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-¿Dónde has estado?- me sobresalté y cerré la puerta detrás mía. Rubén estaba en el marco de la puerta de la cocina mirándome de arriba abajo. -¿Has estado con él verdad?

Le miré con odio y rodé los ojos y comencé a andar hasta el baño. Sentía los pasos de Rubén detrás mía. Me metí en el cuarto de baño y le cerré la puerta en sus narices. Me senté en la tapa del váter mientras me recogía el pelo en una coleta. ¿Qué era lo que tenía que hacer? ¿Se lo decía? Sabía que aquel chico moreno de ojos azules se refería a mi con lo de muñequita y por supuesto que sabía que no estaba de broma. En todo este tiempo me he dado cuenta que lo único que tiene Rubén son enemigos y más enemigos. Y parece que con todos tiene una cuenta pendiente. Rubén no paraba de decirle que le abriera y que si había estado con Samuel. Abrí la puerta con fuerza.

-¡No!- le grité. Me había puesto de los nervios.- He ido a una cafetería.

-¿No me digas?-  me agarró del brazo y hizo que entrara en el cuarto de baño.- ¿Y se te ha olvidado traer los cafés?

-Rubén, para, me estas haciendo daño.- pero él no paraba. Estaba acorralada contra un mueble y Rubén apretándome aún más fuerte del brazo. 

-Te advertí que si hablabas con él lo mataría.- sus ojos estaban rojos. Estaba sin camiseta, solo con unos pantalones de chándal, sus músculos estaban tensados y su voz era seria y grave y olía a alcohol.

-¿Has bebido?- murmuré. No podía alzar más la voz, Rubén era tan intimidante que hacía que no pudiese hablar. Rubén vio el miedo en mis ojos y poco a poco fue soltándome. Sus músculos se relajaron. 

-Yo... Lo siento... No quería hacerte daño.- ahora su voz era como siempre, la que me había acostumbrado a escuchar. 

-¿Has bebido?- volví a preguntar. Rubén me miró a los ojos y asintió con la cabeza. -¿Porqué?- le acaricié la mejilla. 

-Porque todo es una mierda. Ellos han vuelto y me quieren a mi.- otra vez volvía al mismo tema de ayer. Ahora era el momento idóneo para preguntar quienes eran ellos.

-¿Quiénes han vuelto Rubén?- Rubén se sentó en la tapa del váter y yo me arrodillé frente a él. 

Rubén me agarró de las manos y sonrió. Hice una mueca.

-Es mejor que no lo sepas. - me dio un beso en la frente y me acarició el pelo. -Dime la verdad Samantha... ¿Has estado con Samuel?- negué con la cabeza y le di un beso en los labios. Éste me correspondió el beso. Nos separamos por falta de aire y Rubén se levantó. Le imité y ambos nos dirigimos a la cocina.

Rubén estaba fatal. Se le notaba a kilómetros y todo desde que "ellos" han vuelto. Y me temo a que el chico de ésta mañana tenía algo que ver con todo esto. ¿Se lo contaba? Me volví a repetir. La respuesta más lógica era que sí. Pero al verle así, decaído, triste... No podía. Y me daba igual lo que me pasara a mi mientras que a él no le pasara nada. No iba a dejar que ese gilipollas le amargara más de lo que estaba. Rubén me miró y le sonreí. Me adentré más a la cocina y abrí el frigorífico, después de el tío éste me vine lo más rápido que pude a casa de Rubén, por lo tanto no había comprado nada. Por suerte para los dos, Rubén tenía un bote de nutella. La asomé por el frigorífico y Rubén me la arrebató de las manos. 

-¡Eh!- Rubén la alzó por encima de su cabeza y yo intenté quitársela. Pero era mucho más baja que él y era prácticamente imposible quitarle nada.

-Eres una enana.- me dio la nutella y me senté en la encimera. Rubén se puso en frente mía. 

Me llevé un dedo cargado de nutella y Rubén se mordió el labio. Volví hacer el mismo proceso y ésta vez Rubén me agarró de la cintura.

-No hagas eso.- dijo. Yo sonreí y lo volví hacer. -Me vuelves loco. - me quitó la nutella de las manos y la colocó en la encimera. Luego comenzó a besarme con rapidez. Mi pulso comenzó a subir y bajar rápidamente. Enrosqué mis piernas en sus caderas. Con mis manos, acaricié toda su piel desnuda. Nos separamos del beso y le miré  a los ojos. Seguían rojos.

-No quiero verte más así, con los ojos rojos. - le acaricié la mejilla. Mis piernas aún seguía enroscadas en sus caderas y él aún seguía con sus manos en mi cintura. 

-No tienes porque preocuparte por mi. 

-Quiero preocuparme por ti. Rubén me importas y me duele verte mal.- suspiré. -Creo que deberías contarme lo de ayer en la moto...

Rubén se separó de mi y extrañé el calor que me proporcionaba su cuerpo. Se pasó la mano por su flequillo y se dio media vuelta. Luego volvió a mirarme.

-No quiero contártelo. Es mejor así. No quiero que te pase nada.

-Pero no me va a pasar nada.- me bajé de la encimera.- Rubén, ¿tan malo es?

-Ellos pueden hacerte daño, mucho daño. Son muy peligrosos.

-¿Pero porqué? ¿Qué han echo o qué?

-Todo fue por mi culpa Samantha. - se llevó las manos a la cabeza.- No me preguntes más joder.- y salió de la cocina. Me quedé en el mismo sitio como unos segundos hasta que escuché un portazo. Sabía que Rubén se había encerrado en su cuarto. 

Posesivo » elrubius | COMPLETA | EDITANDOWhere stories live. Discover now