If only

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Día 578:

Narra Lucille:

-Lucille- bramo el hombre de cabellos castaños en la gran puerta de la casa Barrington mientras comenzaba a caminar en mi dirección con un paso mas que acelerado. Me quede mirándolo sin decir nada- déjame hablar contigo, por favor- soltó el en cuanto estuvo a una distancia prudente, todo su rostro mostraba al menos un poco de comprensión.

Por el contrario me estrecho contra su pecho levantando cuerpo unos centímetros sobre el suelo durante varios segundos.

Mas mi expresión seria no cambio.

-jodida mierda Lucille- mascullo el y pude jurar que era la primera ves que lo veía perder los estribos, para este entonces yo no podía articular ninguna palabra, estaba tan sumida en los crueles pensamientos que me azotaban que lo único que podía hacer era mirarlo de forma paulatina pero sin que mis ojos expresasen la mínima gota de algo- superaras esto, todos lo harán, lo prometo- dijo sosteniendo mi rostro entre sus manos, en sus ojos podía ver mi reflejo, como si fuese una muñeca, un títere sin expresión alguna, el títere de Negan.

Había sido su cachorro por mucho tiempo y eso me estaba afectando demasiado. Si tan solo jamas hubiese aceptado su invitación, su confianza, su protección... a cambio de algo horrible.

-no quiero que hagas algo estúpido ¡contéstame!- exigió el hombre comenzando a enloquecerse mientras sus manos puestas en mis hombros hacían la mínima presión sobre ellos, solté un largo suspiro antes de volver a recobrar los sentidos.

Para cuando eso paso tenia mi cuerpo pegado al suyo en un abrazo.

-Lucille quiero que sepas que te aprecio demasiado ¿comprendes? Jamas podría sentir odio o decepción hacia ti- dijo el angustiado mientras yo aun mantenía mi rostro oculto entre las telas de su camisa. Pero no lloraba. Ni sonreía. No tenia expresión alguna- jamas te dejare sola, no te ocurrirá lo que a el, no...- negó el intentando auto-convencerse de ello, se que estaba hablado de su hermano Elliot, eso era lo único que podía despertar un gran sentimiento de vacío en Jesus, sino, todo lo demás parecía neutro en el, era como un filtro.

-lo aprecio mucho- dije una ves separados, y en verdad lo apreciaba pero tal ves en otro momento me hubiese maravillado oír esas palabras salir de su boca y hubiese reaccionado diferente- iré a ver como están Maggie... Daryl... Rick...- dije mirando hacia los trailers(*) donde seguramente estarían los primeros dos descansando. Jesus asintió. Comencé a caminar, pero luego de dar unos cuantos pasos me detuve- eres muy importante para mi Paul, también te quiero- sonreí a medias, tal ves era mejor que lo supiese antes fuese demasiado tarde.

No podía saber lo que pasaría dentro de varios segundos ¿como saber lo que pasaría en un día?¿o dos?¿o una semana? o peor ¿en el futuro?.

Fueron necesarios tres pequeños golpes en la puerta de metal para que el Coreano me abriese la puerta de aquel vehículo convertido en consultorio medico. Con sus ojos llorosos me indico que pasase mientras el salia a tomar aire fresco. Así lo hice. Con una flor entre los dedos de mi mano contemple por unos segundos a una Maggie totalmente devastada, llorando ante su reflejo en una maquina especializada en ecografias. Pero no fui lo suficientemente valiente como para acercarme demasiado.

-lo siento mucho- dije con mi cabeza inclinada hacia abajo avanzando unos pocos pasos en su dirección, este ambiente cerrado hacia que mis emociones no pudiesen fluir con naturalidad, azotaban nuevamente mi cabeza.

Me acerque un poco y deje aquella flor blanquecina en su regazo. Y volví a alejarme.

-Lucille- llamo ella con voz débil y quebrada, suspire un poco y me acerque débilmente- cariño, lo siento mucho- dijo ella, y como Jesus lo había echo minutos atrás, ella me abrazo, me abrazo en busca de cariño y contención. Pero tal ves no podía darle lo que ella necesitaba. Al menos lo intente por segundos mientras mis lagrimas fluían- cielo... debes saber que no estamos enojados contigo, nadie lo esta, por que tu eres una niña y ninguna niña debería pasar por lo que tu has pasado- dijo ella mirando fijamente a mis ojos mientras lloraba. Ahora había tomado mi mano y la envolvía entra las suyas- no importa lo que pase Lucille, tu nunca dejes de ser como te has mostrado este ultimo tiempo en Alexandria, todos te necesitamos- pronuncio ella tan dulcemente que por un momento me perdí entre sus empalagosas pero esperanzadoras palabras.

Lucille (Carl Grimes)[Editando] Where stories live. Discover now