☽ | Chapter 60. [01]

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ESPERAD... ¿ESTO NO OS RESULTA FAMILIAR?

[PRIMERA PARTE | GALATEA]

Aquella noche caí rendida entre aquellas caras y lujosas sábanas. Ni siquiera me molesté en comprobar si Derek hacía lo mismo o si decidía regresar a la celebración; el maldito vampiro tenía una habilidad natural para conseguir mi perdón y pronto olvidé por qué estaba enfadada con él.

Algo empezó a deslizarse a lo largo de mi espalda, haciéndome cosquillas. Tenía la cabeza escondida bajo las almohadas, por lo que no era capaz de ver nada excepto una fina línea de luz, lo que indicaba que ya era de día; el suave movimiento de mi espalda volvió a repetirse, haciéndome que tuviera que contener un ronroneo de puro gusto.

Escuché que el roce de algo contra las sábanas y mantuve mi cuerpo relajado, sin emitir ninguna señal que pudiera indicarle que ya estaba despierta.

Sin embargo, Derek se deslizó hasta bajarse de la cama y oí sus pasos dirigiéndose lejos de allí. Supuse que había salido de la habitación, ya que escuché perfectamente el insulto que profirió entre dientes cuando se golpeó con algo.

Giré con cuidado entre las sábanas y contemplé el dormitorio vacío. Vi una bolsa de viaje sobre uno de los muebles y fruncí el ceño al no reconocerla; entrecerré los ojos cuando me topé con unas iniciales tejidas sobre una de las caras de la bolsa.

Pertenecía a Derek.

Me acomodé las sábanas para cubrir mi desnudez y me incorporé hasta quedar con la espalda apoyada en el cabecero. Traté de darle algo de orden a mis alborotados cabellos mientras esperaba que Derek regresara de allá donde hubiera ido; pronto obtuve mi respuesta, pues un apetitoso aroma a huevos fritos y jamón inundó por completo mis fosas nasales, provocando que empezara a ensalivar como un perro ante la visión de un sabroso rosbif.

Supongo que mi aspecto debía parecerse más a ese maldito perro de lo que creía en un principio, ya que el gesto de Derek mudó a una expresión de sorpresa al verme en semejante guisa.

Pero yo únicamente tenía ojos para la bandeja que llevaba entre las manos; el foco de todo aquel apetitoso aroma. Más tarde caí en que mi reacción debía haber sido un duro golpe para el ego, tamaño XXXL, de Derek.

-Pensé que aún seguirías durmiendo –comentó, entrando al dormitorio y bordeando la cama hasta acercarse hasta donde yo me encontraba.

Me encogí de hombros, con la vista aún clavada en la bandeja llena de comida.

-Y yo pensé que jamás en vida te vería trayéndome un desayuno a la cama –respondí.

Derek se echó a reír entre dientes y tomó asiento en el borde de la cama, mostrándome una primera panorámica del manjar que había en aquel rectángulo plateado; sin embargo, y gracias a mis hormonas desatacas, desvié la mirada lo suficiente para ver el torso desnudo de Derek. Bajé la mirada un poco más, muerta de curiosidad, pero me topé con sus aburridos calzoncillos de color blanco.

Chasqueé la lengua con fastidio y vi a Derek de refilón enarcando una ceja.

-¿Dónde está tu ropa interior decorada con llamas del infierno y tridentes? –pregunté, fingiendo inocencia.

Derek puso los ojos en blanco y me tendió la bandeja para que la cogiera, sabiendo que, para ello, tendría que soltar las sábanas... y que debajo de ellas no llevaba nada. Entrecerré los ojos, maldiciéndolo mentalmente.

-Veo que el enfado se ha evaporado –por cómo sonó, casi estaba segura que se sentía orgulloso de sí mismo. Maldito fanfarrón...

Esbocé una sonrisa socarrona.

MidnightWhere stories live. Discover now