Capítulo 9

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-Adrien

-...

-Adrien...

-...

-Adrien...

Plagg llamaba a un sollozante chico que mantenía su cara oculta en una almohada. Una leve respiración entrecortada e irregular era audible en la habitación. 

-Adrien... -la criatura continuaba su llamamiento, pero el oyente no le prestaba atención. Un gran llanto resonó en las grises paredes de su cuarto. Plagg ya no se le ocurría que hacer para calmar a su portador. La triste noticia de la cual el joven fue informado era devastadora, sobre todo para el que ya llegaba a implorar por el despertar de la inconsciente. ¿Por qué tendría que ser el destino tan cruel con él? ¿Será su culpa por ser el guardián del miraculous de la mala suerte? Le dolía tanto verlo así. Sufriendo y aterrado. Sabía que él mucho no haría por su compañero, que no comprendía tanto como su querida Tikki los sentimientos de los humanos, aún habiendo vivido desde los comienzos de la vida terrestre. El pobre muchacho necesitaba a alguien mejor. Necesitaba a Marinette. A nadie más. Pero con la lamentable novedad descubierta por los médicos era imposible de que la adolescente se recuperaba en el tiempo anotado anteriormente. El rubio se giró, quedando su parte delantera de la cabeza mirando al techo. Se tapó el rostro con los brazos.

-¿¡En serio!? ¿Ahora? Obtuve la esperanza necesaria para esperar por ella el corto tiempo que quedaba para su despertar, mas la vida se y me la volvió a jugar. 

-Marinette es fuerte, créeme, volverá a estar contigo muy pronto.

-Me la voy a tragar... -inspiró profundamente- Es que... ¿No te parece increíble? Al fin lograría ver de nuevo sus hermosos ojos... -dijo entre sollozos. Cerró los ojos dejando caer las numerosas lágrimas de sus ojos. El kwami calló. No debía decir nada en ese momento. Se había quedado sin opciones. -Y-yo sólo pedí una oportunidad más de tenerla entre mis brazos feliz, curada, con esa sonrisa que me acompañó desde el primer día de escuela. Sólo... Quería... Tenerla conmigo... Estar juntos... Reír alegres... -chasqueó la lengua muy fastidiado rompiendo en llanto; a continuación gritó como si nadie estuviera en la mansión, lo que realmente parecía desde su punto de vista. 

Era tardecita ya. No acudió a ninguna de las actividades encomendadas para ese día. Se encerró en su habitación y no permitió que nadie entrara, inclusive su padre, el cual amenazó con tirar la puerta, pero al final desistió viendo que su hijo no consentiría a ningún sujeto que entrara por esa entrada.

Dos horas confinado en ese habitáculo del que no saldría por nada. 

-Ella despertaría dentro de poco, en unos días su cuerpo se erguiría de esa cama. La podría abrazar y sentir esa agradable calidez que tanto echaba de menos y no un tacto inerte del cual rezaba por recuperar esa sensacional calor. Dime por que de repente todo se fue a la MIERDA. -escupió esa palabrota con fuerte sentimiento. Plagg se sorprendió. Los ojos de Adrien ya no eran los mismos. Empezaban a apagarse. Se notaba como había olvidado que la esperanza tan siquiera existía.

(''La Señorita Dupain-Cheng entró en un estado muy grave y las posibilidades de que sobreviva han descendido drásticamente. No creemos que esta vez logré pasar de esta. Lo sentimos mucho.'') -recordaba esas palabras con gran pésame. Aún no daba crédito a lo anunciado por los doctores. Esa operación no marchó muy bien.- (''Digamos que la joven permanecía con un resto puntiagudo de vidrio en el corazón. Ahora el órgano susodicho está en malas condiciones y precisa de un descanso prolongado. Posiblemente despierte dentro de unas semanas como mínimo, pero no estamos totalmente seguros, así que no se fíe mucho de la fecha dada'')

El joven se incorporó de la cama y limpió sus lágrimas. Levantándose raudo y tomando la chaqueta blanca, marchó a la entrada de la vivienda, donde se encontraba el teléfono.

Gracias por cuidarme (Adrienette/MariChat) #PremiosLadybug2016#PremiosWaltTV2016Where stories live. Discover now