Capítulo 4

2.6K 235 305
                                    

-¿que hac...-se detuvo el padre Ferrer ante lo que veía.

-yo, ammm

-te ves muy tierno -interrumpo de nuevo el padre Ferrer-.tu mamá esta acá, tienes que irte.

-si, adiós

Fue extraño ya que por lo general siempre se despedía de Jos con un beso en la mejilla y del padre Ferrer con un amistoso apretón de manos.

***
-¿y que le dijiste Canela?

-nada, o bueno, nada que no pudiera decir

-José, sabes que esto es por tu bien.

-No, no lo es, pero voy a asegurarme de que nadie sepa que fui marica.

-José, no te alteres

necesitas entender que ahora amo lo que hago, pero esto jamás fue lo mío.

-¿y que era lo tuyo, vivir como una abominación? ¿ir al infierno? ¿ser un gran contaminador del mundo?.

-esto -dijo apuntando el titular del periódico -esto es una abominación.

"IGLESIA ROBA MILLONES "

--Sabes que no todo es así

-como sea, descanse.

Los pequeños e inocentes labios del pequeño castaño no salieron de su mente, no durmió toda la noche imaginando lo que esos labios serían capaz de hacer.

Era virgen tanto el como Alfredo habían decidido que perderían su virginidad al Cumplir 15 pero después cuando su padre los encontrara besándose y la gran golpiza propinada por el mismo, todos sus planes con el que pudo haber sido el amor de su vida se desmoronaron, llevandose consigo sus ilusiones.

La tierna boca de Alonso al rededor del glande

Una caricia a su propio miembro

Su inexperta lengua dando pequeñas lamidas

Su mano ya envolvía toda su hombría.

Adentrandose más en su boca, hasta hacer golpear su miembro con sus dientes.

Bombeo y Bombeo, su cuerpo estaba sudoroso, tocaba el pre semen para hacer más fácil su trabajo.

Sonaba en toda la habitación, un sonido tan excitante que logro correrse a los pocos minutos, ¿estaba mal? Claro que si...pero no era como que lo estuviese poseyendo en ese instante, era una fantasía, una muy sucia, pero si no le hacía daño al pequeño no valía ¿o si?.

Al día siguiente, cuando Alonso cruzo la puerta de la iglesia con una sonrisa tan grande y hermosa que no cabía en su rostro no pudo evitar una erección, no era tan grande pero si bastante notoria.

-¿se golpeó? -pregunto Alonso al ver a José.

Alonso tenía 7 años, estaba a unas cuantas semanas de Cumplir 8, pero era muy bajito, lo cual no era del todo inconveniente ya que Jos no era muy alto.

-no, ¿por que lo preguntas?

-por esto -dijo simple mientras con un cuidadoso dedo tocaba el bulto sobre el pantalón de Jos haciéndolo gemir.

-perdón lo lastime

-oh no, de hecho ayudaste

-puedo curarlo, el otro día quise darle a una patineta, pero caí y me raspe el brazo ¿ve? -dijo mientras mis trabajo la pequeña y apenas visible cicatriz.

-ya veo ¿y que hiciste? -toco con su pulgar el brazito de Alonso.

¡Dios! Su piel era tan suave.

-pregunté a mi mamá si podría curarme y dijo que si, así que yo solito lo hice, ¿quiere que lo cure?

-esta bien doctor Alonso.

-Villalpando -dijo riendo.

Tan tierno, tan puro y tan simple. Encantador, esa era la palabra.

Su erección comenzaba ya a doler.

-¿por que no me cura en mi cuarto doctor Villalpando?

-¿el padre Ferrer no se enoja?

-salió de la ciudad

-bueno entonces vamos, señorito Canela.

Llegaron a la habitación, Jos no era pedófilo, pero Alonso tenía algo que la mayoría del tiempo ocupaba su mente.

-acuestese por favor.

Acostado boca arriba mientras Alonso simulaba ser un doctor

-¿aquí es donde duele? -paso su mano con cierta firmeza

-mm si -Jos cerro los ojos y apreto su cabeza contra la almohada tanto como le fue posible.

-una vez mi primo me pego pero no tenía todo inchadito, quitese los pantalones por favor

-¿me los quito?

-sipiriri

-ok

Los bajo que dando en bóxer. Aun Acostado.

-uyyy ya se, cuando me corto mi mamá besa esa parte, se que no se corto pero tal vez ayude.

-¿que es lo que har...

Un pequeño y calido beso fue dado por encima aun de su bóxer.

Pederasta    |J.V.| (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora