Capítulo 12

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Un apaciguado domingo que comenzó con una mañana fría. Adrien despertó con un escalofrío y la alarma de su reloj. Ladeó la mirada en busca de Plagg, el cual seguía durmiendo plácidamente a su lado, en la almohada.

Se movió delicadamente procurando no despertar al pequeño y se levantó, a continuación poniéndose una bata verde menta. Se dirigió a la cocina para esperar por el desayuno, el cual le sirvieron casi al momento. Dos tostadas de margarina y un vaso de zumo de naranja.

Terminando su primera comida del día entró en la habitación de la azabache. Mientras caminaba hacia la puerta suspiró. Ya se ha acostumbrado a verla tumbada en una cama como si estuviera muerta, pero aún así le dolía. 

¿Cuántas veces habrá pensado en lo doloroso que todo esto es? 

No sabe, pero sí muchas.

Tomó el pomo de la puerta con cierto pesar y lo giró con especial cuidado, como si fuera de mármol. Entró en la habitación no antes sin suspirar una vez más. Bajó la vista evitando ver el cuerpo tendido.

Una leve exclamación lo asustó. Unos segundos después una voz lo llamó. 

'¿...Adrien...?'

...

¿Quién...?

El rubio levantó la cabeza con sorpresa.

'No...'

Los ojos verdosos del joven se empequeñecían con velocidad. 

'No puede ser...'

Su cuerpo empezó a temblar fieramente. Sus ojos cristalizaron y su boca no lograba cerrarse.

No había palabras; quedó mudo. Imposible de articular ni una palabra, sólo observó por más tiempo.

Observó un pelo azabache que ondeaba grácilmente con el viento proveniente de la ventana lateral abierta, con ciertos brillos por los rayos del sol mañanero.

Sus ojos resplandecían como estrellas en el día. Más profundos que el propio mar y un tanto confundidos. Gemas con el mayor valor, pero incapaces de ser vendidas.

Su pálida piel con un tono más vivo y natural. Ya de lejos podía notar su suavidad.

Pequeños destellos la rodeaban, que realmente eran diminutas motas del polvo que flotaban con el movimiento de aires que había en ese cuarto.

No había duda alguna.

Ella había despertado.

Al fin.

Los húmedos ojos de Adrien no aguantaron más las lágrimas y estas cayeron velozmente. Marinette lo miró aún más confundida de lo que ya se encontraba.

-¿Adrien...? -lo llamó con la esperanza de que el rubio le respondiera esta vez.

-¿Mari...nette...? -articuló aún sumido en la sorpresa. Su rostro reflejaba la pura duda y estaba lleno de preguntas. Ella asintió, queriendo dar a entender que obtuvo su permiso para comenzar con el supuesto interrogatorio del rubio. Él se acercó raudo a la azabache. La chica, esperando la primera pregunta, inspiró, tranquila y con su amable sonrisa imborrable. Pero se llevó un gran asombro cuando su amado la abrazo con un anhelo que ella misma no daba crédito de sí. Ella no correspondió, incapaz de obtener la suficiente fuerza como para elevar sus brazos a la altura de los hombros del chico. 

Desbordantes lágrimas que mojaban la camisa de la mujer que tanto quería. Palabras imposibles de expresar oralmente, sólo el contacto entre uno con el otro lograba aclarar esa neblina que tanto aturdía a cualquiera de los dos adolescentes víctimas de la tragedia que el mal tenía únicamente culpa de. Corazones sombríos de la pareja que poco a poco se fueron iluminando, y el lugar que te obligaba a llenarte de angustia y ansiedad se fue convirtiendo en uno cálido y acogedor donde la esencia del amor flotaba.

Todo por un simple abrazo. 

Todos los sentimientos de los dos jóvenes emergieron de lo más profundo de sus almas. 

-Adrien... -los ojos de la azabache también comenzaron a cristalizarse debido a la emoción del momento. Marinette nunca logró saber si Adrien estuvo a su lado todo este tiempo, si realmente la apoyó durante su largo sueño, si alguna vez le tomó la mano para sentirla. 

No sabía todo lo que él había sufrido con su accidente.

Pero, aún así, sentía que era llamada por el chico que la abrazaba; no con palabras, sino con el alma. 

'Quiero abrazarlo...'

-A-Adrien...- lloraba junto al rubio.

'Por... qué...'

Se sentía impotente, frágil, como una escultura de porcelana que no se podía mover o rompería en trozos irreparables.

-Por fin...- la estrechó un poco más, pero controlando su fuerza.- Por fin... Estás a mi lado...

Marinette no soportaba la idea de no poder corresponder a lo que siempre había esperado por parte de él. Aunque estaba feliz, una parte de ella se desquebrajaba. Precisaba de fuerza, pero... ¿De dónde la obtendría?

Se lastimaría si lo intentaba, lo notaba. Cerró los ojos dolida y habló.

-Lo siento... No puedo moverme...

-No importa, con sólo ser capaz de notarte ya me haces feliz...

'¿Qué...?'

¿Siempre ha sido Adrien así con ella...?

-¿Q-qué te ocurre...?

-Marinette... -la llamó entre lágrimas.

Ella lo había visto triste, pero nunca así de roto.

-Realmente... Estás viva... *hundió aún más su rostro en el hombro de la muchacha*

¿Tanto le afectó este accidente? 

Movió la cabeza un poco, intentando responder. Se olvidó de toda lógica sobre cada acción y cerró los ojos. Inhaló aire dificultosamente y sonrió.

-Sí... Sí lo estoy...

Lo que para muchos sería un pequeño paso, en realidad era un enorme avance. Era el comienzo de una larga recuperación tanto física como mental.

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¡Hey! ¡Qué pasa gente! *le disparan*

¡Sorry! ¡¡Sorry!! Siento tardar tanto por cada capítulo, pero no se me ocurría como hacer el despertar y se me vino sólo esto. Perdonad si os parece corto.

Aparte de no tener ideas, también estoy a otras cosas que considero más importantes. ¡Al menos logré terminar una parte más!

¡¡GRACIAS POR LAS 65.000 VISITAS!! :DD

Y por los 737 seguidores~ ;v

Nos vemos!! ヽ༼ຈل͜ຈ༽ノ

Bye! (╯°□°)╯︵( .o.) ┌( ಠ_ಠ)┘

Gracias por cuidarme (Adrienette/MariChat) #PremiosLadybug2016#PremiosWaltTV2016Where stories live. Discover now