Prólogo

12.4K 759 671
                                    

Me llamo ______, actualmente soy la heredera de Nakashi, la empresa de mi padre. Todo comenzó cuando decidió crear su propia empresa, principalmente creó una marca para variadas vestimentas y algunos otros productos extra.

A las personas pareció agradarle la idea, además de que mi padre tenía a su esposa, que era una gran diseñadora. Por lo tanto, la ropa y productos de esta empresa eran muy innovadores y atrayentes, provocando un alza de la demanda y haciendo crecer a la empresa rápidamente. Según las revistas, estamos posicionados como la segunda empresa más millonaria del país y realmente queda bastante poco para superar a la empresa Chiyoko.

Mis padres se separaron hace mucho tiempo, así que no suelo ver a mi madre con regularidad, pero no es algo que me preocupe exactamente.

—______, tenemos que hablar —dice mi padre ingresando a mi habitación.

—¿Qué sucede? —dejo de mirar mi telefono para dirigir mi mirada hacia él.

—Voy a contratarte un par de guardaespaldas —comenta serio.

—No es necesario —sonrío— ¿Acaso olvidas mi entrenamiento?

—Claro que lo recuerdo, pero es mejor a mi modo —se acerca y acaricia mi cabello.

—Contrata a todas las personas que quieras, me aseguraré de que renuncien inmediatamente —fruncí el ceño.

Detesto que me trate como una bebé, sé perfectamente cómo cuidarme sola. Además, tener guardaespaldas solo me quitaría privacidad y libertad para hacer lo que se me da la gana. Observo con enojo a mi padre, el cual termina suspirando.

—¿Te conformarías solo con uno por lo menos? —pregunta mientras niega con la cabeza.

—Siempre y cuando mantenga distancia —sonrío ante mi victoria.

—¡De acuerdo! —grita molesto.

Pronto se le pasará, lo conozco más que nadie. Siempre que discutimos suelo ganar yo, lo cual me causa gracia.

Estaba aburrida, así que decidí ir de compras. El cielo estaba oscureciendo y afuera hacía frío, pero eso no impidió que caminara con tranquilidad por las calles. Por el camino encontré una tienda de café, por lo que decidí entrar.

Pedí un capuccino y me senté al lado de la ventana. Estaba tranquilamente observando mi celular cuando de pronto sentí que me estaban mirando. No demostré una reacción física ante esto, aunque instintivamente miré hacia afuera y vi una sombra escondiéndose dentro de un callejón lejano.

Esta sensación de sentirme observada no era para nada agradable, así que junté todos mis esfuerzos para ignorarlo. Terminé mi café, pagué y me dirigí hacia mi tienda de accesorios favorita. Constantemente estaban trayendo nuevas figuras, pósters, muebles y cosas que me encantaban, así que ya era una clienta habitual.

Compré un par de libros y los metí a mi mochila. Si bien teníamos mucho dinero, no me gustaba para nada aparentarlo, porque lo único que provocaba eso era atraer gente interesada. Únicamente para fiestas y eventos importantes me vestía elegante y ese tipo de cosas.

Ya se había oscurecido, así que decidí volver a casa, para mi mala suerte, comenzó a llover y como no lo tenía previsto, no traía un paraguas conmigo. Aún así caminé bajo el agua, rezando internamente para que los libros que había comprado no se mojaran. Cuando iba a mitad de camino, sentí una presencia acercarse a altas velocidades, con malas intenciones.

Ingresé a un callejón y pude ver a una persona correr rápidamente, escuché perfectamente cuando frenó y volvió. Era un chico de cabello blanco, debido a la lluvia estaba muy desordenado, sus ojos eran de un color azul intenso y era unos cuantos centímetros más alto que yo.

En sus ojos no había brillo, como si estuviera siendo controlado por alguien. Sin previo aviso, se acercó a una velocidad impresionante, intentando apuñalarme con su propia mano, pero lo esquivé rápidamente.

—Vaya, eso estuvo cerca —comenté girándome para no perderlo de vista.

—¿Cómo hiciste eso? —preguntó con una voz profunda— Una persona normal ya estaría muerta.

—Digamos que... no soy una persona normal —sonreí.

Alguien cayó desde arriba, posicionándose frente a mí, vestía de traje negro, por lo que supuse que sería el nuevo guardaespaldas.

—Bueno, te lo encargo —le dije al chico y corrí hasta mi casa.

Cuando llegué mi padre me miraba con preocupación, pero su rostro se relajó al ver que estaba bien, finalmente me abrazó.

—Estaba muy preocupado —apretó aún más su abrazo.

—Tranquilo, no me pasará nada —sonreí.

—Hace poco me informaron que asesinaron a tu guardaespaldas —me miró serio.

—¡¿Qué?! —grité— Es una lástima —fruncí el ceño—. Supongo que ese chico es mucho más fuerte de lo que parecía —susurré.

—¿Te lo encontraste? —preguntó sorprendido.

—Ah, sí —me rasqué la nuca— bueno, fue relativamente sencillo esquivar su ataque, luego llegó el guardaespaldas y se lo dejé a él —me encogí de hombros— quizás debí haberme quedado ayudarlo, ¿Verdad?

—Ni hablar, si te hubiera pasado algo yo...

—No te preocupes tanto ¿Sí? —lo interrumpí.

—Ahora no podrás enojarte si te contrato más guardaespaldas —se cruzó de brazos.

—Tres.

—¿Qué? —me miró confundido.

—Solo aceptaré tres guardaespaldas —le guiñé un ojo y me dirigí a mi habitación.

Saqué los libros que había comprado y por suerte estaban intactos. Los dejé en la estantería y fui a ducharme. No podía quitarme la imagen de aquel chico, esos ojos tan sombríos no eran normales, realmente me interesaba, quisiera medir su fuerza, pero sé que mi padre nunca me dejaría.

Me quedé dormida rápidamente, teniendo en cuenta de que probablemente lo volvería a ver, quizás, podía encontrar una oportunidad para hablar con él.


---------------------------------------------------------------------------------

¡Hola amantes de Killua!

Bueno, decidí hacer esta historia para... pues no sé, tenía ganas de escribir un Killua y tú. Espero que les guste, lo hice con amor.

Día de actualización: Sábados.

Si les gustó, dénle amor al capítulo y comenten:)

Ella me cambió la vida (Killua y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora