Capítulo 3

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-¡¿Miguel que chingados haces?! -grito su padre escandalizado.

-papá yo... -no logro continuar.

Yacía en el piso con el pie de su padre golpeando en su estomago.

¡MALDITO MARICA!, una patada

¡JOTO DE MIERDA!, una más

¡TE VOY A MATAR!,tres más

En un segundo, sintiendo el sabor a fierro oxidado en su boca, dirigió su mirada hacía arriba, topándose con la horrorizada cara de Alfredo gritando que parara.

La calle entera estaba congregada al rededor mirando como el "señor" Canela propinaba aquella fuerte golpiza a su hijo.

Al final, cuando su respiración era agitada y Miguel no despertaba decidieron llamarle a una ambulancia, el padre de Jos fue encerrado 72 horas, cuando Miguel explico que el había tenido la culpa, hubo investigaciones un tiempo después, pero la familia Canela era "perfecta" .

Su madre había muerto en cuanto el nacio, su padre se había hecho cargo a la perfección, nadie veía venir esto.

La historia de Alfredo era otra muy larga y por lo general no gustaba de recordarla.

-Alonso, ¿que tal si comenzamos? -dijo intentando no volver a recordar eso.

Pasaron al rededor de 3 horas, mientras el padre Canela enseñaba a Alonso desde como entrar a su lado, hasta en que preciso momento hacer soñar las campanas.

Alonso era tierno, tanto que cada vez que José lo miraba y reía por sus especiales y hermosos gestos lograba hacer sonrojar a Villalpando.

Se preguntaba que había sentido al besar a otro niño. Alonso juraba que nada, pero no estaba seguro.

-bueno adiós Alonso.

Su madre había llegado media hora tarde, cosa que a José no le había importado, ya que si el pequeño se hubiera ido este se habría aburrido.

El padre Ferrer tuvo que salir de la comida debido a un retiro espiritual.

-adiós padre José -dijo Alonso mientras besaba rápidamente su mejilla, sin siquiera darle tiempo para reaccionar.

-adiós chiquito -susurro para si mismo mientras Alonsito se alejaba corriendo hacía su madre.

Era tan tierno, la manera en la que hablaba, en la que reía, incluso cuando su risa era muy rara, sus manitas,y sus pequeños labios rojos.

Una manía que sostenía José Canela era mirar detenidamente las pequeñisimas manos de los recién nacidos, era como una debilidad, sentir sus pequeños deditos.

***
Dos semanas después Alonso comenzaba a disfrutar el ser monaguillo, pero tenía muchas dudas sobre José.

Habían acordado que Alonso se quedara a comer con los sacerdotes, Columba - mamá de Alonso - no se había negado por que eso quería decir que tendría más tiempo para ella.

Estaban sentados comiendo, la milanesa y el delicioso arroz que el padre Ferrer había preparado.

-¿y ustedes tienen que aprender a cocinar? -pregunto curioso Villalpando.

-tenemos que aprender a ser auto suficientes-hablo Jos mientras cortaba su milanesa

-además es eso o pagar -bromeó el padre Ferrer.

-pensé que usted no reía

-¿y por que pensaste eso?, también soy humano ¿no?

-pues si, pero siempre se ve tan serio, y en misa me mira enojado.

-no te miro enojado, te miro reprochando siempre estas en tu mundo y además no soy tan serio ni que fuera un monstruo.

cuando Alonso tenía 3 años en realidad le asustaba, el hombre a simple vista tenía un aire sombrío, era alto, de piel blanca, incontables canas y mirada matadora. Había mirado Alvin y las ardillas, esa película en la que frankenstein hace una aparición y le había recordado tanto a ese hombre de sotana que tenía que esconderse tras su mamá.

-si, bueno,esta rica la milanesa. ¿puedo tomar ensalada ?

-yo te sirvo -dijo José tomando un bowl con la ensalada "especial" de el padre Ferrer.

-¿y usted como supo que esta era su vocación? -dirigió su mirada hacía el hombre de pantalones vestir de color beige.-el padre Canela ya me contó como lo supo el-esbozo con una adorable sonrisa.

Abrió los ojos de hito en hito, mirando hacía Canela, quién disimuladamente susurro "no sabe nada".

-no lo sé, solo sabía que esto era lo mío.

Derramó el agua de fresa en su ropa, José lo llevo hacía su cuarto para limpiarlo, le prestaría una playera mientras lavaba su ropa.

Era muy pequeña su habitación pero estaba completamente limpia.

Cuando vio que su playera le quedaba como túnica solo rió haciendo que Villalpando se sonrojara.

-hey, tranquilo, te vez tierno.

Más sonrojos

-tiene dientes de conejo padre José.

-Jos, dime Jos,y ¿además que te pasa? Mis dientes son adorables.

-su boca también- dijo pasando un dedo sobre sus labios, -están suavecitos.

-gracias.

-¿puedo darle un besito?

-¿en el cachete ?

-no, en la boca, uno pequeño ande ¿si?

-pero Alonso eso n... -Alonso le regalo un pequeño, puro y casto beso en los labios.

La perilla de la puerta se movía, Alonso estaba sonrojado y Jos muy nervioso..

-¿que hac...-se detuvo el padre Ferrer ante lo que veía.

Pederasta    |J.V.| (Editando)Onde histórias criam vida. Descubra agora