6. Sueños

907 125 25
                                    

Dean miraba detenidamente el techo de su habitación como si en el pudiese encontrar las respuestas a todas sus dudas, él ya estaba cansado de andar en círculos y nunca llegar a un acuerdo definitivo con su mente; ya han pasado 2 años desde que empezó a tener esos extraños sueños donde un niño de al menos unos 7 años le pide encarecidamente que regrese mientras dice su nombre una y otra vez como un maldito disco rayado, lo más raro es que el rostro del chico se le hace conocido, casi se podría decir que familiar.

Quizás fuese un recuerdo vago de algún amigo de la infancia, pero si fuese así ¿por qué soñaría con él durante tanto tiempo?

-Dean, baja a desayunar- Escucho a su padre gritar desde el pie de la escalera.
Dean miro él reloj y divisó que eran las 7 de la mañana.

Es malditamente temprano -Gruño mientras se desperezaba para bajar a enfrentar otro odiado lunes.

-¡Ya voy! -Grito Dean mientras bajaba por las escaleras.

-Vaya Dean, parece como si no hubieras dormido nada, ¿otra vez esos sueños? -John tenía conocimiento de los sueños de Dean desde el inicio de ellos, Dean le había platicado una noche pensando que quizás el niño fuera un primo lejano o algún conocido.

-¿Tu qué crees? -Dijo Dean mientras prácticamente devoraba su desayuno.

-Quien te viera diría que te mató de hambre.

-Que puedo decir soy un niño en crecimiento –Hablo con la boca llena.

-Como tú digas Deani -John no sabía de donde había salido ese mote, simplemente se le vino a la mente como si ya lo hubiese escuchado antes solo que no tenía idea de dónde.
Sin darle mucha importancia John se dirigió escaleras arriba para terminar de alistarse y luego irse al taller.

Dean se congeló al escuchar aquel ridículo mote, cuando su padre lo dijo no fue la voz de John la que escucho en su cabeza sino la de un niño.

Maldición, me estoy volviendo loco -Pensó Dean con gran frustración, como desearía poder dejar esos sueños atrás.

Minutos después John bajo por las escaleras listo para salir.

-Deberías apresurarte o llegaras tarde a la escuela, otra vez -John siempre se había preguntado el por qué Dean odiaba tanto la escuela, no es que fuese una tortura aunque su hijo lo viera así.

-Tranquilo papá, tengo todo controlado. Además no sé porque te apresuras tanto, no es como que el jefe no pueda atrasarse -Dijo Dean mientras masticaba una buena tira de beicon.

-No porque sea el dueño del taller tiene que significar que pueda hacer lo que me entre en gana, qué ejemplo le estaría dando a mis empleados.

-El del jefe inteligente -Se burló Dean, al parecer molestar a su padre hacia que por momentos olvidara todo el asunto de los sueños y voces.

-De acuerdo listillo pero como tú no eres jefe ni cosa por el estilo te alistas y te vas directo a la escuela.

-Sabes que podría ayudarte en el taller, no necesito realmente estudiar si al final terminaré trabajando contigo.

-Dean yo quiero algo más para ti, quiero que te gradúes y vayas a la universidad y seas alguien en la vida, tu madre hubiera querido lo mismo que yo -Dijo John tratando de hacer que su voz no sonara rota como siempre lo hacía cada vez que hablaba de su amada.

Dean odiaba que su padre hiciera eso, cada vez que el trataba de convencerlo de algo y no tenía el resultado esperado siempre sacaba a su madre en el tema, él sabía muy bien que cuando mencionaba a mamá ya había ganado.

Carry on you are not aloneWhere stories live. Discover now