Laura pasa a dar palabras de despedida. Se ve que ha sufrido, y los niños no están.
-Clint Barton... Fue el mejor hombre que he conocido. Amable desde el primer momento en que nos conocimos...-comienza, y lagrimas comienzan a salir de sus ojos.
¿Alguna vez se enamoraron de alguien que era "prohibido"?
Ya saben... Alguien con pareja... O simplemente inalcanzables... O no sé el es un Montesco y tú una Capuleto... ¿No? ¿Nadie?
Bien, por lo general mis principios me hubiesen impedido enamorarme de él. Porque respeto a Laura y me respeto a mí, pero el amor es una cosa muy rara.
Y ahí estaba yo.
Llorando en el funeral de lo que pudo haber sido el amor de mi vida. Pero nunca dije nada ¿saben por qué?
Por la persona que está haciéndole frente a su muerte en estos momentos, hablando frente a todos nosotros, conmoviéndonos con sus palabras.
Laura.
Antes de todo esto, me hubiese gustado ser como ella. Y no me mal interpreten, me gusta la forma en que Laura le hace frente a la vida. A pesar de que se ve en su peor momento, sigue ahí parada. Eso me agrada. Digno de tomar como un ejemplo a seguir.
Todo el tiempo, ella me ha brindado cariño. Y eso duele. Duele saber que ella no tiene idea de que estoy enamorada de Clint. O de lo que fue de Clint.
Nuestra historia fue sencilla. La agente de nuevo ingreso, destinada a trabajar al lado de los agentes Barton y Rogers. Algo sencillo, por lo que había escuchado. Clint dedicaba su tarde de entrenamiento, mostrándome técnicas de combate, y muchas otras cosas. En alguna que otra misión, salvó mi vida, y yo la suya. Simplemente hermoso. Fue sencillo enamorarme de él. La mala noticia fue cuando conocí a Laura.
Dijo que Clint siempre me mencionaba cuando estaba con ella, y bueno, eso era un tanto confuso. Recuerdo haber escuchado un "te quiere como a una hija" en algún momento de la plática.
Justo en los sentimientos.
Pero bueno, seguí con mi vida, porque a ese punto, no iba a dejar de gustarme Clint. Porque, siendo sincera ¿cómo olvidas que te gusta tu compañero de trabajo?
Ding ding ding.
No lo haces.
Pero bueno... El problema no es estar enamorada, mi problema es que lo vi morir. Escuche sus últimas palabras. Genial ¿no?
Estupida bomba.
Estupida gente mala.
Estupidos quita hombres.
Estupidos asesinos.
Regreso mi mente al funeral... Y Laura está llorando en el hombro de Natasha... Su fuerza no duró mucho. Es mi turno. No quiero hacerlo.
Pero tengo que.
Lo haré.
Me pongo de pie lentamente, caminando hacia la plataforma frente a la caja. Inspiró profundamente antes de comenzar a hablar.
-Clint Barton fue una de las mejores personas que conocí, siempre inspirando confianza, protegiendo a los demás. Capaz de dar la vida por los demás. Un ejemplo a seguir para muchos. Estoy orgullosa de haber sido su alumna. De haber sido su compañera y amiga-finalizo, lo hice corto y rápido para no hacer sufrir más a las personas, o tal vez a mi, con lágrimas en los ojos, bajando para tomar asiento de nuevo al lado de Steve.
Se estarán preguntando ¿cómo fue que murió Clint Barton?
Un bomba.
Así de fácil y sencillo es terminar con la vida de un vengador.
Clint, sacaba a todos del edificio, y cuando fue a dar un último vistazo, la bomba explotó, haciendo que el edificio cayera sobre él. Matándolo. Y matando una parte de nosotros junto a él.
Recuerdo sus últimas palabras. Vaya que las recuerdo.
-Mel, quédate aquí. Iré a revisar una última vez-me dijo.
-¿Y qué pasará?-pregunté.
-Nada malo-respondió antes de salir corriendo hacia el edificio. Y eso fue todo.
Segundos después la bomba explotó. Llevándose a Clint.
Veo como siguen dando las palabras, y llega el momento de enterrarlo. De bajar la caja y poner tierra sobre esta. Todos ayudan, y yo solamente me quedo detrás, observando cómo entierran lo poco que queda de Clint. Cuando todo está colocado en su lugar, la mayoría se va, dejando a Laura y a mí solas. Me acerco a ella, y la tomo de la mano.
-Lo extrañaremos, ¿cierto?-me pregunta con voz cortada, llena de dolor.
-Podremos acostumbrarnos al dolor de su partida-respondo, abrazándola.
-Gracias Mel-murmura-. Por todo. Eres una chica increíble-dice y un nudo de forma en mi estomago.
-Gracias Laura-deshago nuestro abrazo-. Tengo que irme... Puedes llamarme... Siempre que quieras hacerlo ¿está bien?
Ella asiente, y yo dejo la última rosa sobre la lápida, para después salir de ahí, dejando a Laura sola.
No es que la quiera dejar sola... Pero tampoco quiero estar ahí con ella.
El tiempo a solas la podrá ayudar.
El tiempo cura las heridas ¿no?
Y supongo que funciona mejor si el tiempo es a solas.
