Capítulo 16: Tic Tac

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Peter

Desde que Jane se fue la isla volvió a ser tal y como fue antes de su llegada, oscura, llena de ira, venganza, odio, tristeza, soledad, maldad, con Ángela hablaba algunas veces pero últimamente ya no salía a la superficie, el pozo de los deseos había vuelto a llenarse de enredadera haciendo que sea imposible acceder y lo más importante, el reloj de arena aumentaba su ritmo cada día, me quedaba menos tiempo del que pensaba.

Félix hizo lo que quiso con esta isla, sus perros falderos dejaban un lio a donde iba, ya no teníamos un campamento fijo, quería dejar su huella en cada sector de la isla.

Así que un día cansado de esto me fui de la isla, de todas maneras nadie notaria mi ausencia, fui a ver a Jane, estaba sola en esa casa, lo que me llevo a preguntarme por los gemelos, Bella estaba con ella con un montón de libros, al lado de Bella estaban Henry y Ruby leyendo también, espere a que se fueran pero Henry se quedó a ayudar a limpiar, cuando al fin se fue, entre por la ventana y antes de que Jane dijera o hiciera algo tome la tinta de pulpo que tenía guardada y la deje inmóvil, sabía que me podía escuchar solo quería que hiciera eso

-Jane tienes que volver, Félix ha hecho lo que quiso con toda la esperanza que habías puesto en la isla él...- pero antes de que pudiera seguirá seguir ella se deshizo de la tinta haciendo que dé un paso para atrás y dos bolas de fuego aparecieron en sus manos

-dame una razón para no carbonizarte

- solo escúchame ¿sí? Solo eso- dije alzando mis manos en son de paz, apago el fuego y bajo sus manos asintiendo lentamente- es Félix, es quiso volver oscuro mi corazón pero no pudo, es decir, lo logro por unos minutos pero después se fue y...

-eso no es posible... me estas mintiendo, como siempre- dijo casi gritando pero antes de pudiera hacer algo más la bese llevando mis recuerdo a su cabeza

Le mostré cada momento desde que Félix entro en mí, como en la cueva ella hizo que vuelva a normalidad, como hable con Ángela para que los ayude a escapar, y todo lo que paso en la isla desde que se fue.

Pero fuera de eso, la extrañaba, extrañaba sus besos, su cariño, en ningún momento separe mis manos de su mejillas y ella automáticamente puso las suyas en mi cadera siguiéndome y dejándose llevar por el momento, por el recuerdo, por el beso. Cuando me separe ella me miro y me dijo

-no te queda tiempo- dijo tan cerca de mí que por un momento no escuche que había dicho, solo estaba concentrado en su calor, su aliento, su respiración, su cercanía, su amor

-lo sé, no tengo fuerzas- dije retrocediendo dos pasos

-tengo que detenerlo- dijo apretando los puños

-no...

-¿no?

-no todavía, debes seguir practicando

-¿Cómo sabes que no estoy lista?

-¿estas lista acaso?- le pregunte alzando una ceja

-pues... no del todo, pero puedo ayudar- dijo cruzándose de brazos

-entonces no lo hagas, no vayas, espera unos días, no sé qué planea pero estoy seguro que tiene magia

-¿Cómo es eso posible?

-porque él tomo tu lugar- dijo alguien detrás de mí

-Henry- dijo Jane- ¿Qué haces aquí?- pregunto y yo voltee a verlo

-olvide mi campera así que volví y...

-no le digas a tus mamas- dijo Jane acercándose a él

-no lo hare, los ayudare

-¿Qué?- pregunte caminando hacia él

-una de las herencias de mi familia es nunca perder la esperanza, veo que cambiaste y ya no eres el muchacho que me secuestro esa vez- dijo tendiéndome la mano- sin récores

La tome lentamente- sin rencores

-bueno- dijo Jane a mi lado- explica lo que dijiste antes- dijo caminando hasta la mesa, nosotros fuimos detrás de ella y nos sentamos

-dijiste que Félix quiso volver oscuro tu corazón pero no pudo

-así es...

-eso es porque antes tenías los días contados

-ahora también

-no, ese ya no es tu tiempo, es de Félix

-¿Qué?- pregunte

-¿ah?- pregunto Jane

-el reloj de arena cuenta los días de la una persona con corazón oscuro, lleno de odio, ira, envidia, maldad y ya no lo tienes Peter, es Félix quien tiene un corazón oscuro ahora

-es él a quien le queda poco tiempo- dije- solo hay que esperar

-no- dijo Jane- no esperare a que cumpla sus objetivos, sean cuales seas, iré en unos días

-es peligroso Jane- le dijo Henry ¿de qué me estaba perdiendo?

-no necesito tu permiso- dijo- ni el tuyo- me señalo a mi

-yo no dije nada- me defendí alzando las manos- solo no vayas ahora

No costo demasiado convencerla, Henry se fue y quedamos nosotros de nuevo, tenía muchas preguntas que hacerle pero creo que deberán ser otro día, si es que la veía de nuevo, pero lo mismo hice una de ellas

-¿y los gemelos?

-lo lleve de vuelta a su casa, en Inglaterra

-genial, debían extrañar su hogar

-si- dijo riendo- bastante... Peter ¿Cómo supiste que iba a hacer? En la isla- me pregunto

-te conocí bien en poco tiempo

-pero fue muy exacto y los gemelos...

-hice que se pelearan, así les darías un discurso familiar enternecedor, harías las pases y dirían algunas verdades y su jaula se abriría, luego pasaría lo mismo contigo, después irías con el único ser en quien confiarías a medias para sacarte de ahí y si vendrías aquí o no fue solo una corazonada, no estaba seguro pero si deseaba que lo hagas para que en un futuro volvieras a la isla y te viera otra vez

-¿Cuánto tiempo estuviste bajo ese hechizo o no sé qué te hizo Félix?

-algunas horas

Ella me miro y no dijo más nada, ni yo tampoco, tenía mucho que decirle pero no me salían las palabras así que tome aire, me acerque y la abrace ella se demoró pero me correspondió el abrazo

-Peter- dijo cuándo me aleje

-no digas ¿sí?- dije poniendo ambas manos en su cabeza- resolveremos esto

-no queda tiempo

-siempre hay tiempo

-cambiaste demasiado desde el día en que te conocí

-te lo debo Jane

Ella sonrió y se mordió el labio, dudosa de hacer o de no hacer algo pero lo hizo de todas maneras, me besó de todas maneras 


Había Una Vez En NUNCA JAMASWhere stories live. Discover now