× Capítulo 27 ×

4.7K 380 32
                                    

× Narra Jos ×

Jos:— Cuidado, Sof. Puedes caerte.

Sofi:— Jos, hoy es mi cumpleaños. ¡Deja se ser tan protector! —ocasionó una risita de mi parte.

Xxxx:— Buena fiesta, Canela —tocaron mi hombro, vi a la pelirroja quien le tomaba un sorbo a su bebida.

Jos:— Gracias, Maryana —agradecí—. ¿Has visto a ____?.

Maryana:— La ultima ve que la vi, se quejaba de mi rica sopa —hizo una mueca y después rió.

Jos:— Al parecer no estaba tan rica.

Maryana:— En mi defensa el cereal decía  “cero azúcar”.

Aquello ocasionó una risa de mi parte, estaba a punto de hablar, pero el timbre me interrumpió, camine hasta la entrada, abrí la puerta y la vi a ella. A la chica que alegra mis días más oscuros, me alegraba y emocionaba que ahora vistiera con colores más alegres, aquel vestido azul le quedaba perfecto.

Jos:— Hola —le sonreí.

____:— Hola, Jos —sonrió.

Jos:— ¿Por qué los lentes de sol? —señale con mi dedo índice aquellos cristales que cubrían sus ojos.

Tardó unos largos segundos en responder.

____:— Bien... Los rayos ultravioleta están presentes y por mayor seguridad quise cubrir mis ojos, ya que, te encantan.

Jos:— Es la peor excusa que he escuchado —admití.

____:— ¿Tú crees?.

Jos:— Fue él, ¿cierto? —se limito a asentir, removí sus lentes y pude notar su ojo, al igual que parte de su pómulo, un golpe ahora de color morado. Mi mandíbula se tenso; el coraje me invadió por completo al grado de golpear la pared, haciendo que mis nudillos comenzarán a sangrar.

Ella tomó mis manos entre las suyas, beso mis heridas como alguna vez yo bese las suyas. Sus ojos demostraban la tristeza de su interior, no dude en abrazarla, cerrar los ojos mientras aspiraba su dulce aroma y sentir el amor sincero en aquella acción de cariño.

La palma de su mano acarició mi mejilla —aquel acto ya era costumbre suyo—, tomé y miré su muñeca, me aterraba la idea de pensar que se había hecho daño una vez más.

____:— Tranquilo —susurró con delicadeza—, prometí no volverlo hacer ¿recuerdas?.

Jos:— Lo recuerdo. Así como recuerdo que yo seré tu salvación y nunca me iré de tu lado —besé su mejilla—. Siempre juntos, mi amor.

____:— Las palabras “nunca” y “siempre” me dan miedo —provoque un sonido en mi garganta para que me diera alguna explicación sobre aquella confesión—. Aveces pueden durar solo un segundo.

Jos:— No romperé mis promesas, así el destino nos separe.

Sonrió mostrando su perfecta dentadura y con un color carmesí en sus mejillas. Me fascina provocar aquella sensación en ella.

Me tomó del brazo y paso sus dedos por la caligrafía del tatuaje, lo admiró por unos segundos y trazó cada una de las letras; una lágrima rodó por su mejilla, con mi pulgar la limpie de inmediato.

Jos:— ¡Hey! ¿por qué lloras?.

____:— No sabes la alegría que me da tenerte a mi lado —susurró mientras que sus delgados brazos rodaron mi cuello formando un abrazo. Me impresionaba la manera en la que ahora desenvuelve sus emociones—. Tenemos que curar tu mano, eres un idiota al golpear la pared con ella.

Mi Chica Suicida (Tonalidades I) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora