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Cuando Louis miró a su alrededor y se dio cuenta de que Harry estaba totalmente en lo cierto, algo pareció oprimir sus pulmones y privarlo del aire para respirar. Cerró sus ojos para evitar llorar como un niño pequeño. "Carajo" Se apoya contra un árbol y trata de mantenerse en su lugar antes de perder el control por completo.

"Oh, mierda" Observa cómo Harry está tocando su pie y se sienta apresuradamente sobre una gran roca. "¡Tienes que estar BROMEANDO!" Escupe esa última palabra con rabia mientras se pasa la mano por el tobillo.

Louis realmente quiere acercarse a preguntarle qué le sucede y a ofrecerle su ayuda, pero teme por su vida. "¿Está todo bien?" Pregunta aún sabiendo la respuesta que va a obtener.

Harry, como de costumbre, no levanta la vista para responderle. "¿Te parece que estoy bien?" Al ver que el chico se queja entre gemidos de dolor e intenta mover el pie y pisar correctamente, fallando, se acerca hacia él lentamente y se para a su lado. "Creo que me quebré el tobillo" Sorprendentemente, sigue la conversación.

"No puedes haberte quebrado el tobillo" Explica Louis. "Si fuera así, estarías llorando y no podrías caminar" Harry parece estar un grado menos preocupado. "Y parecías poder caminar bastante bien hace un rato cuando me empujaste" Louis querría haber pensado que en sus ojos había un dejo de pena, de verguenza o arrepentimiento, pero fue por una milésima de segundo, y una mirada arrogante lo borró por completo. Louis se sentó a su lado pero en el suelo y le ofreció la mano, como pidiéndole permiso para revisarle el tobillo. "Déjame ver"

Harry lo miró mal y bufó. "¿Ahora también eres doctor?"

Louis rió y negó, aún sin perder la paciencia. "No, no soy doctor. Pero me quebré el tobillo dos veces" Harry suspiró y estiró su pierna para que su pie quedara sobre la mano de Louis. Harry se acomodó en la nada cómoda roca y por primera vez observó a Louis. Mientras este último le examinaba el pie, tratando de encontrar algún hueso fuera de lugar, el de rizos veía su rostro, cada una de sus facciones. Pudo notar que sus ojos eran azules pero con un rastro de verde en ellos, que aunque su piel estuviera ahora cubierta de barro y lastimaduras, parecía ser muy suave. Su cabello, el que por el momento estaba enredado con pequeñas hojas, si habría estado limpio, él estaba seguro que sería sumamente lacio. A Harry le gusta observar los pequeños detalles, y más aún los de una persona bonita. Él siempre estaba rodeado de personas 'lindas', su trabajo lo obligaba, pero últimamente lo que la sociedad consideraba 'belleza' no coincidía con su opinión. "Como te dije" Su voz chillona lo sacó de su ensimismamiento. "No está quebrado pero..." Le echó un último vistazo que le dio tiempo a Harry a observar cómo movía sus labios al hablar y sacaba la lengua al pensar. "Está, sin dudas, torcido y muy inflamado" Hizo una mueca. Harry respiró de tranquilidad, lo que más lo preocupaba era una quebradura, lo otro podía arreglarse. "Por si te hace sentir mejor, yo debo tener al menos cinco esguinces y varios huesos fuera de lugar en estos momentos" El más alto hizo una mueca de dolor. "Pero estamos vivos" Y ambos bajaron la vista al suelo, como si realmente estuvieran emocionados por el hecho de tener una segunda oportunidad para vivir. Y así era.

"Louis..." Louis lo miró sorprendido al escucharlo decir su nombre de manera calma y no con rabia. "Tienes un vidrio clavado en el brazo" Harry lo miró con asco.

Louis abrió sus ojos como platos y dirigió la mirada hacia el brazo al que Harry observaba con una mirada de disgusto. El joven no mentía, un gran pedazo de vidrio estaba parcialmente enterrado en la piel de la parte superior de su brazo derecho. "Oh, por Dios..." Louis había entrado en pánico y estaba llevando su mano hacia el vidrio para sacarlo de allí de inmediato, pero Harry lo detuvo.

"¿Eres idiota o te haces?" Le gritó, aún sosteniendo su mano. "No hagas eso. Debes tener algo con qué hacer presión luego de que te lo quites si no quieres morir desangrado" Le dijo con la voz en tono alarmante, como su madre le hablaría.

Lost In Your Eyes | Larry Where stories live. Discover now