Capitulo 15

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<<Madrugada: momento en el que los seres de buen juicio se van a la cama, para que los monstruos del día nos los atormente>>

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¡Pum pum pum pum!

Los golpes resonaban, hacia casi media hora que Miguel golpeaba una y otra ves la puerta de la antigua casa.
Miguel le había dicho que podrían parar en el hogar de un viejo amigo. Llegaron al centro de Rusia pasada la media noche.

Samanta le pesaban los párpados, bostezaba una y otra vez mostrando su cansancio y su notable sueño.

-Pero que carajo....- seguía golpeando con mas fuerza la puerta de madera.

-No hay nadie Miguel- dijo Samanta y a su ves se sentó en el suelo. Tenia la leve impresión de que si seguía de pie se pegaría un buen golpe por el sueño.

-No no- negó enfadado- te prometí que podrías descansar en una cómoda cama.

-No importa- sonrió Samanta para tranquilizarlo- vamos a otro lugar.

Y como si hubieran escuchado sus palabras la luces de las casa se encendieron. Se escucho que alguien bajaba por las escaleras y después de unos segundos la puerta principal se abrió, mostrando a un hombre que por su notables canas aparentaba tener unos sesenta años.

-¿Miguel?- pregunto el hombre acomodando sus anteojos para poder mirar mejor.

-Si, viejo amigo- dio un paso adelante y lo abrazo fuertemente demostrando los años en que no se veían.

-Veo que no has envejecido nada.

-Pues sabes bien Jack que los ángeles son inmortales o es que tu edad te hace perder la memoria- le sonrió burlón Miguel.

-A mi me respetas Mocoso- fingió enojo el hombre.

-Pero si soy mas grande que tú Jack.

-Para los seres sobre naturales si pero para los humanos tu eres un veinteañero así que yo gano- Miguel rodó los ojos.

-¿Y esta hermosa muchacha?-pregunto jack a Miguel.

-Ella es Samanta- la presentó.

El hombre abrió los ojos con sorpresa y hablo.

-Samanta Rosas 1975 - esas palabras hicieron que se le fuera un poco el sueño- tal vez no te acuerdes pero tu salvaste la vida de mis padres y la mía de un incendio.

-Como no olvidarlo tu manos se quemaron- recordó.

-Es verdad- Jack mostró sus manos y ahí se veían las cicatrices de las quemaduras- nunca mas supe de ti...

-Bueno así soy yo, un día estoy y al otro no- se levanto del suelo- fue una suerte que pasara justo por ese edificio y los escuchara.

-Siempre supe que eras un ángel mandado por Dios para que nos salvarás- las palabras hicieron reír a Samanta.

-En realidad un demonio- corrigió.

-¿Que los trae por aquí? Vengan pasen.

Ambos entraron a la antigua casa y para su sorpresa no era nada comparado el aspecto de afuera con el de adentro, estaba revestido todo con un toque moderno. Una alfombra color marrón recorría todo el suelo, sin mencionar el aroma a vainilla que se extendía por el lugar.

La Reina Del Infierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora