TE DEJE IR || Seth Rollins

27. Nadie debe saberlo

Una llamada llegó al celular de Ángel, el investigador que había contratado Zahra para averiguar la vida de Abril.

— ¡Ángel! Abre la puerta, debes ayudarme.— Dijo Zahra asustada y casi gritando.

— ¿Zahra? Cálmate.— Dijo Ángel restándole importancia.

— Ángel acabó de... ¡Acabó de matar a alguien! — gritó Zahra.

— ¡¿Qué?! — Preguntó Ángel alarmado, como no estarlo después de lo que ella acababa de decir.

— ¡Abre tu puta puerta!— gritó Zahra.

Ángel colgó el teléfono y corrió hacia la puerta principal, la abrió y vi a Zahra de pie con las manos ensangrentadas.
Miro por los hombros de Zahra y vio a un taxi en la calle, dentro del Taxi había un alguien, Zahra no vino sola.

[***]

|Horas antes|

Una gran explosión se produjo producto de la cisterna llena de gasolina con el coche en llamas de Zahra.

El hombre que venía en la bicicleta estaba muerto y completamente calcinado.

Zahra logró salvarse, al momento del choque ella escapó, vio como el fuego atacó al pobre muchacho y no hizo nada.

Miro frente a su coche y había un hombre acostado medio muerto.
La persona que ella había atropellado.

Se acercó a él con cautela y se asustó apenas vio de quien se trataba.

— ¿Seth? — Dijo ella, se tapó la boca con su mano y comenzó a llorar de forma descontrolada. — ¡Seth!— Dijo y se puso de rodillas para poder verlo más de cerca.

Zahra tomó a Seth en sus brazos y lo abrazo, vi las heridas que tenía en todo el cuerpo, la sangre caía desde la parte trasera de la cabeza de Seth, sus labios estaban dañados y tenía un gran corte en el brazo.

— Perdóname Seth— dijo zahra.

Ella sabía que si se quedaba allí iban a culparle de todo y peor aún sería juzgada y le darían sentencia.
¿Quien quiere ir a la cárcel?; Nadie.

— Seth... Que hice... — Decía llorando y acariciando el rostro de Rollins. — No te mueras, yo te amo demasiado, no me dejes. — lloraba Zahra.

Zahra se quitó su saco y se lo puso como almohada a Seth, se puso de pie y se acercó a la cisterna.
El conductor al igual que el muchacho estaba calcinado.
No había testigos del hecho cerca.

— No puedo ir a la cárcel, Seth no puede morir. — Comenzó a llorar.

En esos momentos de angustia es cuando cometes los peores errores y no sabes que esos errores traen consecuencias a futuro.

— Nadie debe saber que yo estuve aquí y que mate a dos personas y atropelle a Seth. Nadie.— Dijo Zahra llorando.

Y así es como Zahra hizo daño a dos personas que se amaban, así es como ella provocó el más grande dolor a Seth, un dolor que lo acompañaría por toda su vida.

[***]

— ¿De donde vino ese ruido?— Preguntó Finn.

— No lo sé.— Respondió Dean.

La puerta de la habitación de Abril se abrío, de allí salió la enfermera muy nerviosa.

— ¡Doctor!— Dijo gritando, caminó presurosa a la oficina del doctor y unos segundos después el doctor entró corriendo a la habitación de Abril.

Finn y Dean no entendían nada, se asustaron mucho.

Después de 5 o 6 minutos el doctor salió de ma habitación.

— Señores, La joven Abril despertó. — dijo el doctor.

— ¡Despertó! — Dijo Feliz Finn. Miro a Dean y lo abrazo, Dean no dijo nada sólo sonreía.

— Ella pide ver a Seth Rollins, ¿Alguien lo vio? Está muy nerviosa.

— Se fue hace unos minutos. — Respondió Finn.

— Podrían llamarlo, Abril está muy nerviosa, no logramos calmarla y estar en ese estado no es bueno para ella. — Dijo el doctor

— Sí claro, yo le llamó.— Dijo Finn.

— ¿Podría entrar a ver a Abril?— Preguntó Dean.

— Sí claro. Pase. Pero no por mucho tiempo.

— Gracias.— Respondió Dean, entró a la habitación dejando a Finn afuera y con el celular en la mano tratando de comunicarse con Seth.

[***]

Un taxi pasó por el lugar del accidente, el conductor al ver el lugar se asustó mucho y quiso llamar a la policía pero Zahra le quitó el celular antes que lo hiciera.

— ¿Quien es usted?— preguntó el hombre.

— Ayúdame, encontré a este hombre en el suelo y necesita ayuda, se está muriendo lléveme a un hosp...— Lo pensó mejor, en el hospital harían muchas preguntas. — lléveme a mi mi casa por favor.

— Yo...— el hombre estaba en shock no sabía que hacer.

— Ayúde a este pobre hombre. ¡Por favor!— Dijo Zahra llorando.

— Suba.— Dijo el hombre al fin.

Zahra metió a Seth en el coche, parecía muerto pero aún tenía algo de pulso, ella subió al asiento del copiloto, toda su ropa tenía sangre y no paraba de llorar.

— ¿El es algo de usted?— preguntó el hombre.

— Sí, él es...— pensó bien la respuesta. — es mi esposo.

— ¿Como se llama?— preguntó el hombre.

— Ángel... Ángel Garcia.— Dijo Zahra.

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