× Capítulo 24 ×

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× Narra Jos ×

Jos:— Te quiero —susurré con una sonrisa.

____:— Yo también , Jos —besó delicadamente mi nariz.

Jos:— Por favor, no me digas “yo también”, siento que solo me sigues la corriente —admiti. Ella soltó una pequeña risita.

Una dulce melodía que invadió mis oídos.

____:— Esta bien..., te quiero, Jos.

La miré a los ojos, aquellos bellos y hermosos ojos que provocaban demasiadas emociones dentro de mi.

Ella no es bonita, esa palabra es muy pequeña. Ella no es como el resto de las chicas que solía mirar, ella no tenia curvas extravagantes, pero sin embargo sus medidas eran exactas, su altura era perfecta para que yo pudiera besar su frente y ella pudiera escuchar mi corazón.

No quería apartarme de su lado, ahora que la encontré no puedo, ni quiero separarme de ella.

(***)

Aparque el auto fuera de mi casa, invite a la castaña para que pasara y accedió, el silencio de la casa era cómodo, Sofi se encontraba en una pijamada, así que teníamos el pequeño hogar solo para nosotros dos.

Jos:— ¿Cuántas veces te he dicho que te ves hermosa el día de hoy? —la abracé por la cintura y besé su oído.

____:— En realidad solo una..., y fue hace seis segundos —rió y besó mi mejilla.

Le di media vuelta para quedar frente a frente, besé sus delicados labios, la necesitaba, necesitaba que llegara alguien como ella a mi vida y agradezco por haber tomado ese autobús aquel día.

Una vez ya en mi habitación, volví a besarla, pero ésta vez pude sentir una corriente ardiente recorrer mi cuerpo. La acosté lentamente sobre la cama y me coloque enzima de ella sin dejar todo mi peso, por ello, el beso subía cada vez más de intensidad, mis besos pasaron a su mandíbula, cuello y hombro, comencé a acariciar suavemente su muslo; me deshice de aquel suéter —el cual olía a café después de lo ocurrió hace ya horas— y pude apreciar su bello cuerpo, jamas lo había visto de esta manera, desvíe mi mirada hacia su rostro, sus mejillas adornadas por un color carmesí, sus labios rosados e hinchados deseando más de los míos y sus ojos brillaban de una manera que no podía descifrar.

Sus delgadas manos tomaron la orilla de mi camisa y la subieron hasta poder quitármela, los besos seguían y de nuevo esa corriente ardiente me recorría cada vez que la tocaba; con cuidado me deshice de sus jeans rasgados. Besé su abdomen provocándole cosquillas, sus dedos temblaban cuando quiso eliminar mi pantalón del camino, soltó una carcajada al sentir mi miembro.

Jos:— ¡Ey! No te rías —reprimi divertido.

Solo nos separaban tres delgadas prendas aún puestas en nosotros, busque el broche de su sujetador, al encontrarlo, lo quite y lancé a algún lado de la habitación. Un color rojizo se apoderó de mis mejillas al igual que ella, bese delicadamente cada uno de sus senos y baje a su abdomen, lo acaricie y besé; me dirigí a sus bragas.

Lo que me sorprendió fue lo siguiente, su rostro confundido y asustado.

_____:— No. ¡No! ¡Sueltame! —gritaba—. ¡Ayuda! ¡Ayudenme! —volvió a gritar pero esta vez con la voz entrecortada.
Inmediatamente me aleje de ella y la mire sorprendido, esperando una respuesta.
Ella lloraba y sollozaba en silencio con su cabeza escondida entre sus piernas.

____:— Perdón Jos —musitó—. Lo siento. Yo no puedo.

Jos:— Tranquila, esta bien si aún no estas lista, lo entiendo, pero no tenias que...

____:— Jos. Perdón por mi comportamiento. Yo si quiero pero, sin embargo no puedo —me interrumpió y volvió a esconder su cabeza entre sus piernas.

Jos:— Tranquila —susurré y la abracé —. No importa pequeña —trataba de consolarla.

____:— Realmente importa, Jos. Ahora eres mi novio y...

Jos:— No tengo derecho de saber tu pasado, si no quieres.

____:— No Jos. Quiero decirte la verdad —me dijo conteniendo sus lágrimas—. Quiero hablarte sobre mí, sobre mi pasado, sobre las cicatrices que encontraras en mi piel —extendió su brazo dejandome ver nos rasguños en sus muñecas.

Sorprendido, besé cada una de sus cortadas. No quiero incomodarla, niego con la cabeza, pero ella insiste con la mirada.

Jos:— ¿Segura? —ella asiente con la cabeza. Suspire—.Ok.

× Narra ____ ×

____:— Cuando era pequeña,no sabia de la vida, jugaba, corría, imaginaba,podía jurar que mi padre y mi madre eran la mejor pareja que pudo haber existido, sin peleas, sin gritos. Éramos una familia unida y feliz. Tenía 8 años —respiré tratando de tranquilizarme y contener mis lágrimas—, mi, mi tío abuso de mí sexualmente, yo era una niña, sin fuerza, sin poder. Gritaba pidiendo ayuda, pedía, suplicaba para que se detuviera, pero mis gritos, mis llantos era inmunes ante él. Y cada noche lloraba recordando esa escena, no sabia si lloraba por rabia o por tristeza —una lágrima corrió por mi mejilla—. Al medio año de lo ocurrido mi padre descubrió la infidelidad de mi madre; a pesar de ser un empresario que trabajaba día y noche siempre respetó su matrimonio, jamas le llego a ser infiel a mi mamá. Ese día fue la primera vez que la golpeó —aclaré mi garganta para poder seguir—. Después de dos años, parecía que volvía ser la misma familia, pero siempre hay algo que tiene que arruinar todo. En ese año la empresa estaba a punto de quebrar, mi papá por la desesperación, angustia y preocupación, comenzó a tomar y entró al mundo de las apuestas; cada noche llegaba a casa, mi madre lo esperaba, pero ella era la que más sufría de las dos, soportaba los golpes y los insultos, y yo, yo no podía hacer nada —de nuevo los ojos se me llenaban de lágrimas al escuchar los gritos imaginarios de mi madre.

Jos:— ____, pequeña no tienes que seguir ¿ok?.

____:— Necesito seguir —le dije de nuevo—. Afortunadamente la empresa volvío a ser lo que era antes, pero mi padre, mi padre no volvió. Tan solo llego una bestia, un animal que no tenia piedad. Todas las noches era lo mismo golpes, insultos y gritos. Mi madre decidió tomar doble turno en el hospital, tan solo para no ver el rostro de mi padre, por mi parte, yo decidí estar en la calle, salir y regresar hasta las horas de la madrugada, incluso aveces ni llegar. Parecía que eso no era suficiente, desde la secundaria me hacen el famoso 'bullying', golpes e insultos y la sociedad comenzó a criticarme, por cualquier error, me hacían sentir de lo peor.

Jos:— A la mierda la sociedad. Si eres fea, linda, gorda, flaca, suicida, fria; siempre te van a criticar. No importa lo que digan de ti, solo quiero decirte que eres hermosa así tal y como eres.

____:— Gracias, Jos —dedique una cálida sonrisa.

Jos:— Escucha —me tomo de la barbilla para poderlo ver directamente a los ojos—. Jamas volverás a estar sola —dijo el pelinegro.

____:— ¿Cómo lo sabes? —respondí con la mirada perdida.

Jos:— Porque tú eres mi chica suicida pero yo..., yo seré tu salvación —contesto el chico de largas pestañas.

No sabía que decir, no sabía si aquellas palabras eran sinceras o solo salían de su boca por lastima. Tenia miedo, miedo de ser lastimada.

«¿Aquello era una promesa o un compromiso?».

Jos:— Te lo prometo —dijo como hubiera podido leer mi mente.

____:— ¿En verdad?—pregunté, el asintió con la cabeza— Te quiero, Jos.

Jos:— Te quiero ____ —acaricio mi mejilla—. ¿Qué ha pasado con tu vida amorosa? No todo puede ser tristeza ¿o sí?.

____:— ...

Mi Chica Suicida (Tonalidades I) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora