Son Cosas del Destino

Abril

Llega Abril, los dos están muy unidos, hablan, ríen, comentan... Lisa, ha aprendido mucho, y ya sabe hacer cualquier cosa con el ordenador, parece que ya sabe hacer de todo, pero por un extraña razón ninguno de los dos ha mencionado el pacto que hicieron de olvidarse el uno del otro en cuanto Lisa aprendiera, creo (espero) que ya sepas por qué, pero aunque parezca irónico, aún ninguno de los dos ha dicho lo que siente. Todo parecía perfecto, excepto por una cosa, los policías ya se habían dado cuenta de que algo iba mal, no sabían quien, pero alguien les estaba haciendo perder dinero a todos. Por lo menos no sospechaban ni de Sam ni de su empresa.

Hoy por la mañana, Sam parecía un poco distante, Lisa, estaba preocupada por él, pero no le había querido preguntar nada porque si no lo había dicho sería por algo, pero de repente...

-Lisa...

- ¿Sí, que sucede Sam?

- Verás, esto va a sonar un poco raro, pero, la próxima semana tengo que irme a otro país para una cosa del trabajo

- ¿Qué cosa?

- Si te lo cuento, ¿prometes no enfadarte?

- Si

- Verás, mi " empresa" está haciendo unos negocios con una "mafia" con la que ganaremos mucho dinero

- ¿Qué?¿Estás loco? Sam es muy peligroso, esa gente puede hacerte de todo

- Me prometiste que no te ibas a enfadar...

- Joder Sam... ¿cuántos días serían?

- Pues... unos cuatro días fuera

- Vale, y  ¿que hago si la policía nos pilla?

-ME pilla, recuerda que piensan que solo es una persona, y a demás, no sospechan de nosotros, somos demasiado buenos para que nos pillen

-Bueno, igual ellos son más listos que nosotros...

-Lo dudo mucho

- Bueno, vale, ve a ese sitio, pero por favor, ten muchísimo cuidado

- Vale, te lo prometo, pero si algo me pasa, tienes que prometerme que te irás de esta ciudad, te irás a Europa y empezarás una nueva vida, ¿vale?

¿Nueva vida, sin ti? imposible, pensaba Lisa

-¿VALE?- Dijo Sam gritando para captar la atención de Lisa

- Vale,vale, pero mas te vale que no te ocurra nada

- Vale

Se les pasó la semana volando, llegó el lunes, el día en que Sam tenía que irse, Lisa, quería llorar, no podía estar ni un segundo sin ver a Sam, ya lo pasaba mal por las noches...  pero a Sam le ocurría lo mismo, amaba a Lisa, y no podía dejar de pensar en ella, era tan hermosa tato exterior como interiormente... claramente esto no lo dijeron, pero... sus ojos de desesperación lo decía todo.

- Adiós- dijo Lisa

- Hasta muy pronto

- Eso espero

-Ya verás como si

Y se dieron un muy fuerte abrazo, y muy largo, era... como si ninguno de los dos quisiese soltarse, pero de repente se oyó la campana del tren, y Sam, se tuvo que ir corriendo, dejando a Lisa destrozada, y a él igual.

Mientras que Sam no estaba Lisa intentaba concentrarse en su trabajo, que básicamente era sacarle el dinero a los bancos, o a multinacionales, al principio lo hacía para ganar dinero, pero hubo un momento que empezó a hacerlo por diversión, le hacía gracia que ninguna empresa se diera cuenta de que la estaban robando, aunque ahora lo hacía menos menudo por si acaso la policía la pillaba. El primer día lo había pasado muy mal, no estaba Sam, y su vida no tenía ningún sentido, el segundo, lloró un poco, pero intentó trabajar y el tercero estaba un poco más feliz porque solo quedaba un día para volver a ver al amor de su vida, esa noche, ella ya estaba apunto de dormirse, pero de repente sonó el timbre.

- Emmm, ¿quién es?

- Lisa, soy yo, Sam, corre, abre- Su voz parecía muy asustada y a la vez muy nerviosa

- Sam... ¿que haces aquí, no se supone que venías mañana?- Dijo Lisa mientras abría la puerta

- Si, ese era el plan, pero ha habido un cambio de planes, nos tenemos que largar de aquí ya 

- ¡¿Qué?!

- Que la he cagado Lisa, que hay que irse ya joder, coge algo de ropa y baja, y sobretodo no hagas preguntas, luego te lo cuento todo

- Vale, ya voy

Tardaron menos de cinco minutos en coger todo lo necesario y llegar al coche