Introducción

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Un despacho, enorme, en donde un chico, multimillonario está trabajando con su portátil, se hace llamar "Theo", este tiene los ojos azules y pelo rubio tirando a castaño, de estatura media, y aparenta mucho más de lo que es en realidad.

Y es que en realidad, el no debería tener un despacho, o un ordenador propio, o, directamente... ¡un trabajo!, a ver, se que te estas perdiendo, por eso voy a contarte su historia:

Él, "Theo", que en realidad se llama Sam,  Sam Jones Blake, hace unos meses vivía con sus padres. Su padre era abogado, pero no hacía las cosas del todo legales, es decir, que si sabía que iba a ganar el juicio, luchaba muchísimo para conseguirlo, pero cuando era imposible ganar, lo que hacía era sobornar al otro abogado, o al juez,  así, ganaban todos. Sam, ya lo sabía desde hacía mucho, y de hecho su padre le había enseñado todo lo que sabía, pero su madre...su madre no lo sabía, hasta que le oyó hablar por teléfono del tema, desde ese momento se fueron separando, hasta que un día la madre le amenazó con contarlo todo, y bueno, el padre... el padre la dejó inconsciente, delante de Sam. Esa misma noche, cogió 100$ y salió de ahí. Desde ese momento se empezó a ganarse la vida como podía, tuvo muchos trabajos, pero muy limitados ya que pocos dejaban trabajar a un niño de 16 años, aun que aparentara más, por ello Sam, empezó a falsificar todo, desde el DNI, hasta talones, (todo esto gracias a su padre y a vídeos de internet) y de un día para otro, se hizo millonario, el no se creía nada, por que vamos a ver, un niño de 16 años había engañado a toda una ciudad, pero ya no era un niño, ni se llamaba Sam, ahora era un adulto de 25 años llamado Theo. Se fue de esa ciudad para que nadie de su familia le reconociera, se fue a Chicago y creó una empresa de abogados, rápidamente empezó a estafar y a falsificarlo todo y cada vez se hizo más rico.

Pero un día, recibió una carta muy especial, ya que era de su madre, ella decía que sabía todo lo que había hecho, y que se sentía orgullosa y a la vez muy decepcionada ya que estaba siguiendo los mismos pasos que su padre ( Sam odiaba recordar a su padre, y sobre todo odiaba que le comparasen con él) , también ponía que quería verle, y que cuanto antes mejor, por ello él la envió una carta en la que ponía una dirección, una fecha y una hora, nada más, bueno si, la nueva firma que Sam había hecho, pero en este caso ponía Theo.

A los dos días Sam recibió otra de su madre que decía que aceptaba la invitación, a él le apetecía verla, ya que hacía medio año ya desde aquella noche, él estaba dispuesto a enseñarle todos los utensilios que utilizaba para falsificar, que cada vez eran mejores y más precisos y también la quería proponer algo, volver a juntarse, volver a llamarse Sam, quería volver a su vida normal, pero sin su padre y en otra nueva ciudad, por eso, cogió su DNI y su pasaporte verdadero, los había guardado en un cajón desde que se mudó a esa casa, había tirado la llave como símbolo de que su antiguo "yo" había desaparecido, y le resultaba irónico que solo por una carta quisiera volver a la normalidad, pero le daba igual, ahora lo único que quería era abrir ese maldito cajón, al final acabó rompiéndolo, pero por lo menos lo tenía.


Son Cosas del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora