Capitulo 46: Una llamada de fe

207 14 0
                                    

Narra Dian:

Desde que me reencontré con mi padre, no me ha soltado. Caminamos por la selva, pero esta vez parecía que iba con escolta. Fran y Alison caminaban delante nuestro guiados por Campanilla, y yo iba detrás con mi padre, el cual llevaba el brazo sobre mi hombro.

Con mi padre me sentía protegida, pero no me sentiré a salvo hasta que salga de esta isla.

Caminamos un rato mas hasta llegar a una cabaña en un árbol. Campanilla cogió una escalera que estaba escondida y comenzó a subir en por ella hasta llegar a la cabaña.

Aquella cabaña se parecía a la mía, pero no tan grande.

-¿Como te encuentras Dian?- Dijo Campanilla.

-Algo cansada.-

-¿Y no tienes hambre? Por que yo no te recordaba tan delgada.- Dijo Fran sentándose y apoyándose contra la pared.

-Un poco si, no he comido nada en todo el día.-

-Te traeré algo de comida.- Dijo Campanilla alejándose un poco.

-¿Por que no nos cuentas todo lo que ha pasado?- Ha dicho mi padre sentándose a mi lado.

En ese momento todos los recuerdos de estas ultimas semanas se agolparon en mi cabeza y acabe soltando un suspiro.

-No tienes que hacerlo si no quieres.- Dijo Alison preocupada.

-No, debo hacerlo. Debéis saber a quien nos enfrentamos.-

Empecé a contarles todo lo que me había sucedido. El cambio de Robbie, mi intento de fuga, lo de los espejos y los niños perdidos... Todo. Y al acabar, la cabeza me daba vueltas.

-Vaya, parece como si Pan tuviera dos personalidades ¿No?- Dijo Fran.

-¿A que te refieres?-

-Piénsalo. Un día te encierra en una jaula y otro siguiente te lleva a desayunar. Perdonadme, pero eso no es muy normal.-

-Fran tiene razón. Algo le pasa a Pan con eso.- Dijo Alison.

-Puede que eso sea con lo que le tengo que ayudar.-

-¿Y que piensas hacer?- Dijo Campanilla.- Yo siempre he conocido así a Pan.-

-No lo se. Pero lo que esta claro, es que no dejara que nos marchemos hasta que le ayude.-

-De momento, ¿Que te parece si duermes un poco?- Dijo mi padre.- Tienes cara de cansada.-

-Si, la verdad es que dormir un poco no estaría mal.-

En pocos minutos todos acabamos profundamente dormidos. Pero en mitad de la noche yo me desperté y escuche ruidos bajo la cabaña.

-Papa... Despierta.- Le susurré al oído mientras le movía el hombro para que despertase.

-¿Que pasa?...- Dijo medio dormido.

-He escuchado algo abajo.-

-Abra sido algún animal... Duérmete amor...-

-Papa, los animales no hablan.-

Después de eso, mi padre se despertó de golpe y se incorporó.

-¿Como dices?-

-Que he escuchado voces.-

-¿Crees que serán los niños perdidos?-

-No... Era la voz de una mujer.-

-¿Una mujer?- Asentí.- Vayamos a ver.-

Bajamos los dos, espadas un mano, e inspeccionamos la zona cercana a la cabaña.

-Dian aquí no hay nadie.-

-Pero he escuchado algo.-

-Seguramente serian alucinaciones por el cansancio. Anda, volvamos a la cama.-

-¿Yo también soy una alucinación, Killian?-

Ambos nos dimos la vuelta rápidamente yo sonreí.

-¡Mama!- Grite y corrí a abrazarla.

En cambio, mi padre se quedó mirándonos como si no lo pudiera creer.

-Killian ¿Te ocurre algo?- Dijo mi madre sin dejar de abrazarme.

-No, no... Es solo que, nunca pensé que llegaría a ver a las dos mujeres mas importantes de mi vida juntas.- Dijo acercándose.

-Y yo jamas pensé que llegaría a ver a mis dos padres a la vez.- Dije a la vez que le cogía la mano a mi padre.

-Te dije que nos volveríamos a ver los tres juntos.- Dijo mi madre sonriendo.

Después de decir eso, mi padre nos abrazo a las dos. Y por un solo segundo, pareció que mi madre no estaba muerta y que estaba hay para nosotros.

-Emma, te juro que de saber que podría llegar a sentir esto por alguien, jamas me abría marchado aquella noche.-

-No importa. Si te hubieras quedado, probablemente hubiéramos acabado peor de como estamos ahora.-

-¿Peor? Mama, no sabes lo que dices.-

-Si que lo se. Y ahora tu debes salvarlos a todos Dian.-

-¿Tiene que ver con la doble personalidad de Pan?-

-Es posible, pero no to lo puedo decir.-

-No te preocupes Emma. Dian lo lograra.- Me sonrió.

-¿Estas seguro?- Dije asustada.

-Por supuesto.-

-Claro que lo lograras, cariño.- Dijo mi madre acariciándome el pelo.- Ahora, marchaos a descansar. Mañana sera un día duro.-

-Mama, ojala pudieras quedarte.-

-Lo se, pero tengo que irme ya.- Comenzó a brillar de nuevo.

Antes de que mi madre desapareciera hasta no se cuando, mi padre a atrajo hacia si mismo y volvió a abrazarnos a las dos, y yo cerré los ojos. Al volver a abrirlos mi madre ya no estaba.

-¿Crees que volveremos a verla?-

-Claro, amor. Pero ahora debemos descansar.-

Objetivo: NeverlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora