Lisa

45 5 9
                                    

- No tengo otra opción, ¿verdad?- Dijo Sam

- Me temo que no

- En ese caso, vale te ayudaré, pero en cuanto aprendas nos separamos, y no volvemos a vernos, nunca más, ¿Vale?

-Vale, vale, si yo soy la primera que quiere acabar lo antes posible- Dijo Lisa con un tono borde -Pero antes de nada, ¿me puedo duchar? es que hace mucho que no lo hago y...

-Si, si, claro- Dijo Sam interrumpiéndola, el baño está a la derecha -Pero no tengo ropa limpia de chica como comprenderás

-Jajaja no pasa nada, yo si que tengo- dijo mientras señalaba a una mochila que había dejado al entrar

-Emm vale, entonces no hay problema

- Vale, en 15 minutos vuelvo

-Vale- Dijo Sam mientras se apartaba para dejarla pasar

Mientras ella se duchaba Sam pensaba en la locura que estaba haciendo, ¿enseñarla? eso es imposible, probablemente la cagaría en algo y si eso pasaba, tendría que ir a la cárcel o algo parecido. Intentaba pensar en las cosas malas de esa chica, de Lisa, pero le costaba mucho encontrar algo malo en ella... siempre que pensaba, se acordaba de sus preciosos ojos azules, como el color del mar, o también pensaba en su pelo rizado, moreno y largo o en... Para, pensaba Sam, para de pensar en ella como si fuera algo bueno, es algo malo... Bueno, la verdad es que no es tan malo, no aparenta para nada su edad, eso es un punto y... es... guapísima. Joder, concéntrate Sam...

De repente se oyó dulce voz que venía del baño

- Ay, muchas gracias, me hacía falta una ducha, no sabes lo difícil que es encontrar una en la calle- Dijo Lisa riéndose mientras salía del baño, se había puesto unos pantalones blancos y una camiseta un poco transparente, se notaba que no llevaba sujetador.

- Emm, de nada- Dijo Sam apartando la mirada un poco

- En fin, ¿empezamos ahora?

- ¿Ahora? Si, si claro emm, ¿que te parece si nos sentamos en ese sofá?- Dijo Sam mientras señalaba a un sillón

- Si, claro, vamos

Los dos se sentaron y empezaron a hablar de estafas y todo eso, pero poco a poco se fueron yendo del tema, Sam intentó retomarlo.

- Y... ¿Que se te da bien hacer?

- A mi, poca cosa - Dijo Lisa mientras se reía, pero intentó ponerse seria - Bueno, si que se me da muy bien los ordenadores...

- Si, ¿y eso?- Dijo Sam mientras que se acercaba a ella

- Bueno... mi padre era informático, y me enseñó muchísimo

- A si, ¿y que sabes hacer?

- Pues... me se meter en algunas páginas privada, también puedo hackear algunos dispositivos o cuentas...

- Eso está genial, nos vendrá muy bien para algunas cosas

- ¿En serio? Jo, me alegro mucho

- Si, y yo - Dijo Sam mientras que se acercaba aún mas, llegó a rozar sus preciosos labios, pero ella se apartó al momento

- ¿Qué te crees que haces? No se quien te crees que eres, pero yo no soy de esas, ¿vale?

- Vale, perdón, de verdad que no se que me ha pasado, lo siento

- No pasa nada, pero que no se vuelva a repetir, recuerda, solo me vas a enseñar, y en cuanto acabe esto, nos olvidamos el uno del otro, tu mismo lo dijiste

- Si, tienes toda la razón, perdón- Dijo Sam mientras que se apartaba

- No pasa nada, me voy a dormir que hoy ha sido un día de muchísimas emociones.

-Si claro, hay un cuarto de invitados en el segundo piso a la izquierda

- Vale gracias

Sam se quedó sentado en el sillón, no podía dejar de pensar en ella, amaba cada milímetro de su cuerpo, no se lo podía creer, amaba a una tía que había conocido hace unas horas y que encima le estaba chantajeando, y por si no fuera poco, ella no sentía nada, o eso pensaba.

En pocos minutos se quedó dormido en el sillón, pensando en ella, en la suerte que había tenido al conocerla, pensaba... que simplemente eran cosas del destino, y que no se podía separar de ella, porque se había convertido en una de sus pocas razones para vivir.

Son Cosas del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora