocó contra el suelo.
-Juro que te lo advertí -dijo ella.
-Podrías haberme roto algo... -susurró él.
-Me habría reído, y después me habría ido -dijo ella apretando los dientes, y arrebatándole las sandalias.
Harry con sus reflejos atrapó las muñecas de ______, y la mantuvo presa.
-No te creo...
-¿Y por que no? Si me acosté contigo por dinero, también puedo ser una persona insensible a la que le de igual todo ¿no crees? Ahora suéltame que me tengo que ir.
-No vas a ningún lado -dijo él girando y atrapándola contra el suelo y su cuerpo.
-Harry levántate -protestó ella, mientras se movía bajo él, siendo consciente del calor que comenzaba a apoderarse de su cuerpo.
-¿Y si no quiero?
-¿No querrás malgastar dinero en alguien como yo que no es nada, no? -preguntó ella con rabia, recordándose lo que él mismo había dicho de ella.
-Ya te dije que valías la pena -dijo él.
-Me da igual, valgo mucho más de lo que ofreciste.
-Oh... así que la virgencita tiene su precio...
-Si no recuerdo mal, dejé de ser virgen anoche -contestó con indiferencia, ignorando el nudo que le estrujaba el pecho por el dolor, sus mejillas se tiñeron contradiciendo el tono de su voz.
-Doy fe de ello -susurró agachándose para rozar sus labios.
-Harry -murmuró ella, mientras sentía los labios terriblemente secos, la necesidad de humedecérselos ganó y se pasó la puntita de la lengua, en un movimiento tímido que él siguió con los ojos, antes de atrapar su boca.
Entreabrió los labios de la chica con la lengua, para adentrarla luego en su cálido interior, saboreándola, ella gimió muy levemente bajo su boca devolviéndole el beso al que se había rendido.
No sabía que tenía, no sabía lo que era, pero lo que si sabía era que se sentía tremendamente débil bajo su boca, bajo su cuerpo, frente a él... aunque su mente gritara una cosa, su cuerpo hacía otra, el deseo la invadía, y olvidaba todo aquello que en lo que debía razonar.
Alzó los brazos, y lo abrazó, mientras acariciaba su espalda de arriba hacía abajo. Él continuaba besándola, cada vez de una forma más apasionada, una forma a la que ella respondía sin chistar, introduciendo la lengua en su boca, saboreándola sin cansancio. Las respiraciones se iban haciendo más pesadas a medida que el beso iba siendo más largo y apasionado.
Ella gimió de nuevo, un gemido de placer, que hizo que Harry le separara las piernas, para colocarse entre ellas, el vestido se hacía alzado tanto que dejaba las piernas libres, podía notar la evidencia de su excitación contra su sexo, haciendo que ella se excitara... él le acariciaba la piel desnuda de las piernas, despacio, subiendo y bajando las manos, la sujetó por la cintura y se pegó más a ella, mientras bajaba su boca por el cuello de la chica.
Mientras jadeaba, ______ no pudo evitar pensar de que modo cambiaban las cosas de un momento hacía otro, más el pensamiento no duró mucho, pues la boca de Harry la torturaba con sus roces...
Volvió a unir los labios contra los de ella, y la besó con fuerza, para mirarla a los ojos.
-Y entonces ¿Cuánto va a ser? -preguntó él mientras le besaba las mejillas.
-¿El que? -preguntó ella a su vez, totalmente perdida.
-El precio...
-¿De qué?
-Tu precio...
Como si se tratara de hielo, el cuerpo de _______ se congelo, el calor que momentos atrás se había apoderado de ella desapareció repentinamente, la realidad la había golpeado de pronto. Y no le había gustado nada. Lo apartó de un empujón, y se levantó del suelo, apenas estuvo de pie comenzó a colocarse bien la ropa, aunque pudo imaginar su aspecto, con el vestido arrugado, el pelo alborotado, el rostro sonrojado y los labios hinchados. Sintió como se le caldeaba el cuerpo a causa del enfado y miró a Harry.
-¡No hay ningún precio!
-¿No...?
-¡No! ¡Olvídate de eso, y haz el favor de llevarme al aeropuerto!
-No hago favores, preciosa... todo lo que hago es en mi propio beneficio.
-¡Un egoísta empedernido! ¡Que bonito!
-No más que tu...
-Mira Harry, hazme un favor, aunque no lo hagas... bueno, tómalo como una orden.
-No cumplo órdenes...
-Pues tómatelo como quieras; deja de halagarme y mándame de vuelta a mi casa. Ambos saldremos ganando.
-Yo no saldría ganando nada...
-Seguro que si... -repuso ella.
-Escúchame _______ -dijo mientras se acercaba a ella y la agarraba por los hombros- no te voy a mandar de vuelta a ningún sitio... no te voy a dejar ir. Te he ofrecido dinero por quedarte conmigo... no me pones un precio. Bueno, allá tu, pero no te voy a dejar marchar, y si quieres luchar, lucharemos. Te va a ser muy difícil irte... y no te es nada difícil rendirte bajo la lujuria, para haber sido virgen hasta anoche eres muy apasionada... y eso me gusta. Te tendré de nuevo, a las buenas o a las malas. Tú decides..

El Trato |HS|Where stories live. Discover now