Capítulo 46: Familia

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—Tú...—Comenzó aclarando su garganta para así tratar de decir las siguientes con total fluidez y claridad... Pero entonces...un recuerdo confuso regresó a su mente...

—Yo...—Le incitó a continuar terminando por reír al ver la expresión de su rostro—. Tranquila, no tienes que repetirlo si no quieres. Te dejaré descansar—Comentó mientras se dirigía a la puerta de la habitación.

— ¿Qué?—Preguntó confundida—No, espera...—Trató de detenerle levantándose en el intento y sintiendo un tremendo dolor recorrer todo su hombro.

Un gemido de dolor escapó por sus labios alertando a la otra chica, quien rápidamente se volvió hacia ella obligándole a recostarse nuevamente.

—Te dije que no intentaras hacer eso—Le reprendió.

— ¿Qué fue lo que pasó?—Suspiró llevándose la mano del brazo no herido hasta su frente.

—Karin. Eso fue lo que pasó—Fue lo que le respondió Alina.

—Claro, era de suponerse—Rio con amargura Celeste—. Oye...—Le llamó después de un rato en silencio—. Sobre lo que dije antes, yo...—No sabía que palabras utilizar, simplemente no sabía que decirle. ¿Cómo le dices a tu hermana que es TU HERMANA después de revelárselo cuando estabas a punto de morir? Vaya pregunta, realmente estaba en un gran dilema.

—No digas nada—Le detuvo—. Por ahora preocúpate por recuperarte—Sonrió cálidamente para sorpresa de Celeste.

—Celeste—Le llamó alguien desde la puerta—. Despertaste—Sonrió alegremente avanzando con rapidez hasta donde ella estaba.

—Valka—Susurró con cierta tranquilidad por verla ahí.

—Sabía que serias buena cuidándola—Le sonrió esta vez a Alina obteniendo un sonrojo de su parte.

—No fue nada—Se excusó jugando con unos mechones de cabello levemente suelto.

— ¿Cómo te sientes?—Preguntó dirigiéndose nuevamente hacia Celeste.

—Adolorida—Dijo simplemente—. Cansada y confundida.

—Era de esperarse—Le dijo Valka acariciando su rostro—. Pero te pondrás bien.

—Claro—Se animó a si misma—. Aunque primero me gustaría saber qué demonios ha pasado—Soltó de repente con su clásico humor.

—Es largo de explicar—Mencionó esta vez Alina.

—Y vaya que lo es—Exclamó una voz al entrar a la habitación.

—Hipo—Murmuró sorprendida—. Ya estás bien—Una gran tranquilidad la había inundado, saber que él estaba bien era un gran avance. Y entonces, la recordó...—Luna...—Susurró con temor.

—Tranquila. Venimos de verla. Ella está bien, preocupada por ti, pero bien—Le calmó Astrid.

—No le dijeron que estoy herida, ¿o sí?—Preguntó con temor.

— ¿Y correr el riesgo de que se enfurezca y venga corriendo por ti después de casi matarnos? Claro que no—Respondió Hipo con diversión.

—Eso es un alivio—Suspiró Celeste dirigiendo su mirada involuntariamente hasta Alina. Un pensamiento repentino llegó a su mente entonces. Ella estaba ahí, Hipo estaba ahí... pero él no parecía molestarse por ello; la pregunta ahora era ¿por qué?

—Sé que debes estar muy confundida—Comentó Alina después de un rato—. Te explicaremos todo—Dijo mientras dirigía su mirada hacia todos los presentes quienes le dieron el permiso de comenzar con su relato.

La Venganza Del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora