Capítulo XXXII

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- Daiki, date prisa o llegaremos tarde - dice Eiichi tomando las llaves del auto.

- ¿Esta todo listo?- pregunta arreglando su corbata.

- Por supuesto, todo saldrá según lo planeado. Tu tranquilo - comenta abriendo la puerta su departamento al ver que Daiki está listo - Pero tenemos que darnos prisa o llegaras tarde - sonríe mientras Daiki sale y él cierra la puerta.

Era un día muy especial para Sam ya que era su cumpleaños. Daiki le había preparado una sorpresa con ayuda de Eiichi, pero para que funcionara debían sacar a Sam de la Mansión sin que Kury se diera cuenta y para eso estaba Eiichi el cual era un buen escalador y subió al segundo piso por el balcón y traer a Sam.

Todo marchaba bien y Sam al saber que Daiki estaba detrás de eso no dudó en escaparse para ir con su amado.

Ya solo faltaban dos días para la boda pero Daiki quería celebrar el cumpleaños de Sam aunque sea algo simple.

-Sabía que tú estabas detrás de esto - le susurro Sam al verlo y lanzarse sobre él.

-Tu cumpleaños hay que celebrarlo aunque se caiga el cielo - dice feliz abrazando a su amado.

- Debemos irnos antes de que se den cuenta que Sam escapó -comenta Eiichi subiendo al auto y Daiki y Sam hacen lo mismo.

-¿A donde me llevarás? - pregunta Sam curioso.

-A un lugar donde solo estemos tú y yo - le responde Daiki dándole un pequeño beso en la mejilla.

Después de un rato en la carretera, llegaron a un gran edificio que Sam se quedó curioso por saber que había en ese lugar, pero, lo que más le llamó la atención fue, que se escuchaba el sonido del océano, se imaginó que debía haber una playa.

Efectivamente, había una playa y el edificio era un lujo hotel. Sam estaba maravillado con el lugar y miraba a su alrededor para no perderse ningún detalle.

-Espero que te guste el lugar - comenta Daiki y mira a Eiichi el cual se despedía dejándolos sólos.

-¡Es maravilloso! ¿Este es mi regalo de cumpleaños? -dice feliz y mira a su amado que no deja de mirarlo y espera su respuesta.

-¡La noche acaba de empezar!- exclama y lo toma de la mano llevándolo hasta la playa.

Sam sonríe y solo se deja llevar, Daiki saca su pañuelo y se lo coloca a Sam cubriéndole los ojos a lo que Sam no se negó. Daiki lo llevaba con cuidado y le decía por donde tenía que caminar.

-¿Estas listos para tu sorpresa?- le pregunta al oído a lo que Sam asiente.

Daiki le quita el pañuelo y Sam habré los ojos y se queda en totalmente sorprendido por lo que ve.

Un camino en medio de la arena con antorchas encendidas en la lados, al final de está un mantel tendido en el suelo con varios platos de comida y un pastel sobre una pequeña mesa a un lado, dos copas al lado del pastel con una botella de champán en un balde de metal.

Sam sólo sonrió feliz y sujetó a Daiki del cuello acercándose a él y dándole un pequeño beso en los labios a lo que Daiki correspondió.

- ¿Y, qué te parece? ¿te gusta?- pregunta el mayor con una sonrisa.

-¡Me encanta!- exclama sentándose sobre el mantel -Tengo hambre, vamos a comer- dice y Daiki asiente sentándose a su lado.

Ambos comen, intercambian comida uno con otro, ríen, bromean entre sí y toman un poco de champán. Un cielo despejado y el sonido de las olas al llegar a la orilla de la playa era lo único que se escuchaba a parte de sus risas.

La MansiónWhere stories live. Discover now