1. Promesa rota

1.6K 144 15
                                    

Disclaimer: Los personajes de Supernatural no me pertenecen sino a Eric Kripke.

NA: Reeditare este fic, así que pueden toparse con algunos capítulos corregidos y otros no.

¡Disfruten!

Sammy trató de ser un niño grande y no ponerse a llorar, seguramente su padre y su hermano llegarían pronto. Y si su hermano mayor lo encontrase llorando le diría que fue un tonto por preocuparse por nada. Además, su hermano le prometió que nunca lo abandonaría y Dean Winchester siempre cumple su palabra.

Decidió mejor ponerse a ver la televisión, así se distraería un poco y dejaría de pensar cosas que no son. Por un rato logró olvidarse del asunto ya que se enfrascó en su programa favorito "Las tortugas ninjas", pero al cabo de un rato la caricatura acabo y su mente se vio nublada de la misma preocupación de antes.

¿Por qué duran tanto?, ya deberían estar aquí. Pensó desesperado, mientras su labio se torcía en un perfecto puchero el cual auguraba una llantina inevitable.

Su padre había decidido llevar a Dean a ver al doctor, desde hace una semana su hermano tenía una gripe la cual no desaparecía sin importar cuánto remedio se le diera. Así que su padre decidió que Dean necesitaba una inyección para fortalecer las defensas.

—Necesito que te quedes aquí, Sammy. Esto será algo rápido y no quiero que te enfermes por estar tan cerca de tu hermano en el coche —John lo había mantenido totalmente alejado de Dean, ya era difícil tratar con un hijo enfermo como para tratar con dos.

—Pero papá, yo quiero ir —Terco como todo Winchester. Sam desde muy pequeño aprendió a contradecir todo y siempre tratando de llevar la contraria.

—Sam hazme caso, ¿no puedes simplemente obedecer por una vez en tu vida? —sin querer el tono de John fue creciendo, arrepintiéndose de inmediato al ver las lágrimas bordear peligrosamente los ojos de Sam.

—Pero ¿qué pasa si Dean me necesita y no estoy para ayudarlo? Dean odia las agujas y puede necesitar tomar mi mano —La voz de Sammy fue apenas un susurro, lo que hizo a John sentirse peor. Cuando estaba apuntó de responde fue interrumpido por Dean.

—No te preocupes por mí, Sammy. Será un viaje muy aburrido, así que no te perderás de nada y te prometo que seré valiente por ti, ¿vale? —¿A quién quería engañar? Él más que nadie odiaba dejar a su hermanito solo en aquella habitación, pero si su padre lo había ordenado así tendría que ser, le gustase o no.

Sam no se veía muy convencido así que Dean trató de convencerlo de otra manera —Hagamos algo ¿de acuerdo? Si te quedas y no réplicas te compraré aquel libro que tanto querías —Dean sabía que era una jugada sucia, pero por lo menos dejaría a Sammy más tranquilo.

La cara de Sam se iluminó al oír aquello —Bueno, pero eso no quita que quiera ir contigo —dijo tratando de sonar enfadado pero en cambio solo le salió una tierna mueca.

John dejó salir un suspiro de alivio, por dicha Dean siempre sabía como tratar con Sammy. Muy a su pesar Dean conocía mejor a Sam que él mismo.

John se arrodilló para poder estar al nivel de Sammy, puede que el niño tuviera ocho años pero era pequeño para su edad —Sammy, no quiero que le abras a nadie y si el recepcionista pregunta por mí, dile que ando comprando el desayuno y volveré en unos minutos ¿entendido? —De paso depósito un beso en la frente de su niño.

—Sí señor —Sam abrazó rápidamente a su padre y corrió a abrazar a su hermano como si nunca lo fuera a ver de nuevo.

—Tranquilo enano, no me voy a la guerra, volveré antes de que te des cuenta —dijo mientras alborotaba la mata de pelo castaña y depositaba un pequeño beso en la coronilla.

—¿Promesa?

—Promesa.

Sin decirse más, los dos Winchester salieron por la puerta para nunca volver. Dejando a un niño asustado he indefenso en aquella sucia habitación.

TRES DÍAS MÁS TARDE

Tres días habían pasado desde aquella vez que su familia salió por esa puerta. Tres días que estaba solo y con miedo, miles de escenarios pasaban por su cabeza pero solo uno le aterraba como ningún otro: ¿Qué pasaría si su familia se aburrió de él y lo dejaron para nunca más volver?

Esa noche no durmió más de lo que durmió las otras noches. Además tenía hambre, la poca comida que tenían se había acabado hace dos días.

Cuando llegó el quinto día, Sam estaba aterrado. No tenía comida, tampoco dinero, y su padre le ordenó no salir por nada ya que nunca se sabe que criatura puede andar al acecho y lo más importante; su familia no había vuelto ni mucho menos llamado, más de una vez trato de llamar al teléfono de su padre pero siempre salía desconectado.
Nunca había estado en una situación así, le dolía la cabeza de tanto llorar, y su estómago exigía comida con urgencia, a veces se sentía tan mareado que tenía que sentarse para no caer de bruces contra la sucia alfombra.

Incapaz de hacer algo para arreglar la situación se sentó a llorar un largo rato, hasta que le vino una idea. Seguro él podría ayudar, el tío Bobby siempre ayudaba a su padre en las cacerías y era muy inteligente, siempre tenía una solución para todo, por dicha su hermano le había hecho memorizar el número del viejo mecánico por si ocurría alguna emergencia.

Y esto era más que una emergencia.

Sammy solo podía rezar para que el tío Bobby contestara el teléfono.

Carry on you are not aloneWhere stories live. Discover now