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La habitación donde nos encontrábamos era el único testigo de nuestros cuerpos desnudos sedientos de placer.

Los gemidos junto con el sonido de nuestros besos era lo único que podía escucharse, no necesitábamos nada más.

Ese aroma dulzón que desprendía me cautivaba cada vez más.

Tocaba su desnuda y suave piel y rozábamos nuestros cuerpos que comenzaban a impregnarse de sudor.

Intenté decir su nombre pero mordió mi labio tirando de este levemente y volvió a besarme apasionadamente.

Nos separamos mínimamente aunque un pequeño hilo de saliva seguía uniendo nuestros labios hinchados por la ferocidad del beso.

- Jin -logré pronunciar mientras llevaba dos de mis dedos hacia su boca- lámelos -ordené.

Él sólo asintió y empezó a lamerlos, su lengua los recorría una y otra vez asegurándose de que estuviesen bien lubricados.

- Es suficiente -sentencié mientras acariciaba su suave cabellera.

Sonrió mientras posó una de sus manos en las marcas rojas de su trasero y mirándome inocentemente se volvió para ponerse en cuatro.

Tan lindo y pervertido.

Acaricié un poco su entrada con los dedos e introduje el primero. Al no recibir respuesta metí un segundo y los moví lentamente.

Podía sentir su respiración acelerada.

- No es suficiente -pronunció entre jadeos- ¿A qué estás esperando?

Lamí mi mano para después lubricar mi miembro.

Abrí un poco sus nalgas y lo rocé lentamente en su entrada, jugando con esta, metiendo y sacando levemente la punta.

Lo introduje un poco más y me correspondió con un excitante gemido.

Pasé la lengua por mis labios para después morderlos y saqué mi miembro de él golpeando de nuevo su trasero.

- ¿Qué haces? -giró su cabeza para mirarme con un gesto suplicante -Vuelve a meterlo.

- Cambiemos, esta posición no me gusta.

Lo giré con rapidez.

- Idiota -se quejó- ten más cuidado.

- Necesito ver tu rostro.

Esta vez introduje mi miembro completamente y los dos gritamos de placer. Podía sentir como su interior se adaptaba perfectamente a mi tamaño.

Entre jadeos apoyó uno de sus brazos en la cara ocultando sus ojos. Agarré este y lo aparté.

- No te escondas -di una fuerte embestida que provocó en él un gran gemido- quiero ver tu expresión.

Recorrí el interior de sus muslos con la yema de mis dedos y dirigí mi mano hacia su erección.

Jugaba con sus testículos, masajeando un poco y recorriendo su erección desde la base hasta la punta con mis dedos para luego agarrar su miembro y mover la mano con rapidez.

Él sólo se limitó a gemir mi nombre pero hizo que mi miembro vibrase por la excitación.

Me centré en los movimientos de mis caderas que arrancaban dulces gemidos de su interior.

Una estocada tras otra, lento pero fuerte como a él le gustaba.

Una de mis manos se aferraba a la pierna que descansaba en mi hombro, mientras que la otra masturbaba su miembro rítmicamente.

Acerqué mi cuerpo lentamente hacia el suyo y realicé un delicado camino de castos besos desde el cuello hasta su pecho.

Dirigí mis labios hacia uno de sus pezones y comencé a jugar con este, lamiendo y mordiendo con delicadeza, tenía la sensación de que su piel perfecta podría quebrarse en cualquier momento

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Dirigí mis labios hacia uno de sus pezones y comencé a jugar con este, lamiendo y mordiendo con delicadeza, tenía la sensación de que su piel perfecta podría quebrarse en cualquier momento.

Su cuerpo se arqueaba lentamente correspondiendo los suaves roces junto con las fuertes estocadas.

Sus largos brazos abrazaron mi torso, arañando mi espalda y aferrándose a mi piel.

- Lo siento -contestó entre gemidos, cerrando los ojos y mordiendo esos labios gruesos que sabían genial.

Le sonreí con picardía mientras recorría con la mirada ese cuerpo angelical que estaba siendo corrompido.

- No te contengas -respondí aumentando la velocidad de mis movimientos.

Agarré su cintura y lo acerqué un poco para estar más cómodo.

Yo seguía moviendo mis caderas, mi visión se nublaba, estaba a punto de perder la cabeza.

Volví a agarrar su miembro pero esta vez comencé a masturbarlo con rapidez.

- Si sigues haciendo las dos cosas a la vez -dijo entre jadeos agarrando la sábana con fuerza- no aguantaré mucho más.

Un grito de placer salió de lo más profundo de su ser junto con el semen que acabó en mi mano y su abdomen.

Yo tampoco podía aguantar y con una última y fuerte estocada acabé dentro de él.

Saqué mi miembro de su interior y dejé caer mi cuerpo exhausto encima del suyo, ambos estábamos cansados.

Sentí como sus manos se apoyaban delicadamente en mi rostro para después mostrarme una dulce sonrisa.

Junté mi frente con la suya devolviéndole la sonrisa y lo besé.

Junté mi frente con la suya devolviéndole la sonrisa y lo besé

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WAR OF HORMONE [ NAMJIN ]Where stories live. Discover now