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Ambos estaban sentados a la orilla del pequeño arrollo. Harry mojando sus pies y Louis sus manos, los dos tratando de pasar el tiempo (como si al sentarse a no hacer nada hiciera que las horas pasaran más rápido). Ninguno decía nada, ni siquiera se movían mucho. Sus miradas estaban cada una fija en algún punto en específico que, al mismo tiempo, no era nada en específico.

Y Louis realmente quería mantenerse callado y no poner incómodo a Harry. Sin embargo, no podía quedarse con ese gusto amargo; debía hablar con Harry sobre lo sucedido. "¿Eso te sucede muy seguido?" Soltó aquellas palabras de la nada una tras la otra, de pronto con su mirada azul sobre la verde de Harry que parecía algo asustada por lo repentino e inesperado de lo que había dicho Louis. Este último se arrepintió cuando vio que Harry lo estaba mirando fijo pero en sumo silencio, sin dar pista alguna de que hablaría en algún momento. Quizá debió haber dejado el tema y seguir adelante pero, vamos, lo que le había sucedido a Harry no era ninguna broma; era serio, algo que debía ser tratado.

"Antes" El corazón de Louis se aceleró en su pecho cuando lo escuchó hablar. Se preparó mentalmente para lo que se venía. Ahora ya no sabía si quería escuchar su respuesta. "Antes me sucedía muy a menudo" La voz de Harry se había vuelto suave por un momento, dejando lo ronco y fuerte a un lado, dándole lugar a una voz triste y diferente que nunca había oído y que estaba seguro de no querer volver a oír jamás. Harry seguía jugando con sus pies en el agua, moviéndolos de un lado a otro, tratando así de ignorar la mirada penetrante de Louis hacia él. Estaba pensando qué decir y qué no. Louis quería saber si eso le sucedía mucho, bueno, ya le dijo que antes sí. Eso era lo único que estaba dispuesto a decirle. Porque por supuesto que no podría decirle de todas aquellas noches en las que se llevaba a hombres a su departamento y que, al día siguiente, cuando despertaba solo, lloraba y lloraba por horas hasta que las lágrimas ya no caían más y necesitaba recuperar el aire perdido. Mucho menos le contaría sobre esa vez que uno de esos hombres pasó la noche allí y despertó a su lado, y que cuando quiso irse a su casa Harry lo tomó del brazo y con lágrimas cayendo por su rostro le rogó que se quedara, que no lo abandonara. Menos que menos le diría que lo llamó enfermo, fenómeno y loco. Esas eran cosas que nunca le diría a nadie, porque eran recuerdos que quería olvidar y que el decirlos en voz alta no lo ayudaría en nada salvo a aumentar la humillación. "Ya no más" Dijo por fin. Aquello era cierto, en parte, ya que la última vez que le sucedió había sido hacía aproximadamente dos meses (y, bueno, hacía unos momentos atrás).

Louis trataba de ver más allá de él, de escuchar más allá de esas simples palabras; pero fallaba en cada intento. No había forma de leer a Harry. Lo único que era obvio para él era que Harry necesitaba ayuda, ayuda de la clase que él recibió cuando sus padres murieron. "¿Alguna vez fuiste a un psicólogo o...algo así?" Preguntó Louis con suma delicadeza y respeto, no queriendo entrometerse demasiado. Una mueca de diversión se formó en el rostro de Harry, al mismo tiempo que largaba una risa.

"No estoy loco, Louis" Lo miró como si estuviera acusándolo con el dedo índice, llamándolo demente, cuando era todo lo contrario.

Louis negó con la cabeza, parecía algo frustrado y hasta enojado. "Eso es lo primero que la gente dice cuando se le aconseja hacer algún tipo de terapia" Rió con algo de ironía. "Los psicólogos evitan que te vuelvas loco, Harry" El mencionado oía todo lo que salía de la boca de Louis, escuchando lo que trataba de explicar. Cada segundo se sonrojaba más, sintiéndose un idiota por asumir que los psicólogos eran sólo para la gente demente. No sabía si Louis había ido a uno alguna vez, pero por la forma en la que estaba hablando del tema supuso que sí; y se sintió aún peor.

"Lo siento, Louis. Yo..." Sacó sus pies del agua para así poder sentarse derecho y estar más cerca de Louis y hablarle viéndolo a la cara. Louis tragó saliva, sintiéndose algo intimidado ante la repentina cercanía del rizado y su cambio de comportamiento. "Apenas salgamos de aquí voy a ir a un psicólogo" Le dijo como si fuera una gran promesa. Como si Louis lo estuviera obligando a hacerlo. Bueno, quizás sí lo había hecho de una manera indirecta. Louis realmente se sorprendió ante aquello.

"Por supuesto que lo harás" Dijo serio pero divertido al mismo tiempo. "De lo contrario me veré obligado a llevarte a rastras" Las comisuras de los labios de Harry se estiraron y una leve sonrisa apareció en ellos. Dándole vida a sus ojos de nuevo, haciéndolos verde oscuro una vez más. "No creo que esos lindos rizos que tienes quieran que te lleve de los pelos hasta allí" Alzó las cejas, bromeando para romper un poco con la tensión de los últimos minutos.

"Hecho" Confirmó Harry, asintiendo a la vez que ya no escondía la gran sonrisa en su rostro. Parecía tan fácil cambiar de humor cuando Louis estaba cerca. El chico tenía algo, como un aura que te permitía entrar en él y contagiarte de su buen humor, de su esperanza, de todo lo bueno que rodeaba a Louis. Harry simplemente se sentía bien y sabía que estaría siempre agradecido de haberse perdido con Louis y no con alguien más.

Louis lo miró devolviéndole una sonrisa, de esas que achinaban sus ojos y le formaban unas arruguitas a los costados. Se dieron la mano, como sellando un contrato. "Hecho" Reafirmó Louis, provocando que aparecieran los hoyuelos de Harry al mismo tiempo que este último soltaba una pequeña risita.

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Louis y Harry habían decidido explorar una porción de tierra en la que aún no habían caminado, siempre lento y con cuidado de no perderse ni salirse del camino. Habían enconrado nuevas plantas en las que crecían unos frutos extremadamente bellos. ¿Cómo podían los frutos emanar belleza? Pues el color y la forma los hacían ver casi como algo maravilloso, quizá sólo crecían en lugares así. Harry pasaba su mano por las suaves hojas de estas plantas al mismo tiempo que seguía su caminata, observando el pedacito de cielo que podían ver y los rayos de sol que se colaban por entre los árboles. "¿Louis?" Harry se frenó en el lugar y posó sus ojos, los cuales estaban llenos de miedo e inseguridad, en los de Louis, que estaban intrigados. Asintió, dándole espacio así para hablar. "¿Tú tienes...?" Se rascó la nuca, entrecerrando los ojos para luego volver a hablar. "¿Tienes alguna idea de cómo...de cómo salir de aquí?" Louis bajó la mirada al instante, levantándola en el segundo que notó que Harry estaba viéndolo y esperando una respuesta positiva. Sabía que toda la responsabilidad caía sobre él; él los había puesto allí, él debía sacarlos. Al ver que Louis sólo lo miraba pero no respondía, siguió hablando: "Porque yo...pensé algunas maneras, pero...ninguna tiene...lógica" Soltó aquella última palabra en un susurro.

"Sí, yo..." Louis comenzó a hablar antes de que Harry perdiera toda esperanza, ya que lo veía muy cercano a eso. "Hay...en el avión están las bengalas" El rostro de Harry se iluminó de repente, cambiando hasta el brillo de sus ojos. "Podríamos prenderlas y con ellas tratar de llamar la atención de algún barco o avión, pero..." Cuando Harry escuchó el 'pero', su corazón se hizo un poco más chiquito. "Primero deberíamos encontrar un lugar en el que estuviera despejado, sin árboles arriba. Tal vez haya una montaña aquí a la que podamos subir, o también puede ser que nos rodeé el mar y lleguemos a la costa..." Harry asentía repetidas veces, procesando toda la información que Louis iba soltando. "Pero creo que deberíamos de guardar las bengalas, sólo por si acaso..." Harry bajó la mirada hacia el piso y asintió derrotado, dándole la razón pero por dentro queriendo decirle que no perdían nada con intentar. "Pienso que deberíamos esperar unos días más, y luego de eso, si nadie nos encuentra, utilizaremos una bengala por día" Harry le sonrió. Sus esperanzas habían vuelto a su cuerpo; ya podía sentir la suave textura de su cama, la comodidad de su baño, las luces de las pasarelas. En cambio, Louis, lo único que sentía era la soledad que volvería a tener una vez de vuelta en la ciudad. Parecía irónico, pero allí, perdido, no se sentía tan solo.

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Ya no hay mucha gente leyendo este fanfic (o al menos votando y comentando) pero lo voy a seguir escribiendo de todos modos. ODIO cuando dejan un fanfic por la mitad LO DETESTO! Así que tranquilos, voy a seguir subiendo capítulos para aquellos que sí les gusta esta historia.

PD: Puede que más pronto de lo que piensen comience a subir un nuevo fic!!!

All the love para ustedessss 🌸🌻🌼❤💜💋

Lost In Your Eyes | Larry Where stories live. Discover now