Capítulo 18

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“El día en que finalmente nos conocimos”

Aquel día de hace un año Fernando me llevo a primera hora a el aeropuerto en donde el jet me esperaba para llevarme hasta New York, había partido con varias de mis maletas y unas cuantas cartas que mis hermanos me habían dejado por la noche, pero sobre todo un mensaje, un mensaje de ella, que ahora sumaban 300 en total y que aún no me atrevía a abrir.

Y sin darme cuenta, así paso todo ese año, pase la mitad de mi curso en Yale y la otra mitad en el Vassar que finalmente estaba por terminar.

Lo que restó del 2014 y los ahora inicios del 2015 había traído grandes alegrías para la familia Luthor en todo el sentido de la palabra. Los mellizos mas esperados que ahora llevaban los nombres de Dominic y Demetrius finalmente habían nacido, tan solo un mes después de el primogénito que toda Australia había esperado por muchos años, Cornelio Borromeo Luthor que ahora tenia seis meses de nacido y a los que no, no los conocía en persona, al menos no a los gemelos, pero al menos en las fotos ellos eran los bebés mas hermosos que en mi vida había visto. 

Y mientras mis hermanas vivían la feliz maternidad y la vida de casadas al igual que Alí y las mellizas disfrutaban de sus noviazgos, yo solamente era una chica antisocial y con un tóxico amor prohibido con el cual no tenía comunicación desde hace un año.

Vaya diversion la que tenía.

—¡Elle!

Parpadee brevemente y sonreí mientras corría hacía la mujer de ojos azules.

—Oh ¡mirate! ¡Luces espectacular! -besé sus mejillas–... Definitivamente los genes de mamá te ayudaron.

—Cierra la boca... -Atala bromeó.

—¡Mi pequeño Borromeo! - tomé en brazos a el pequeño bebé para finalmente conocerlo– ¡Pero mira estos rizos pelirrojos! ¡Eres precioso!

Podía sentir la sonrisa de Atala sobre mi.

—Es tan lindo. -murmure levantando la vista– Es el ser mas perfecto del mundo.

—Lo es ¿no? -Atala afirmo besando mi cabeza– Bueno Elle... Es hora de irnos.

—¿Ir a donde?

—Iremos con Tom para mi vestido -Ella respondió analizandome de arriba a abajo–... Nuestro vestido.

—No me voy a ir a cambiar aunque me veas así. -respondí caminando hacia la camioneta– Andando que no creo que Tom Ford tenga todo el tiempo del mundo.

La escuche quejarse y reí subiendome con cuidado a el automóvil, coloque a el pequeño en su silla especial y seguidamente los tres partimos hacia el estudio.

—Asi que... Vaya, han pasado muchas cosas ¿no es cierto?.

—En su vida seguramente si, en la mia no hay mucho que contar. -Murmure sonriendo levemente– Espera... ¿Un vestido para qué? -suspire– Oh no... Me estás ocultando algo.

—Hablaremos de esto primero y luego sobre lo “aburrida” que es tu vida. -Viro los ojos mientras hacía comillas con sus dedos.

—Solo dilo ahora Atala. -insistí.

—Iremos a Italia nuevamente. -Confesó.

—Ata... No me lo tomes a mal, amo Italia, adoro Italia y las islas de tu familia son preciosas, majestuosas, pero no planeo estar encerrada en una isla por una semana nuevamente. -Hablé rápidamente.

—No es con mi familia -me maldije mentalmente por haber hablado tanto–, Valentino hará una fiesta por su cumpleaños, una fiesta muy grande y todos tendremos que ir.

Just MineWhere stories live. Discover now