Amazing | Teen Wolf Fanfic.

XI. Young God

Stiles se consideraba un joven bastante persuasivo. El no tener poderes sobrenaturales no le afectaba en lo absoluto. Aún soñaba con el Nogitsune, a pesar de que Scott le había jurado que nada de eso volvería a pasar; no podía evitar contar sus dedos o revisar sus apuntes para asegurarse que no hubiera garabatos o marcas que indicaran su regreso.

Tuvo que correr para alcanzar a todos, evitando al coach Finstock, fingiendo que llevaba todo ese rato entrenando con ellos. Antes de eso le había dado instrucciones precisas a Cameron de ir a las gradas para pasar el rato con Kira por lo que suspiró aliviado al verla subir los escalones en dirección a la chica.

Cameron frenó de golpe al ver que Kira no estaba sola, Malia estaba sentada a su lado con un libro sobre las piernas y sus 3 marca textos.

-¡Hey, lograste llegar!- La kitsune, hizo a un lado el palo de Lacrosse que sostenía para ponerse de pie. La nueva no respondió, continuaba con la vista fija en Malia.

-Lamento lo de hace días, era una broma tonta.- Murmuró Malia no tan segura, sólo estaba repitiendo lo que Scott y Stiles hicieron que se aprendiera –No fue nada, sólo quería ver tu reacción pero todo fue broma.-

Cameron se rindió, tomando asiento entre ambas chicas. No estaba aún tan segura de lo sucedido pero sabía que necesitaba gente con la cual podría pasar tiempo y ese grupo de amigos se veía bastante amigable.

El transcurso del entrenamiento no fue tan especial. Tiros, más tiros, Stiles al borde del llanto, bolas por doquier. Pero el plan comenzaba a ejercerse.

-¡Eso fue suerte!- Malia se puso de pie, furiosa por lo que acaba de suceder. La bola había entrado a la portería; Stiles era el portero, Isaac y Scott eran los que debían evitar que eso sucediera, si les preguntabas, todo era parte del plan pero no contaba con que el coach se burlaba estruendosamente de Stiles dejándolo en ridículo. -¡Que se repita!-

-Cariño, no hay repeticiones en mis clases.- El coach se volteó, mirando divertido a la rubia-castaña.

-10 dólares a que lo detienen.-

-Eso sí te lo acepto.- El silbato sonó nuevamente.

Liam corrió hacia la portería, Scott tenía que dejarlo pasar sin quedar mal como capitán. El Beta siguió su paso, evitando ser derribado, claro estaba que no iba a terminar en el suelo o ahí sería donde quedaría la teoría de Scott e Isaac. Estrellaron sus cuerpos entre los 3 justo cuando Liam tiró la bola, tratando de dirigirla hacia el palo de Stiles. La había detenido.

El coach comenzó a exclamar eufórico, más furioso de haber perdido su dinero que de tener buenos defensas y un portero decente. Los demás jugadores tuvieron que pagar el precio, corriendo alrededor de la cancha.

Stiles le dio la bola a Scott, quien comenzó a brincar victorioso para después lanzar la bola lejos en señal de triunfo. La bola blanca salió rápidamente dirigida hacia las 3 chicas en las gradas. El plan era que Cameron la detuviera pero lo único que hizo fue taparse el rostro antes de poder ver que el palo de Lacrosse de Kira le había salvado de un buen golpe.

-¡Tú! ¡Buena atrapada!- El coach alzó los brazos para llamar la atención de Kira. -¡Lánzala de regreso!-

Kira se puso de pie y se la arrojó. Minutos más tarde, la chica era la nueva integrante del equipo de Lacrosse y todos confirmaron que Cameron no poseía nada de sobrenatural. A la castaña no le hizo tanta gracia todo lo sucedido, no pensó que fuera agradable el detenerse a escuchar lo que fueran a decirle y corrió hacia el estacionamiento.

-¡Andando, Cameron!- Una voz grave y masculina la llamó.

-¿Siempre eres así, Jett?- La chica arrugó la nariz mientras caminaba en dirección al chico sentado en una motocicleta. Jett era moreno, tenía el cabello negro y sus brazos estaban llenos de tatuajes, en la escuela los cubría con chaquetas de mezclilla o camisas de manga larga; podría pasar como hermano de Scott, sólo que con pinta de malo.

Cameron subió a la motocicleta, abrazándose de la espalda del chico para no caer cuando comenzaran a moverse. Se habían conocido un par de días atrás, para ser precisos, un día después del incidente con Malia. Jett la había introducido a su grupo de amigos y todos parecían acoplarse bien entre sí, además de que sentía mayor confianza rodeada de ellos que de Scott y sus amigos.

La motocicleta avanzó por el estacionamiento, dirigiéndose hacia la calle para ir hacia el punto de reunión que tenían. Nadie frecuentaba ese lugar por lo que para ellos era bastante cómodo.

Una mirada los siguió y no despegó los ojos de ellos hasta que desparecieron en el camino.