Capítulo 6

4.4K 306 9
                                    

2 meses después.

—No, No y No. -suspiré, ella comenzaba a fastidiarse– otra vez, desde arriba.

Sabía que era mi culpa.

Cada uno tomo su posición y en cuanto las luces iluminaron mi rostro gire levemente para quedar frente a mi compañero de reparto.

—No dudes jamás de mis palabras...

Me mantuve estática al sentir su mano rozando la mía. Podía hacerlo, tenía que hacerlo, debia de hacerlo.

—Elizabeth... No puedo soportar ni el futuro ni el presente, sin ti...

Sus manos ya se encontraban entrelazadas con las mías.

Tu eres mi mundo...

Y ahí, todo se derrumbo dentro de mi. Tenía que responder, sabía mis líneas, tenía que decirlas, podía visualizuarlas si cerraba los ojos, tenía que decirlas.

—Amor -todo era tan doloroso–, te lo pido, no me importa lo que pase ni me importa el que diran...

—¡Bien! -ella interrumpió suspirando– Ellea...

—Lo lamento, voy a concentrarme. - murmure abrumada.

—Eso estuvo... bien, Luthor. -ella se acercó y me dio una sonrisa alentadora, la primera en un mes– ¿Te parece si ensayamos solo tus partes hoy?, un amigo muy especial vendrá a verme y me encantaría que te viera en acción, ¿Que dices?.

—Si solo... necesito un descanso ¿puedo?.

—Claro, él llega en unos minutos, no tardes tanto.

Asentí y camine hacia la parte trasera del teatro, tome mi bolso, mi botella de agua y me coloque en la parte más alejada de los bastidores, tomé asiento en el suelo mientras ataba mis agujetas y trataba de alejar aquella última frase de mi mente.

Las lágrimas brotaron de mis ojos sin siquiera avisar, pude ver como caían repetidamente en el suelo de madera dejando su marca, mojaban mis pantalones y dejaban un sabor salado en mis labios, aunque realmente comenzaba a acostumbrarme a aquel sabor.

Me sentí tan estúpida.

—Ellea... Es hora. -Leandro llamo mi atención.

Asentí cerrando los ojos y limpiando mis mejillas borrando cualquiera rastro que delatara que había llorado.

Camine hacia el escenario y tome mi lugar de nuevo, no sin antes darle mi botella de agua a una de mis compañeras.

—Cate, querida -una voz extraña llamo nuestra atención.

—¡Alejandro! -ella giro para verlo– Llegas justo a tiempo.

—¡Maravilloso!, ¿Es ella?. -aquel hombre me señalo.

—Así es.

—Muy bien, vamos a ver que podemos hacer aquí.

La escuche reír y suspiré, iba a arruinarlo.
Pude verla entregarle un libreto y cerre los ojos un breve momento recordando la escena que seguía.

Las luces se volvieron tenues, limpie mis manos en la licra y mire fijamente a mi compañero.

—Elizabeth...

Él emanaba deseo y desesperación mientras que yo, seguramente, emanaba tristeza por cada poro de mi ser.

—Seré lo que tenga que ser, lo que me pidas tú, amor lo digo realmente, haz conmigo lo que quieras -la respiración me faltaba–. No te puedo olvidar, estas en mi pensamiento constantemente -reí conmocionada– y aunque trato de olvidarte cada día te extraño más, las noches sin ti agrandan mi soledad, Henry, te amo. y lo sé, estoy segura.

Just MineWhere stories live. Discover now