☽ | Chapter 83.

4.5K 401 31
                                    




QUÉ ESPERAR CUANDO ESTÁS ESPERANDO

El resto del trayecto me mantuve en silencio, mirando por la ventanilla del vehículo y pensando en cómo era posible que alguien hubiera podido rebasar la seguridad de la mansión Herz para atacar a Jana. Lo más preocupante todavía era que Eneas y Calígula, por ende, debían estar al tanto del estado de la esposa de Tiberius; debían saber que estaba embarazada y no dudaron un segundo en intentar acabar con su vida y con la del bebé.

Las enormes verjas de la mansión se encontraban abiertas de par en par, esperando nuestra llegada. Quizá alertados por mi llamada a Lyle, varios miembros del aquelarre se encontraban en lo alto de la escalera de mármol, todos ellos vestidos pulcramente de negro; Lyle fue el primero en salir del vehículo, animándonos a imitarlo. Mis ojos recorrieron los rostros de la multitud con la vaga esperanza de encontrar allí a una consumida Jana.

No se encontraba entre los presentes.

Me inquietó que Lyle se adelantara para colocarse a mi lado, tomándome por la cintura como si no fuera capaz de sostenerme por mí misma. Bala, Étienne y Derek se movían a nuestra espalda con expresiones sombrías, nada cómodos con aquella comitiva de bienvenida; Tiberius dio un par de pasos en nuestra dirección, estudiándome con los ojos cargados de alarma. Tenía la camiseta destrozada por el estómago, manchada de mi propia sangre. Pero mi piel se encontraba lisa y libre de cicatrices después de haber bebido de Derek.

Los gemelos compartieron una larga mirada en la que pude ver cómo intercambiaban palabras silenciosas. Luego mis dos hermanos desviaron la mirada hacia mí a la par; era algo inquietante la forma en la que solían moverse, como si se leyeran la mente y estuvieran sincronizados.

-Galatea –me llamó Tiberius, con un tono preocupado.

Estaba preguntándome con aquella simple palabra si me encontraba bien. Mi relación con Tiberius siempre se había mantenido en una línea de respeto mutuo, a excepción de cuando ordenó que fuera castigada con semejante brutalidad; ahora que formábamos un extraño equipo para liderar el aquelarre Herz, teníamos que mejorar esa relación para poder trabajar en conjunto.

A pesar de la difícil situación que estaban pasando dentro del aquelarre, no podíamos permitir quedarnos paralizados. Y eso significaba que tendría que ayudar activamente a la toma de decisiones; no podía dudar.

-Estoy bien –respondí.

No me apetecía explicarle delante de todo aquel público que había sido atravesada por una rama como si fuera mantequilla, así que opté por darle la verdad reducida en la que no mencionaba que había sido gracias a Derek.

Los ojos de Tiberius me miraban con atención, seguramente sin creerse mi escueta respuesta. Lyle se adelantó para colocar una mano sobre el hombro de su gemelo, pidiéndole en silencio que aguardara a un momento más propicio para poder hablar sobre lo sucedido.

Con un simple gesto de cabeza en nuestra dirección, Lyle nos indicó que le siguiéramos. La comitiva que se había congregado se apartó de nuestro camino, estudiándonos con atención; entre los presentes reconocí a vampiros que pertenecían a otros aquelarres. Incluso reconocí a vampiros que preferían moverse por libre, como Moses Nickels.

Derek también divisó el rostro del vampiro, pues escuché perfectamente el gruñido que dejó escapar. Retrocedí para quedarme a su altura, pero vi que Bala negaba discretamente con la cabeza, instándome a que volviera a mi posición; Lyle parecía encontrarse ajeno a todo.

Una vez alcanzamos el vestíbulo y las puertas estuvieron cerradas, se giró hacia el variopinto grupo que conformábamos nosotros cuatro. Un grupo de humanos se reunió a la espalda de Lyle, todos formando una línea recta de cuerpos bien erguidos y miradas perdidas.

MidnightWhere stories live. Discover now