Capítulo 8

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-Bebé, no crees que deberías despedirte del padre Ferrer y del padre Canela antes de irte.

-no lo sé mamá, tal vez estén muy ocupados.

-yo solo digo bebé.

-lo haré solo por ti.

Alonso había abandonado el ser monaguillo unos días antes de enterarse que si viviría con la abuela,no quería ver a Jos, mucho menos después de aquella escena que protagonizaba con el hombre nuevo, aquel de cabello teñido y rizos por doquier.

Flash back
Tenía que quedarse ya que estaba lloviendo con mucha intensidad Columba no se opuso, dormiría en el cuarto del padre Ferrer ya que no planeaba ver a Jos después de aquel beso.

Fue al baño y al salir un gran trueno acompañado de un luminoso relámpago estallo. Alonso siempre había tenido miedo de esto, ya que el día en el que su padre se marcho de casa llovía de igual manera, intentando protegerse del tormenton abrió la primer puerta que encontró a su espalda.
Aun que el miedo lo invadía, algo detrás logro llamar su atención, Jos estaba sobre la cama con la espalda hacía un hombre de rizos, estaba seguro de haberle visto antes ya que el pueblo era pequeño... Aun que eso no era lo importante.
Mordía la almohada como para evitar gritarle, justo como el hacía cuando su madre ponía inyecciones para quitar su tos, ninguno de los hombres parecía haberle visto ya que ambos daban pequeños saltos en la cama, no sabía con exactitud que hacían pero estaban desnudos y eso no podría ser bueno, Jos soltó un gruñido al igual que el chico aquel.
Ambos se acostaron en la cama. Alonso seguía inerte sin saber que hacer o decir, tal vez el padre Ferrer estaba dormido.

-creo que es hora de irme Jos, ¿sabes? No podría vivir sin tu perfecto culo

-ni yo sin tu... ¡Mierda! -Jos abrió los ojos de hito en hito.

-¿quien es ese niño? -dijo Alfredo sobre exaltado cubriendo su desnudo cuerpo.

-Alon ven vamos afuera

-no, esta lloviendo...

-ok, solo vamos a voltearnos hasta que Freddy se cambie.

Alfredo coloco rápido te sus boxers y pantalones, la sudadera gris que llevaba e intento peinar su sálvaje cabello.

-adiós Jos y adiós Alon -daba brinquitos intentando colocar sus tenis.

-adiós Freddy luego hablamos

-adiós -soltó Alonso enojado, por alguna razón ese tal la Freddy no le daba buena espina.

Cuando el rizado salio de ahí, Jos intento aclarar todo.

-Alonso no puedes hablarle de esto a nadie.

-esta bien, pero quiero saber que hacían

-bien, Alon, lo intentaré, hay cosas que hacemos los adultos, no siempre están bien pero nos hacen felices.

-usted dijo que estaba mal que un hombre estuviera con otro hombre.

-si, lo se.

-¿por que me miente? ¿sabe? Usted se enoja conmigo por besar su lastimada

-yo no me enoje, tan solo no me pareció correcto.

-y que ese hombre estuviera con usted lastimándolo si esta bien.

-Alonso eres demasiado pequeño e inocente para preguntar cosas así. Solo promete no decir nada ¿si?

-no se preocupe solo no lo haga de nuevo.

-ok.

(...)
Alonso entró a la iglesia topándose con la sonrisa del padre Ferrer.

-hola pequeño ¿que te trae por acá?

-vengo a despedirme.

-¿a donde vas?

-pues viviré un tiempo con mi abuela.

-nos harás mucha falta en el pueblo y... A todo esto ¿por que te vas?

-es que la casa de mi abuela es muy grande y quiero irme de aquí.

-¿por?

-no lo se-se encogió simplemente de hombros.

-ven dame un abrazo

Lo abrazo como si de verdad tuviera sentimientos.

-¿cuando te vas?

-hoy en la noche ¿está el padre Canela?

-está en su habitación... Cerrare la iglesia, tengo que salir. Creo que tendrás tiempo suficiente para hablar con el. Cuidate y espero verte algún día...

-igual yo... adiós

Villalpando camino lentamente hacía en lugar que tan bien conocía. Abrio la puerta Jos tomaba una siesta. No supo si despertarlo o no, pero no habría otra oportunidad de despedirse.

-padre, padre, padre -susurro apenas meneandolo un poco sobre el pequeño colchón.

-Alonso, ¿que haces aquí?

-solo pase a despedirme.

-¿despedirte?

-me iré por un tiempo.

-¿a donde?

-Guadalajara

-ok, Espero que tu vida valla bien.

-si... Adiós

Lo abrazo aspirando su olor, como a bebe recién bañado y mazapán, probablemente acababa de comer uno. Alonso era la gloria.

-¿puedo hacer algo antes de salir?

-claro ¿que es?

-esto.

Tomo la cara de Jos entre sus pequeñas menos y acercó sus labios, un beso tan puro como él mismo, no sabía exactamente como hacerlo, paso la tarde de ayer viendo como podría y a decir verdad no encontró la solución, algo que mostraban todas aquellas películas eran besos, pero no la sustancia, no como deben sentirse... Ni darse en realidad.

Jos s necesitaba ese beso para lograr aclarar su cabeza.

Varias emociones recorriendo su cuerpo, curados por un momento, no un niño y un adulto, definitivamente no, solo dos almas puras a su manera. Canela por fin sintiendose seguro en un sitio y Villalpando protegido, ambos cuidando minuciosamente del otro, por fin amados, por fin en un universo seguro para ellos.

¿estaban enfermos? Probablemente, pero no podrían encontrar otra cura que no fueran sus labios, aquellos suaves y pequeños para Canela con sabor a dulce y para Alonso los delgados y maduros de Jos.

-lo siento.

-no padre, yo lo siento, estuvo mal.

-no cuando las personas se aman

-¿me ama?

-creí que no, pero ahora ni siquiera puedo pensar en que te vallas.

-solo soy un niño

-pero eres el niño más hermoso y puro del planeta.

-estuve investigando y lo que usted hacía con ese hombre se llama amor y lo hacen las personas que se aman.

-yo... Alon yo no podría...

-entonces ¿no me ama?

-claro que si, pero... No quiero dañarte no lo haría ¿estas seguro?.

-si, si, me ama y yo igual podemos hacerlo...

Pederasta    |J.V.| (Editando)Where stories live. Discover now