Capítulo 24

1.8K 156 10
                                    

Con cuidado de no ser escuchados los dos comenzaron con la mejor experiencia de su vida.

Sentados aun uno en frente del otro Jos miro los ojos del Alonso, lleno de algo irreconocible, algo como nerviosismo. Y claro que lo era había esperado con ansias esto...

Canela acaricio la suave piel de sus mejillas y paso su pulgar por sus labios, y aun que ciertamente no era mucho, lo era para Alonso,que solo lanzo un suspiro, Jos lo entendió como un gesto de aprobación y no espero más para capturar aquellos rosados labios que eran tan suaves y dulces entre los suyos, sintió el pecho del menor subir y bajar con frenesí y era una buena señal.

Con tan solo besos ambos sintieron haberse tocado, por que sus labios eran malditamente extaciantes.

Jos recostó con mucho cuidado a Alonso, quito las playeras y pudo observar la hermosa piel de su amante, como porcelana, como una flor, como algo dedicado que debía ser preservado. Calló entre sus piernas rozando las erecciones que ambos tenían y sintió que deliraba cuando Alonso entre cerró los ojos y abrió su boca.

Su cuello estaba expuesto y listo para recibir los suaves labios de Jos, con cada beso lo llevaba al paraíso, un paraíso solo para ellos. No podían hablar pero no era necesario, las simples acciones hablaban por si solas.

Canela tenía el control de todo, retiro el pantalón de Alonso y lo miro detenidamente impulsando a este a intentar cubrirse con sus sabanas.

-¿por que? -dijo Jos en casi un susurro.

-por que soy horrible -unas lágrimas resbalaron por su cien.

-Alonso, eres la criatura más perfecta, todo en ti, tu piel suave, tu olor a chocolate y tus pecas que parecen caramelo suavemente esparcido sobre ti.

-¿lo crees?

-estoy seguro,¿aun quieres esto?

-si

Jos retiro lo que quedaba de sus prendas, y beso delicadamente cada centímetro de piel que envolvía el suave cuello de Alonso, bajando por sus clavículas hasta su pecho, la sensación debajo de su boca literalmente lo llevaba al cielo, se detuvo un segundo en su abdomen y pensó que la última vez que lo vio hací fue hace 10 años y ahora era mucho mejor, ambos sabían lo que hacían y ambos querían eso.

Jos beso con delicadeza las caderas de Alonso y bajo hasta su erecto miembro al que otorgo pequeños besos mientras su mano subía y bajaba con extremada calma y delicadeza, deleitándose con los sonidos emanados de la boca de Alonso.

—No puedo más... Te necesito

Eso fue tanto para Jos que su propio cuerpo lo impulso a desnudarse totalmente en cuestión de segundos y tener un dedo dentro de Alonso, su gesto frunciendo el ceño y gimiendo fue lo mejor que los ojos de aquel hombre pudieron ver en su vida.

De pronto no era solo uno o dos dedos, prácticamente cuatro de ellos estaban acariciando la próstata de Alonso, cuando lo sintió dilatado y antes de que se corriese, Jos tomo su ya necesitado miembro erecto y lo alineo a la palpitante entrada de Alonso impulsándose de a poco para poder enterrarse completo en él... La juventud y la madures junto con las ganas de amar y el deseo inundaron la habitación de Villalpando, Jos daba profundas y pausadas embestidas dándose el tiempo de admirar y disfrutar cada acción que Alonso tenía, su mente nublada por la lujuria y el amor impedía que ambos se mantuviesen en silencio, gemidos, gruñidos y palabras sin sentido alguno salían de sus bocas. En cuanto Jos comenzó a masajear el pene de Alonso, pudo experimentar la caliente y deliciosa sensación de las paredes anales contrayéndose ahorcando de una manera exquisita su miembro, ambos llegaron al mismo tiempo, Alonso entre sus abdómenes y Jos dentro de Villalpando.

—¿despertarías conmigo cada día de tu vida?

—por supuesto —Canela siguió dentro de Alonso y ambos durmieron sintiendo el calor más hermoso de la historia.

Pederasta    |J.V.| (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora