Capítulo 9 "Tortura"

4.4K 439 95
                                    

En un par de minutos llegué a casa, no sin antes saludar a Canaria, que se encontraba donde siempre. Al parecer me estaban esperando, pues a penas llegué, uno de lo mayordomos me dijo que mi padre me esperaba.

Con desición me dirigí hasta allí, tenía que conseguirlo, debía convencer a mi padre de que me dejara libre. No tengo planeado mencionar nada acerca de ______, eso solo lo empeoraría todo, porque se supone que un asesino no necesita amigos.

Aunque, creo que no considero tan amiga a ______, sino que algo más y me di cuenta por lo mucho que la extraño considerando el poco tiempo que hemos estado juntos. Ella logró hacerse un espacio en mi corazón tan solitario y sombrío, eso es ciertamente digno de admiración. Se merecía el mundo entero y yo me haré cargo de hacerlo posible.

A veces me siento extraño siendo tan cursi, esto claramente no es propio de mí, pero cuando se trata de ella... no me importa serlo.

Me detuve frente a la puerta y tomé una bocanada de aire. Mi cuerpo estaba tiritando levmente por la ansiedad y los nervios.

—Pasa —oí su voz demandante.

Abrí la puerta y allí estaba él, sentado mientras acariciaba a uno de los perros. Su expresión tan seria como siempre, contuve mi cuerpo lo que más pude, no quería que notara mis nervios.

Me senté en la silla que estaba frente a él, mientras un incómodo silencio inundaba toda la habitación. Siempre que terminaba una misión tenía que venir a verlo, no era nada nuevo para mí, pero ahora había un factor distinto, el de convencerlo.

—Parece ser que te costó un poco más —comentó mirándome fijamente.

—Sí, bueno, peleaba bastante bien —me encogí de hombros—, pero era muy ingenua, solo fingí ser su amigo y la asesiné.

—Bueno, ya puedes volver a tu habitación.

Mi cuerpo por un instante se tensó, era momento.

—Padre —coloqué mis manos en puños.

—¿Si? —preguntó con confusión, normalmente no se hablaban de cosas que no tuviesen que ver con el trabajo o la familia.

—Quiero dejar de ser asesino —miré el suelo, el coraje no me daba para mirarlo a los ojos.

—¿Qué dices? —preguntó con algo de enfado.

—Lo que escuchaste, quiero irme y hacer lo que se me plazca, ya no quiero estar encerrado en esta casa —levanté la mirada.

Su rostro era de sorpresa al principio, luego, soltó una sonrisa burlona, como si le hubiese contado un chiste.

—No digas tonterías —negó con la cabeza mientras reía.

—¡NO SON TONTERÍAS! —grité a la vez que me levantaba de mi asiento.

—No te irás —sentenció.

—Sí que lo haré —lo miré con despercio y salí.

Antes de poder correr o hacer algo, fui atrapado por varios mayordomos. Luché todo lo que pude, pero terminé con esposas en mis extremidades, en la sala de torturas.

Con un par de movimientos podía romper las esposas que me ataban, pero eso solo significaría más problemas, no me dejarán irme a menos que mi padre lo apruebe, pero la verdad es que no sé qué está tramando con traerme aquí.

De pronto ingresó Illumi, venía con los brazos curzados, como desaprobando mi actitud, pero realmente no me importaba.

—¿Cómo es eso de que te quieres ir, Killu? —preguntó mientras observaba las distintas armas de tortura.

—No te incumbe —evité su mirada.

—Me estás escondiendo algo, ¿No es así? —preguntó.

Demonios, no era bueno que estuviese sospechando.

—No, simplemente quiero ser libre, es todo —suspiré—. De todos modos, ¿Por qué estás aquí?

—Padre y madre nos pidieron que te convecieramos usando todos los métodos posibles —se encogió de hombros—. Sinceramente, no sé cómo convencerte.

Se acercó a mí y me miró fijamente, esa sensación horrible que sentía cuando me miraba se hizo presente, mi cuerpo se paralizaba y solía obedecer sus órdenes, pero esta vez no se lo dejaría tan fácil, mi determinación y motivos son mucho más grandes de lo que ellos podrían entender.

—Tsk —musitó y se fue.

El siguiente en entrar fue Milluki, el cual aprovechó para desquitarse con todas las armas posibles. Debido al entrenamiento que llevo desde pequeño, lo que hacía eran cosquillas para mí, algo como eso nunca me haría cambiar de parecer. Cuando ya no pudo más, se marchó.

Esta vez fue el turno de Kalluto, simplemente se quedó sentado mientras me observaba, parece ser que no tiene motivos para detenerme, cosa que agradezo.

Supuse que ahora volvería Illumi, pero me sorprendí al verla.

—¡Alluka! —grité.

—¡Onii-chan! —exclamó y corrió a abrazarme.

—¿Por qué estás aquí? —pregunté con confusión.

—Me dijeron que querías irte —me miró con tristeza.

—Bueno, es cierto —fruncí los labios.

—Pero... ¿Por qué? —sus ojos se cristalizaron.

—Si te lo digo... ¿Me prometes que me perdonarás por irme? —le dediqué una pequeña sonrisa. Ella simplemente asintió— Me gusta alguien —susurré en su oído—, pero nuestros padres no deben saberlo.

—Entiendo —sonrió un poco—, ¿Volverás por mí?

—Tienes que esperar a que me vuelva más fuerte —la miré con ternura.

—¡Claro que te esperaré! —gritó y me dio un último abrazo, para luego irse.

Después de eso, Illumi volvió y así se siguieron turnando continuamente, solo que Alluka ya no iba a verme, supuse que la habían encerrado de nuevo. Padre entró en la habitación y me preguntó si había cambiado de opinión, pero la respuesta era obvia.

Los días pasaban, no creía que tardaría tanto, lo único que quería era volver junto a ______, pero casi se iba a cumplir un mes y cada vez veía más lejano el salir de esta casa.

Por más que lo intentaron mis hermanos, bueno, mejor dicho solo Illumi y Milluki, no consiguieron absolutamente nada. Finalmente, el día 30, mi padre ingresó en lla habitación y me dio su aprobación, debe haberse dado cuenta de que no importaba cuánto tiempo pasara, yo no me iba a rendir.

Con una sonrisa en rostro fui a mi habitación, me duché, eché las cosas importantes en una mochila y salí lo más rápido que pude.

Dentro de nada llegué a la ciudad y fui hacia la casa de ______. Subí el ascensor, pero al preguntarle a su padre por ella me dijo que hace poco se había ido. Los nervios comenzaron a invadirme, no podía ser, ¿Por qué se fue?

Solo se me ocurría un lugar a donde podía ir, el aeropuerto...

Fui corriendo, no quedaba tan lejos. Cuando ingresé, comencé a mirar todos los rostros que podía, hasta que la vi, a pesar de estar con peluca y pupilentes, única y sobresaliente. Mi corazón comenzó a latir con fuerza, la había extrañado mucho.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

¡Hola gente!

Tengo que contarles algo importante, esta historia está a punto de llegar a su fin:( tan solo nos queda el capítulo 10 y el epílogo, así que espero que disfruten lo que queda<3

Si les gustó el capítulo dénle amor :D

Nos leemos la próxima semana:)

Ella me cambió la vida (Killua y tú)Where stories live. Discover now