Neve Balk es la chica que siempre esta soñando despierta, la que se enamora del artista que jamas la consideraría arte, la que tiene por primera vez el corazón roto.
-Ay Dany, pero esta buenísimo -suspiró Mandy mientras veía la mesa de los deportistas en la cafetería de la escuela.
-Pero se ve que tiene el cerebro de un pollo -replicó su gemela.
-No me importa -sonrió mientras seguía viéndolo "discretamente".
Neve llegó a sentarse junto a ellas mientras jalaba su pequeña tabla de dibujo para terminar un trabajo de arte.
-¿Sigue hablando de Donovan? -le preguntó a Dany.
-Si -rodó los ojos -. Esta insoportable.
-Aún no se que le ven a ese tío, pero bueno, ya ensayaron para la obra de la escuela que va a poner el maestro de artes.
-Claro que si -esta vez fué Dany quien puso una sonrisa en su rostro -, y no me importa quitarte el papel principal Neve.
-Ya verémos -se rió.
-Yo opino que Neve va a tener el personaje principal.
-Solo lo dices porque te gusta -dijo Mandy.
Los cuatro se quedaron viendo.
Después lanzaron una enorme carcajada.
-No, pero ya en serio...-siguió Sam-. El personaje principal va más con las características de Neve.
-Excepto por su cabello -dijo algo envidiosa.
-Si, pero siempre existen las películas, quizá tu podrías ser esa hermana envidiosa -recalcó la frase.
-Tonterías -cerró los ojos -, yo ganaré. ¿Verdad Mandy?
-¿Eh? -dijo distraída volviendo la atención a la mesa -.Si, si, Neve es perfecta -volvió a ver al chico.
Neve no le había dicho a su amiga la verdad, aunque le molestaba verla así, no era quien para quitarle esa ilusión, aunque fuera una mentira...
Entraron al salón de artes, el salón más alejado de toda la escuela y por lo tanto, el más liberal.
Apenas al entrar, se veía a los adolescentes creativos pintando o tocando algún instrumento o leyendo algún libro, o en este caso, ensayando el guión que el maestro Bowers les había proporcionado.
Había conseguido el permiso para presentar la obra a finales del último bimestre del año escolar y tenían mucho trabajo por hacer.
-Chicos -entró con porte firme el maestro -. Guarden silencio y siéntense correctamente en sus lugares -se cruzó de brazos y mantuvo el ceño fruncido.
Después de unos segundos, la risa le gano y el grupo adapto el tono humorístico.
-Ya en serio, jóvenes. ¿Están listos para la audición?
Un "si" a coro lleno el eco del salón.
-Muy bien, recuerden que aquellos que no queden con papeles en la obra, se dedicaran a la escenografía -se sacudió su cabello negro azabache y miró su reloj para asegurarse de la hora -.Ahora, quedando en claro eso, vayamos pues al teatro de la escuela.
Los alumnos comenzaron a recoger sus cosas cuando un sonido aterrador los detuvo.
-Pero recuerden dejar su tarea en mi escritorio, en un folder por favor y con nombre el folder. Si no tiene nombre la ilustración, aunque sea como las de Da Vinci, tendrá una F.
Los chicos comenzaron a maldecír una y otra vez.
Neve sacó el folder sin ver y lo dejó hasta arriba de los documentos. Débilmente le sonrió al maestro con pena.
Para ser un maestro, el señor Bowers era muy jóven, y como buen maestro del artes, era culto y creativo y sabía manejar a las masas adolescentes con perfecta naturalidad, su clase era de los más estricta académicamente pero había algo en ella que hacía que la mayoría quisiera estar allí.
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