—¿Segura que estás bien? -Cate se reusaba a irse- Ellea ayer debimos de haber ido a el hospital.
—Cate, todo esta bien.
—Ian dijo que vomitaste y fue muy repentino, Ellea, no, nada esta bien.
—Ian definitivamente debió de haber alardeado. -trate de restarle importancia– Vamos, ve a trabajar.
—Elle, no quiero que pase algo malo.
—Estoy bien Caty -me acerque a ella— Lo prometo -le di un corto beso–. Es hora de que te vayas o se hara muy tarde.
—Esta bien -me volvió a besar-. Nos vemos mas al rato. Llama si sucede algo ¿si?.
—Adiós. -murmure sonriendo.
Suspire y me volví a recostar en la cama. Definitivamente había arruinado aquel viaje.
Tan solo un día había bastado para que mi experiencia valiera un soberano rábano, después de que Cate me presentará a la mayor parte de el elenco, había quedado a responsabilidad el señor McKellen, que, aunque había hecho de todo para que no me encontrara con Lee, sus intentos habían sido en vano.
Y definitivamente él no se lo tomo nada bien a pesar de la calma que mantuve al conectar con su mirada fugazmente y entonces ahí las náuseas regresaron y así tuve que regresar a el hotel a petición de la mujer de cabellos rubios.
—Vaya lio...
Tome el teléfono y pedí servicio a la habitación. Un buen desayuno, unos buenos libros y mi día sería perfecto, definitivamente tenía que ser mejor que el anterior.
Caminé hasta él baño y prepare la bañera, la puerta de la habitación sonó varios minutos después y amablemente recibí la comida quedándome sola nuevamente.
Y las náuseas regresaron así como la punzada en él bajo vientre. Tome una gran bocanada de aire y salí rápidamente en dirección a el escusado, no pasaron dos minutos para que mi estómago quedara completamente vacío y la cabeza comenzará a dolerme.
Definitivamente no iba a ser mejor que el anterior.
Mi teléfono comenzó a vibrar, bufé terriblemente abrumada, me levanté y camine hasta el espejo para tomar la llamada.
—¿Hola? -trate de tomar aire.
—Ellea ¿Qué sucede? ¿Estás bien? Te escuchas...
—Todo bien, Atala. -trate de traqulizar a mi hermana mayor.
—Ellea, no me mientas.
—suspiré– He tenido muchas nauseas y últimamente el estómago duele horrible.
—Elle, estoy en Nueva Zelanda por un viaje de negocios, papá me ha mandado...
—Ambas sabemos muy bien que no es un viaje de negocios. -murmure molesta ante la actitud de mi padre– Puedo cuidar perfectamente de mi sin guardaespaldas, dicelo.
—Élise...
—No Atala, estoy bien. Todo está bien - de haber sabido que la necesitaría, definitivamente no le hubiera restado importancia–. Cualquier cosa no dudaré en llamar.
—Bien Elle, te quiero mucho
—Adiós Ata. -colgué rápidamente.
Me recargue en el lavamanos mirándome en el espejo, estaba completamente pálida casi transparente y definitivamente esa no era una buena señal.
Supe que no mejoraría en cuanto algo comenzo a correr por mi muslo derecho, cerre los ojos y toque levemente esperando que fuera una broma, sin embargo aquel líquido rojo que empapaba mi mano me confirmó lo que menos esperaba.
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Just Mine
Non-FictionAustralia. Dicen que todo Tiene un Lugar de Inició. Para mí Australia lo fue. Ahí me crié. No fui hija de una familia humilde, al contrario pude ser la niña caprichosa de papá. Ahí Termine Mis Estudios. La joven que por su dinero entro a la esc...